Policías y golpeadores
Era como un juego. Deben haber sido como 500 chavos que, cuando llegaron a La Rambla, frente al Liceu de Barcelona, ya eran esperados por unos 150 antimotines. La provocación se limitaba a insultarlos. No vi a nadie causando destrozos o agrediendo físicamente. Pero de pronto se nos vinieron encima. Corrían para acá, luego para allá, un grupo de policías descubría que se había aislado y se retiraba con miedo.