Los 300 mil padres y madres del embrión de Barcelona


Advertisement
Spain's flag
Europe » Spain » Catalonia » Barcelona
March 19th 2002
Published: March 19th 2002
Edit Blog Post

“Los ricos también lloran”“Los ricos también lloran”“Los ricos también lloran”

Un grupo que se llama “Març-Atack” convocó a una mani bajo el lema “Los ricos también lloran”. El objetivo real, admitió una chava, era “exhibir cómo la policía golpea sin causa y cómo a algunos medios de comunicación lo que les interesas son las hostias” (hostias=trancazos). Y lo lograron. Pero, además, los pusieron en ridículo.

19 DE MARZO DE 2002



La verdad, lo que me sorprende no es que el idiota de Zedillo haya salido con su intento de palabra dominguera, “globalifóbicos”, ni que haya escogido para hacerlo el foro económico mundial de Davòs, ya que para una mascota del neoliberalismo, como es él, resulta el lugar adecuado para hacerles gracias a sus dueños; no, lo que me extraña es que varios medios mexicanos hayan adoptado la bufonada ésa, que lo mejor que causa en el mundo exterior es risa. Además de ser incongruente con el fenómeno que pretende designar.

Aunque en eso coincide con el término más ampliamente utilizado: grupos, o movimiento, “antiglobalización”. Es seguro que hay sectores a los que la palabra “globalización” les suena a insulto (a pesar de ello, una de sus principales organizaciones es el Movimiento de Resistencia Global). Pero en esta ocasión aprendí, o más bien constaté de manera abrumadora, que es la forma, la manera en que se está dando la globalización la que preocupa a muchos que, antes que revertirla, aspiran a impulsarla bajo contenidos distintos, sujetos a las necesidades de la gente.

Tuve la oportunidad de ir a Barcelona y hacer algunas notas que
Policías y golpeadoresPolicías y golpeadoresPolicías y golpeadores

Era como un juego. Deben haber sido como 500 chavos que, cuando llegaron a La Rambla, frente al Liceu de Barcelona, ya eran esperados por unos 150 antimotines. La provocación se limitaba a insultarlos. No vi a nadie causando destrozos o agrediendo físicamente. Pero de pronto se nos vinieron encima. Corrían para acá, luego para allá, un grupo de policías descubría que se había aislado y se retiraba con miedo.
me pidieron de México (lamentablemente, por problemas técnicos, de cinco sólo salió una completa, otras dos cortadas y dos más, las del final, no aparecieron). No imaginaba que sería una experiencia tan intensa, algo muy diferente a lo que he vivido en México. Y atestigüé un hecho histórico: la mayor manifestación de protesta ante la globalización, desde Seattle 99.

Se les acusa de no tener propuestas generales, de actuar bajo reivindicaciones parciales, de detalle. Creo que es cierto, pero no es un problema suyo: es el de la izquierda mundial. No ha logrado recomponer una propuesta. Estamos como las numerosas corrientes dispersas antes de que apareciera el viejo Marx. Pero este movimiento está creciendo, se está reformando sobre la marcha y, como se ha visto en Sâo Paolo y Barcelona, ha entrado en una dinámica de discusión-acción que podría generar un nuevo modelo, con amplias bases militantes y un espacio social en desarrollo.

Especulaciones mías, claro. Embarradas de esperanzas. Pero el objeto de este nuevo boletiçâo del siempre fiel Serviçâo do Informaçâo, es hacerles la crónica del ambiente, los festivales, las marchas y, para mis amigos más morbosos, las madrizas que se armaron “al final de La Rambla”
Prensa útilPrensa útilPrensa útil

Pero la gente regresaba, los evitaba, y además había demasiados turistas y, sobre todo, mucha prensa. Una chica empezó a atacar verbalmente a los fotógrafos diciéndoles que no servían para nada. “¡Cómo que no, tía!”, respondió otra que unos momentos antes celebraba con una amiga que los periodistas formaban una barrera protectora. “Es muy útil esto”, decían. Escuché también a un policía hablando por radio: “No tenemos movilidad, estamos rodeados de periodistas”.
y en otras calles de la hermosa Ciudad Condal de Barcelona.

“L’EURO EST LÀ... ET L’EUROPE SOCIALE?”
(“El Euro está ahí... ¿Y la Europa social?” Manta de sindicalistas belgas en la mani del jueves 14.)

Números, para empezar: en esta reunión cumbre del Consejo Europeo, del viernes 15 y sábado 16 de marzo de 2002, se reunieron presidentes y primeros ministros de 30 países, el Borbón, la reina (única mujer) y el principito. Un suculento plato para los vengadores de cualquier fundamentalismo.

Esta es la causa de que Barcelona estuviera custodiada por cazas en vuelo permanente, aviones espía Awacs y barcos de la armada. Pero el despliegue de miles de policías venidos de toda España, el cierre de importantes avenidas, la instalación de largas barreras de hormigón y la suspensión del libre tránsito europeo (controles fronterizos) tenían dedicatoria a los disidentes internos, los antiglobis.

Como antecedentes: en junio de 2001, en Barcelona, una marcha terminó con heridos en graves enfrentamientos con la policía; un mes después, en Génova, durante una cumbre del G-8, Berlusconi dio rienda a su policía y la batalla dejó un joven muerto por una bala de la policía. Se temía que eso
De paseo por la RamblaDe paseo por la RamblaDe paseo por la Rambla

Los agentes no controlaban más que el terreno que pisaban. Un chavo se paró frente a ellos a decirles: “Para nosotros, la vida es sueño; para vosotros, la vida es hostias”. Como a la hora de enfrentamientos, empezaron a subirse a las camionetas y marcharse. La gente celebró. Pero era un truco. De súbito, no supe desde dónde, lanzaron una carga general que nos hizo correr cuatro cuadras. Pero no huyendo de ellos: manifestantes, turistas, curiosos y prensa corríamos adelante, a un lado y atrás de los policías, para atestiguar lo que hacían, denunciarlo o para insultarlos.
se repitiera aquí.

Por su lado, los disidentes se encontraban más que divididos en tres bloques: la Campaña contra la Europa del Capital y la Guerra (partidos extraparlamentarios, colectivos de todos lados), la Plataforma Catalana contra la Europa del Capital (cuatro pequeños partidos independentistas catalanes, a los que se sumaron independentistas ultras de Euskadi, Cerdeña, Córcega, Aosta, Galicia y Bretaña) y el Fòrum Social de Barcelona (toda la izquierda parlamentaria, grandes sindicatos, federaciones de ONG’s).

En la Campaña, unos acusaban al Fòrum de formar parte de lo que se quería combatir mientras que otros decían que había que aceptarlos una vez que, por fin, se resignaban a tomar su lugar en la cola del movimiento. Por su parte, el Fòrum no aceptaba el lema de la convocatoria, “Contra la Europa del Capital”, y proponía “Por una Europa Social”. Además, se oponía tajantemente al uso de la violencia. Al final se resolvió que cada quien marcharía con su propio lema y servicio de orden.

Fui a una conferencia de prensa en la que le preguntaron a Manu Chao a qué grupo se iba a sumar: “A todos”, dijo. “No me importa de dónde vengas, lo importante es que
MegamaniMegamaniMegamani

La Guardia Urbana de Barcelona dijo que eran 250 mil personas. Los organizadores, 500 mil. La prensa dice 300 mil. Lo que sí se constató fue que el primer bloque, el de la Campaña, ya había recorrido la via Laietana y el Paseo Colom, y llegado al destino último, el Monumento a Colón –“al final de La Rambla”-, cuando el segundo bloque, la Plataforma, todavía no veía para cuándo salir del punto de origen, la Plaça de Catalunya. El tercer bloque, el Fòrum, ya de plano nunca se movió: pasadas las horas, decidieron montar un sonido y ponerse a bailar ahí mismo, pues la Plataforma nunca acabó de salir: las calles estaban saturadas
la gente salga a manifestarse. Ya después habrá tiempo de resolver diferencias”.

En los días previos de esa misma semana, Barcelona no dejó de marchar: más de cien mil lo hicieron para oponerse a un megaproyecto hidráulico del gobierno. El jueves caminamos con cien mil sindicalistas de toda Europa, que van a todas las cumbres europeas. Además de otras dos marchas, una de ellas de policías (vigilados por sus propios compañeros de servicio).

El viernes se declaró “jornada de acción descentralizada”: cada quien hizo las actividades que quería a su gusto, por toda la ciudad. Uno caminaba por la parte vieja y, en media hora, ya había pasado por cuatro eventos diferentes: de la multitudinaria reproducción del mural zapatista de Taniperla (destruido por la policía y por el que su autor, el caricaturista y profesor de la UAM-X Checovaldez pasó más de un año en la cárcel de Cerro Hueco) al espectáculo “Circo vs. Imperio Global”, de ahí a una manifestación de ciclistas y luego a un mitin de nacionalistas gallegos y catalanes.

Pero también fue el día en que empezaron los camorrazos. Ya desde el jueves por la noche, unos vascos que habían hecho un performance
Los provosLos provosLos provos

¿Quiénes son estos encapuchados? No se sabe bien, hay todo tipo de especulaciones. Hay cierta prensa que dice que basta media docena de ellos, bien organizada, para moverse de un lado a otro, provocando la intervención policial y desapareciendo velozmente (con lo que la represión cae sobre otros distraídos), y dar la impresión de desórdenes generalizados.
frente a la policía, volcando un coche (de ellos) en la calle, fueron los primeros detenidos. En la mañana del viernes, el grupo de los “Lobby-busters” (caza lobbies) fue atacado en la Iglesia de la Sagrada Familia (la de Gaudí) porque se subieron a una grúa para extender a una pancarta. Y al fresco bote. Y después vino lo más gracioso.

Un grupo que se llama “Març-Atack” convocó a una mani bajo el lema “Los ricos también lloran”. El objetivo real, admitió una chava, era “exhibir cómo la policía golpea sin causa y cómo a algunos medios de comunicación lo que les interesas son las hostias” (hostias=trancazos). Y lo lograron. Pero, además, los pusieron en ridículo.

Era como un juego. Deben haber sido como 500 chavos que, cuando llegaron a La Rambla, frente al Liceu de Barcelona, ya eran esperados por unos 150 antimotines. La provocación se limitaba a insultarlos. No vi a nadie causando destrozos o agrediendo físicamente. Pero de pronto se nos vinieron encima. Corrían para acá, luego para allá, un grupo de policías descubría que se había aislado y se retiraba con miedo.

Pero la gente regresaba, los evitaba, y además había demasiados turistas
Las hostiasLas hostiasLas hostias

Se nos vino encima la policía, cargando contra todo: violentos y pacíficos, manifestantes y turistas, encapuchados y reporteros. Disparaban con rifles de pelotas de goma (parece que duelen), otros que lanzaban petardos (al primer ¡boom!, la gente soltó un burlón “uuuuuh” y se acercó más; con los siguientes hubo que salir corriendo) y con granadas de gas (no supe si era lacrimógeno: el viento soplaba con fuerza contra la policía). La gente que se quería ir (escapar) no podía: se habían formado cinturones policiales que sólo te dejaban salir si ibas detenido. Los accesos del metro, cerrados. Y muchos sostenían el combate a pedradas.
y, sobre todo, mucha prensa. Una chica empezó a atacar verbalmente a los fotógrafos diciéndoles que no servían para nada. “¡Cómo que no, tía!”, respondió otra que unos momentos antes celebraba con una amiga que los periodistas formaban una barrera protectora. “Es muy útil esto”, decían. Escuché también a un policía hablando por radio: “No tenemos movilidad, estamos rodeados de periodistas”.

Los agentes no controlaban más que el terreno que pisaban. Un chavo se paró frente a ellos a decirles: “Para nosotros, la vida es sueño; para vosotros, la vida es hostias”. Como a la hora de enfrentamientos, empezaron a subirse a las camionetas y marcharse. La gente celebró. Pero era un truco. De súbito, no supe desde dónde, lanzaron una carga general que nos hizo correr cuatro cuadras. Pero no huyendo de ellos: manifestantes, turistas, curiosos y prensa corríamos adelante, a un lado y atrás de los policías, para atestiguar lo que hacían, denunciarlo o para insultarlos.

La ofensiva nos llevó hasta la Plaça de Catalunya, un sitio abierto, de grandes avenidas repletas de coches y autobuses, el centro neurálgico de Barcelona. La táctica policiaca no había previsto eso. La gente se quedó, gritando cosas a los
A pelotazo limpioA pelotazo limpioA pelotazo limpio

Me puse nervioso: primero, me iban a pegar; después, había perdido mi permiso de residencia y si me detenían me iba a meter en un embrollo. Pero además tuve una probaditita de lo que sería reportear una guerra: la gente avanzaba y retrocedía en instantes; podías estar mirando el enfrentamiento cubierto por veinte personas, y de pronto encontrarte solo y expuesto. Los policías nos apuntaban con sus lanza-pelotas (al día siguiente, un diario catalán reportó que entre ellos se felicitaban al ver caer a los chavos: “ya le diste a otro conejo, muy bien”) y te sentías pato frente a las escopetas. Ni un segundo mediaba entre sospechar que estabas en la mira de alguien y verte arrojado al suelo con una pelota en la boca, como cerdo con manzana. Y sangre en lugar de salsa gravy.
antimotines, hasta cansarse. Y después, tranquilamente, regresó al Liceu. Entonces sí, a dos horas de persecuciones y retiradas, la policía se marchó.

Se acabó el juego. Los chavos empezaron a aburrirse hasta que alguien recordó que era el día de las mil convocatorias y había una entrega de “palomitas transgénicas” a las 4 y media. Todos se fueron. Seis no: habían sido detenidos.


“EUROPA AMURALLADA, EUROPA ACABADA”
(Manta en la mani del sábado)

El sábado era el gran día. Para prevenir, la marcha se convocó por la tarde, horas después de la clausura de la cumbre europea, y muy lejos de donde se realizó. Los organizadores pactaron con el gobierno para asegurar el orden. Cientos de personas con chalecos rojos cuidaron que no se cometieran excesos. Frente a los edificios públicos, incluso la Comisaría de Policía, no había un solo agente: puros chavos, cuidándola. Más adelante pude ver que sí había policías, pero en lugar de formar una valla en las orillas de la marcha, como acostumbran, se apostaban en las bocacalles, a una cuadra del recorrido. Casi no se los veía.

Fue una de las marchas más grandes que he visto en mi vida. Aquí ya se dio por sentado que es la mayor marcha de protesta en todo el mundo contra el rumbo actual de la globalización. Si no fue la más grande, sí fue la más colorida y festiva.

Seis lobby-busters la recorrían disfrazados de aviones caza, los “eurofighters”, que bombardeaban de puro gusto. Sobre un carrito de supermercado, un grupo de jóvenes (cada uno representando grupos como: jubilados, estudiantes, indígenas, zapatistas, inmigrantes, mujeres, argentinos, etc.) llevaba rumbo al cadalso a un gran capitalista con cuchillo y tenedor devorando al mundo. Había muchos grupos de percusiones, otros de gaiteros, coros de chicas cantando contra la guerra (muy lindo), mojigangas, miles de silbatos, mucha gente disfrazada de todo tipo de cosas, y cientos de banderas: de la República española, Cataluña, Euskadi, Colombia, Venezuela, Chile, Cuba, Palestina...

Este movimiento ampara todas las causas. Se veían grupos de todo: Madres de la Plaza de Mayo, SOS Racismo, legalización de la marihuana, por una nueva cultura del agua... Una manta decía: “Europa independiente ya de USA”. Y otra: “Plan Colombia, Puebla-Panamá: son la recolonización de Sudamérica, genocidio y robo... Son los problemas de Europa y EE UU”.

La Guardia Urbana de Barcelona dijo que eran 250 mil personas. Los organizadores, 500 mil. La prensa dice 300 mil. Lo que sí se constató fue que el primer bloque, el de la Campaña, ya había recorrido la via Laietana y el Paseo Colom, y llegado al destino último, el Monumento a Colón -“al final de La Rambla”-, cuando el segundo bloque, la Plataforma, todavía no veía para cuándo salir del punto de origen, la Plaça de Catalunya. El tercer bloque, el Fòrum, ya de plano nunca se movió: pasadas las horas, decidieron montar un sonido y ponerse a bailar ahí mismo, pues la Plataforma nunca acabó de salir: las calles estaban saturadas.

Pero lo más importante es que la gente se encargó de diluir las diferencias de los sectores, los que acudieron a la marcha solos, con su pareja o algunos amigos, sin adscripción a un grupo o garapiñado de grupos, fueron la enorme mayoría. Gente normal, común y corriente, muchos de ellos cincuentones, también muchos mayores de cabecitas totalmente blancas (o rosadas, por el sol).

Si en México agarraron al Mosh de estereotipo denunciable de la huelga de la UNAM, aquí han agarrado a los chavos okupas, de cabello rastafari y estética definida. Esta marcha demostró que el movimiento va mucho más allá de estos sectores.

La prensa se dejó entusiasmar y ya se veía a los reporteros de radio y TV anunciando que esta manifestación gigantesca había roto la marca de asistencia y la maldición de la violencia... Cuando un grupo de encapuchados, a una cuadra del Monumento, comenzó a desprender los tabiques del Paseo y a arrojarlos contra la policía que se agazapaba una cuadra más lejos. El servicio de orden quiso impedirlo, pero al comprender que no podía, declaró terminado el evento y una camioneta se abrió paso como pudo por la via Laietana para pedir a la gente, que estaba atascada ahí, que se retirara.

¿Quiénes son estos encapuchados? No se sabe bien, hay todo tipo de especulaciones. Hay cierta prensa que dice que basta media docena de ellos, bien organizada, para moverse de un lado a otro, provocando la intervención policial y desapareciendo velozmente (con lo que la represión cae sobre otros distraídos), y dar la impresión de desórdenes generalizados.

Lo que pude ver es que eran muchos más que una docena. Y que muchos chavos, en cuanto vieron el pleito, corrieron a sumarse al juego de rómpele la cabeza al madero (policía), bajo la consigna de “madero bueno, madero muerto”. Claro está que eran muy pocos en comparación con la multitud de manifestantes, pero si es cierto que hay provocadores, también lo es que abundan los que felizmente se suman a la provocación. Ya era de noche (las 9 y media, la marcha había empezado -¡puntualmente!- a las seis) y resultaba difícil distinguir las cosas.

Se nos vino encima la policía, cargando contra todo: violentos y pacíficos, manifestantes y turistas, encapuchados y reporteros. Disparaban con rifles de pelotas de goma (parece que duelen), otros que lanzaban petardos (al primer ¡boom!, la gente soltó un burlón “uuuuuh” y se acercó más; con los siguientes hubo que salir corriendo) y con granadas de gas (no supe si era lacrimógeno: el viento soplaba con fuerza contra la policía).

La gente que se quería ir (escapar) no podía: se habían formado cinturones policiales que sólo te dejaban salir si ibas detenido. Los accesos del metro, cerrados. Y muchos sostenían el combate a pedradas.

Me puse nervioso: primero, me iban a pegar; después, había perdido mi permiso de residencia y si me detenían me iba a meter en un embrollo. Pero además tuve una probaditita de lo que sería reportear una guerra: la gente avanzaba y retrocedía en instantes; podías estar mirando el enfrentamiento cubierto por veinte personas, y de pronto encontrarte solo y expuesto. Los policías nos apuntaban con sus lanza-pelotas (al día siguiente, un diario catalán reportó que entre ellos se felicitaban al ver caer a los chavos: “ya le diste a otro conejo, muy bien”) y te sentías pato frente a las escopetas. Ni un segundo mediaba entre sospechar que estabas en la mira de alguien y verte arrojado al suelo con una pelota en la boca, como cerdo con manzana. Y sangre en lugar de salsa gravy.

Nos empezaron a arrear. En un escenario que se llama Sot de Midgia, en el hermoso parque del Montjuic, se iba a realizar un concierto de la Campaña, con varias bandas (entre ellas el Radio Bemba Sound System, de Manu Chao), y las autoridades daban por hecho que todo el mundo quería ir a allí, así que a pastorearnos.

Pero por las malas: Ibamos miles a empujones y carreras, sin aliento, con la policía en los talones, por la avinguda del Paral·lel, en donde la circulación no había sido cortada y los conductores de pronto se hallaban en medio de una guerra, incapaces de huir. Los encapuchados parecían ir siempre adelante, quemando botes de basura y desparramando las botellas de vidrio de los contenedores para reciclaje. Encabronados, no fueron pocos los que se proveyeron de proyectiles para defenderse de los pelotazos.

Como es obvio, los que caían bajo los macanas y se iban detenidos con frecuencia eran personas que no tenían nada que ver. Los encapuchados estaban prevenidos y preparados. En algún momento, pasé por un restaurante con mesas en la terraza y gente que veía la bronca. La TV transmitió después imágenes de los antimotines apaleando a los comensales y derribando las mesas.

Hasta que por fin hallé un metro abierto, al que entré temiendo que agentes de civil me capturaran ahí (como ha ocurrido). Pero no: media hora después ya veía las noticias en el hotel y preparaba mi nota.


“OTRO MUNDO ES POSIBLE”
(Lema común de la mani del sábado)

Recuerdo cuando a un secretario de Seguridad Pública de Oscar Espinoza, David Garay, lo destituyeron (en el 96) por los excesos de la policía reprimiendo una manifestación de maestros. Y pienso que en México no es normal ni tanta vigilancia del Estado, ni tanta violencia por parte de los marchistas. Aunque ya me había tocado presenciar la represión, durante la huelga de la UNAM, fue una experiencia interesante, además de adrenalínica, verme envuelto en estas corretizas de ahora. Claro, porque no me llevé ni un golpe (apenas un empujón en la panza con una macana). Ni fui uno de los 98 detenidos.

Me sorprendió leer, al día siguiente, comentarios de quienes lamentaban que tan exitosa mani se hubiera visto un poco deslucida por la violencia, reconociendo a la vez que la policía se había medido más que en otras ocasiones.

¿Se había medido? No lo decían las autoridades, sino algunos de los participantes. Caramba con estos europeos. Me cae que los tienen bien acostumbrados a los madrazos.

Lo más importante fue el entusiasmo y el triunfo de la gente. Aznar (el presidente derechista español) los había amenazado, diciendo que marchar con los independentistas vascos era marchar con ETA. Había cuestionado a los socialistas por que habría socialistas en la cumbre europea y socialistas protestando contra la cumbre. Había descalificado a los que protestan: a ellos no los eligió nadie, a los líderes europeos sí.

Un líder socialista dijo que el que estaba cada vez más a la derecha era Aznar, mientras que ellos, los socialistas, “estamos donde siempre hemos estado, no sé qué le sorprende”. Todavía mejor: a la acusación de no representar a nadie, respondieron con una asistencia que, dicen aquí, sólo se había visto en España al principio de la democracia y en 1981, cuando los franquistas intentaron dar un golpe de Estado y la gente salió en defensa de la Constitución.

(Mientras, la cumbre europea estuvo muy desorganizada -ni siquiera había traductores en un encuentro de 19 idiomas- y sus resultados fueron bastante mediocres, aunque Aznar y sus ministros se la han pasado felicitándose por el “éxito”.)

Debo confesar que cuando mataron al activista Carlo Giuliani en Génova (yo estaba en Rumanía en el pueblo de mi amigo Valeriu), me dio fobia por los globalifóbicos (¡horror!, pero que palabra tan fea y pretensiosa). Lo único que podía ver de ellos era su dispersión, sus divisiones, su total falta de realismo y su irresponsabilidad que, brutalidad policiaca mediante, había significado la muerte de un chavo con sueños. Estaba también, me parece, influido por la imbecilidad que exhibió el CGH en México, tanta que logró el hecho insólito de que la sociedad aceptara de buen grado el ingreso de la policía a la UNAM.

Pero aquí vi que había mucho más. Hay que verlo, sentirlo y razonarlo. Los jóvenes radicales que aguaron la fiesta de la Organización Mundial de Comercio en Seattle, hace tres años, han logrado crear un espacio de diálogo y acción más allá del desgaste de la izquierda y de los partidos, un espacio de regeneración, a pesar de las torpezas. A raíz de esto, han surgido nuevas esferas de activismo y de propuesta, como el Foro Social Mundial de Sâo Paolo. Con ello, aparecen nuevos ejes de debate. Y maneras, igualmente nuevas, de volver a reunir a una izquierda tercamente divisionista.

A la experiencia de la multitud multitudinaria y de los madrazos madreadores, sumo la de la enorme creatividad de las numerosas convocatorias, la de la gente común desdibujando estereotipos y sectarismos, la de un debate que sigue estando disperso pero que halla maneras de encontrarse en coincidencia, y lo más esperanzador, la de sentir que hay un embrión creciendo para una izquierda que deja atrás el siglo XX, que supera el carácter simplemente reaccionario de la antiglobalización y ya aspira a crear las propuestas para una globalización alternativa.

“Somos millones y el mundo no es vuestro”.
(José Agustín Goytisolo)


HISTORIA PUBLICADA ORIGINALMENTE EN EL SERVIÇÂO DO INFORMAÇÂO DO UM TAL TEMORIÇÂO

GRACIAS POR VISITAR MI ESPACIO! ACTUALMENTE ESTOY DANDOLE LA VUELTA AL MUNDO. QUIERES CONOCER LAS ETAPAS DE MI VIAJE HASTA EL MOMENTO? QUIERES IR A SUDAFRICA, SWAZILANDIA, MOZAMBIQUE, TANZANIA, KENYA, INDIA, NEPAL, TAILANDIA, LAO, CAMBOYA O VIETNAM? HAY MAS DISPONIBLES EN MI PAGINA PRINCIPAL!

THANKS FOR VISITING MY SPACE! CURRENTLY (2005-2007) I'M ON A ROUND THE WORLD TRIP. DO YOU WANT TO CHECK OUT OTHER STAGES OF MY TRIP? DO YOU WANT TO GO TO SOUTH AFRICA, SWAZILAND, MOZAMBIQUE, TANZANIA, KENYA, INDIA, NEPAL, THAILAND, LAO, CAMBODIA OR VIETNAM? YOU WILL FIND MORE OF MY TRIPS AVAILABLE AT MY MAIN PAGE!

Advertisement



Tot: 0.574s; Tpl: 0.016s; cc: 25; qc: 98; dbt: 0.3519s; 1; m:domysql w:travelblog (10.17.0.13); sld: 1; ; mem: 1.8mb