Lao (Laos). Dia 366. Vuelta al mundo. Round the world trip


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Laos' flag
Asia » Laos » South » Si Phan Don
April 27th 2006
Published: October 26th 2006
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El combate esta dificil / Worried in combatEl combate esta dificil / Worried in combatEl combate esta dificil / Worried in combat

Chicos lao durante el festival del Songkran, la guerra del agua / Lao kids during Songkran festival, the water war
Información. Día 366. 27 de abril de 2006. Llegué de Tailandia. Salgo a Camboya. Etapa actual: Sudeste de Asia. Próxima etapa: China.

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Info: Day 366. April 27th, 2006. Came from Thailand. Going to Cambodia. Current stage: South East Asia. Next stage: China.

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(Sorry for the inconvenience of this Spanish-only blog. This trip leaves me no time nor energy for translation. Many of you have asked for it, so I'm adding now a brief English introduction. For the rest you can always try Google translator, let's see what happens!. For some of you, this will be a good
BEERLAO!BEERLAO!BEERLAO!

Unas lao muy simpaticas que venian en nuestro bote del Mekong y saben pasarsela muy bien con Beerlao, la chela nacional / Lovely lao women from my boat on the Mekong river. They were having a great time with Beerlao, the national beer (as its name suggests)
chance to practice and hopefully improve your Spanish. For the others, I hope the photos themselves will be of worth.)

BRIEF ENGLISH INTRO:

(Pequeña introducción en inglés para los que no hablan español --después vienen todos los posts en castellano.)
Lao's wonder is is its pristine nature. It's come into the world tourism's map fairly recently and its people and villages keep a freshness that is long gone in Thailand, for instance. That doesn't mean that you are the only tourist around, as I thought I'd be: there is a well established circuit that begins and ends in its two Northern Thai borderposts, along which many more adventurous travelers wander in hordes. Those hordes, anyway, are still far from what you can see in any other South East Asian country (apart from the backpackers' TV shithole that is Van Vieng).

South Lao is a different thing: away from all urban centres, putting you on the way to the all-confusing Lao-Cambodian border --seeming no man's land--, lacking a developed tourist infrastructure, the visitors' impact is much lighter and the nature is as wild as it was a century ago. The Mekong river at Si Phan Don is amazing!
Los sutras / Learning the sutrasLos sutras / Learning the sutrasLos sutras / Learning the sutras

Jovenes monjes budistas en Luang Prabang / Young Buddhist monks at Luang Prabang

The best part of this stage of the trip --and one of the best festivals in my life-- was the Pi Mai Lao or Songkran, in Luang Prabang. It is the main national holiday, as it is in Thailand, celebrating the lunar new year. As you will see in the pictures, it is a great deal of fun and an opportunity to mix with people erasing all social differences, no matter whether you're old or young, local or falang, rich or poor, male or female --even monks and policemen at some point get involved in the mood, disregarding the immense respect people pay for religion and authority in this Buddhist-Communist country.

DÍA 346. 7 DE ABRIL DE 2006. RÍO MEKONG, LAO (LAOS): LACOLUMNA VERTEBRAL DE INDOCHINA



Mi habitación en el pueblo tailandés de Chiang Khon tenía una vista espectacular hacia el Mekong, el gran río que baja desde el Tíbet, cruza la provincia china de Yunnan, un trecho de Myanmar (Birmania) y llega aquí para hacer una larga frontera entre Tailandia y Laos. Más abajo entra en Camboya y tiene salida al mar en Vietnam: es la columna vertebral de Indochina.

Fue como una sorpresa, creo que
Princesas / PrincessesPrincesas / PrincessesPrincesas / Princesses

El desfile del Pi Mai Lao, el anho nuevo lao, en Luang Prabang / Pi Mai Lao (Lao new year) parade in Luang Prabang
nunca pensé que llegaría a verlo y de pronto lo tuve abierto frente a mí: el legendario Mekong. Los latinoamericanos no lo conocemos más que por las películas sobre la guerra de Vietnam: las lanchas patrulleras de EU lo recorrían para tirotear las unidades guerrilleras y las aldeas pacíficas.

A la mañana siguiente lo crucé hasta la localidad lao de Huay Xai, donde tomé el bote lento que tarda dos días en llegar a la ciudad de Luang Prabang. Gabina y Jaime, una simpática pareja argentino-española que conocí en Nepal, hicieron este mismo trayecto y no les gustaron el transporte ni el sitio donde pasaron la noche. Pero yo disfruté mucho el recorrido, el río es inmenso y hermoso, con mucha actividad en las riberas, y además en el bote conocí mucha gente entre falángs (occidentales) y laos, e hice amigos.

A medio camino está Pak Beng, un pueblo que crece alojando a los turistas que pasan y no es especialmente agradable. Pasé una noche difícil, incluso, porque sólo hay pocas horas de electricidad y los hostales están hechos completamente de madera: al despertarme de madrugada y con urgencia de ir al baño, no había ni un rayito
Vida rocosa / Rocky lifeVida rocosa / Rocky lifeVida rocosa / Rocky life

En la orilla del Mekong / On the Mekong shores
de luz y al tacto no podía distinguir las paredes de la puerta (ni siquiera recordaba de qué lado estaba la salida, todas las noches duermo en un sitio diferente). ¡Diablos, casi reviento! Estaba empezando a darme por perdido cuando encontré la perilla y el camino al baño.

Ahora estamos cerca del final del trayecto. A mí me ha parecido tan bello y relajante que podría hacer un día más. Hay que empezar a conocer este país, sin embargo. Es pequeño y de poca importancia, encerrado por vecinos agresivos y mucho más poderosos: Tailandia, Viet Nam y nada menos que la gran China. La ventaja de Laos es su condición virgen: se abrió al turismo hace muy pocos años. Su gente no se ha echado a perder en la cacería de los visitantes (en comparación con la de Tailandia y Viet Nam), sus pueblos siguen dedicándose a actividades tradicionales, en los senderos de sus montañas no se han vuelto comunes los grandes tours. Y la amabilidad de los locales parece muy natural. Es, además, un país comunista. Veremos en qué consiste eso.


DÍA 351. LUANG PRABANG, LAO (LAOS): EL ENCANTO DE LA GUERRA



Luang Prabang es preciosa. Me parece como un extraño set cinematográfico que combina un ambiente de pueblito del viejo oeste de EU con arquitectura francesa y templos budistas. Las antiguas mansiones coloniales, las pagodas y estupas, las calles bien cuidadas con gente tranquila y amable. ¡Qué preciosura!

No es casual que la UNESCO le otorgó a esta ciudad la categoría de Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Pero resulta mucho más bonita y acogedora porque son días de fiesta. De acuerdo con el calendario budista, de tipo lunar, se acerca el año nuevo (nada menos que el 2549) y es hora de lavar al Buda y limpiar las culpas: ¡es la guerra de agua!

Desde las casas y los comercios, en las esquinas y a media calle, la gente se reúne a llenar barriles y cacharros para bañar al prójimo. Los vendedores están haciendo el súpernegocio porque importaron de China montones de pistolas lanza-agua de diversos tipos, incluso unas con tanques de recarga en la espalda. Las batallas son tan intensas que yo, en promedio, rompo la mía cada 36 horas, y en cada ocasión la encuentro más cara: ¡aumentan cada día!.

Es un todos contra todos divertidísimo. A los lao les encanta que los falángs participemos. Es genial que todas las barreras se rompan aquí: de lenguaje, de cultura, de edad. El código común es la buena onda. Ahora tengo un aliado, un niño de unos diez años: cada cual armado, nos disponíamos a enfrentarnos cuando con los ojos pidió tregua y coalición para atacar a otro falang. Lo hicimos con todo éxito y nuestra víctima tuvo que huir de manera poco elegante. Aunque no tenemos un lenguaje común para firmar un pacto bélico, desde entonces mi socio y yo nos lanzamos juntos a perseguir enemigos cada vez que nos encontramos.

El inicio oficial de la festividad es hasta el viernes, pero los niños iniciaron actividades desde el fin de semana pasado y no hay manera de mantenerse seco. Los únicos que están teóricamente a salvo son los policías y los monjes. Hasta ahora.

No deja de resultar inquietante el hecho de ver a estos niños con pistolas. No en este país, que hasta hace muy poco tiempo salió de una guerra que duró cincuenta años, contra japoneses, franceses, estadounidenses y entre facciones locales. Laos es el país más bombardeado de la historia, en términos de kilos
Profesoras de español / Spanish teachersProfesoras de español / Spanish teachersProfesoras de español / Spanish teachers

Me acerque al escucharlas en un monasterio de Luang Prabang. Ombretta y Delia le ensenian al monje, que ademas esta aprendiendo ingles y frances. Y ellas son italianas. / I heard them speaking in a Luang Prabang monastery. Ombretta and Delia, from Italy, were teaching Spanish to the young monk, who's learning French and English as well
de bombas por habitante. Los padres vivieron todo eso (destrucción, persecuciones, muertes) y seguramente no conservan un buen recuerdo de las armas. ¿No se sentirán incómodos cuando sus hijos las toman como juego?

Acaso pueda ocurrir lo contrario. Tal vez se sienten felices por el hecho de que niños como mi aliado puedan tomárselo a broma y ganar confianza relacionándose con gente de otros países, otros idiomas y otras edades, que está aquí para aprender y ser amistosa. Antes, los extranjeros venían a matar.


DÍA 354. LUANG PRABANG, LAO (LAOS): ¡FALANG RANGERS!



¡Pero qué diveltido ta’ to’ esto, chico! Nos fuimos ayer a ver la elección de la reina del festival de año nuevo lao. No teníamos favorita porque a todas estas guapas chicas las maquillan (mucho) y visten igual -sólo cambia el color del traje-, y les ponen la misma corona, y a pesar de que todos llevamos ya algunos meses en Asia, en casos como esto no podemos distinguir una chica de otra. Les aplaudimos a todas.

El evento se hace en medio de una gran feria con juegos y puestos de venta donde encontramos unas mascaritas de plastico y salvavidas para niños. En medio de la guerra del agua, una protección así es recomendable y adquirimos nuestro equipo bélico. Las máscaras son especialmente importantes: en los enfrentamientos frente a frente lo que más sufre son los ojos y yo, con lentes de conacto, suelo tener problemas. Eso se acabó.

Stef y Steve, Anna y Matt (los cuatro de Australia), Phil, Mielsey, Deborah (ingleses) y yo nos reunimos al día siguiente, nos colocamos las máscaras y los salvavidas, empuñamos nuestras armas y nos lanzamos al ataque. En un extraordinario ejercicio de originalidad creativa, a alguien se le ocurrió que nos bautizáramos como los ¡Falang Rangers!

Los laos con algunos turistas ocuparon posiciones fijas en las calles. Apoyados por Justin, Thomas, Haydn y Josh, que no tenían uniforme pero eran como nuestras milicias de refuerzo (¡ya éramos 12!), y por un grupo variable de insurgentes laos, los FR nos lanzamos en oleadas sobre ellos que, entre la sorpresa y la risa de ver esa horda de occidentales con salvavidas de patito y de cochecito, se quedaban incapaces de hacernos frente. En el paseo junto al río, un bar gay montó un escenario donde sus artistas disfrazados cantaban, bailaban y mojaban al personal.
A la sombra del arbol Bodhi / Under the Boddhi tree shadeA la sombra del arbol Bodhi / Under the Boddhi tree shadeA la sombra del arbol Bodhi / Under the Boddhi tree shade

No, uno cualquiera de Luang Prabang / Not the Boddhi, just any tree in Luang Prabang
También conocieron la fuerza de los FR. Al igual que otras unidades móviles del enemigo: montones de muchachos y muchachas subidos en carros viejísimos pintados de colores, que circulaban arrojando agua. Era una mala táctica porque no tenían capacidad de maniobra y los grupos de tierra se dispersaban alrededor de ellos. Pero nadie como los FR, que abordábamos los vehículos y los dejábamos indefensos.

Sobre la playa, del otro lado del Mekong, se montaron grandes carpas con restaurantes y música: el inicio oficial de la celebración. El tráfico de lanchas entre las dos orillas parecía el de Insurgentes y Reforma. Organizaron además un concurso de estupas de arena: en lugar de castillos, mausoleos budistas. Hasta allá fuimos los FR con nuestra gloria y nuestra fama… para ser bárbaramente humillados. Nos topamos con los malos de verdad. Tenían las manos negras, la cara roja, temibles sartenes saturados de hollín de años, bolsas de harina y bolas de grasa. Caminaban entre la gente embarrándola en la piel y la ropa con sustancias indeseables. Como bestias del mal, divisaron nuestro grupo bienechor (bueno, más o menos) y se lanzaron rabiosos sobre él. Resistieron las descargas, rompieron nuestras líneas, nos mancharon las camisas
En busca de victimas / Searching for victimsEn busca de victimas / Searching for victimsEn busca de victimas / Searching for victims

Le nena moja a Paolo traicioneramente... / The girl attacks Paolo without warning
y el honor. ¡Retirada! Los aliados laos se borraron al confundirse entre la multitud. Los amigos extranjeros trataron de hacer lo mismo. Para los Falang Rangers no fue tan fácil, prisioneros del uniforme. Algunos perdieron las máscaras. Otros las armas. Los menos púdicos dejaron caer los salvavidas y huyeron semidesnudos.

Hasta ahí llegó nuestra fuerza expedicionaria. Como siempre, los afanes coloniales murieron en tierra indochina. Así cayeron también japoneses, franceses, gringos y chinos. Pero a nosotros, por lo menos, los vencedores nos dejaron ir a sentarnos a beber cerveza, y cantaron y bailaron con nosotros hasta que llegó la noche. Y los dejamos muertos… de la risa.


DÍA 355. LUANG PRABANG, LAO (LAOS): PI MAI LAO!!!



Pi mai lao! Feliz año nuevo!

El día de ayer, último del año 2548, todos los monjes de la ciudad encabezaron un desfile entre dos importantes templos. Vestidos con sus túnicas azafrán y terracota, y equipados con sombrillas, caminaron al ritmo marcado por un enorme tambor y varios músicos. La gente les arrojaba agua con respeto, parte de la tradición de lavar los pecados. Los seguían bellas jóvenes en trajes tradicionales, entre ellas la reina del festival, y muchachos
Reaccion italiana / Italian reactionReaccion italiana / Italian reactionReaccion italiana / Italian reaction

Paolo le responde abusivamente... / Paolo retaliates abussively
con máscaras que representan a demonios y santos de la tradición budista. Hoy, la procesión se repitió, pero en sentido contrario.

La gente lao, que de por sí es un encanto, es más amable que nunca porque está alegre y disfruta que los extranjeros participemos de su fiesta. Muchos de nosotros nos propusimos hacer de este domingo un día tranquilo, sin excesos, pero a todos nos ocurrió que nuestros anfitriones --las familias que manejan los hostales-- no nos dejaron. Por ejemplo, a mí, apenas abrí la puerta de mi habitación, me jalaron dos guapas muchachas (después supe que se llaman Sav y Duk), me sentaron con un grupo de personas laos y occidentales, y con un simpático singapuriano (singapurense? singapureño? singapuritano?) que se llama Colin, me dieron comida y me bañaron en whiskey. Los demás falángs fueron también súper cariñosos, en particular dos alemanes, Merit y Nico. La mujer de mayor edad y una nena me colocaron hilos blancos en las muñecas mientras musitaban una oración, como símbolo de buena suerte.

Algunos lectores de este blog han compartido con nosotros su preocupación por lo que consideran como un desperdicio de agua. Descansen tranquilos: Laos no es México. Aquí
Persecucion / ChasePersecucion / ChasePersecucion / Chase

Ella huye tardiamente... / She runs away too late
lo que sobra es el agua, y no es raro que sobre demasiado: cuando llegan los monzones nunca falta una inundación. Luang Prabang está al lado del poderoso río Mekong, que baja desde el Tíbet con millones de hectolitros de líquido, y tiene la ventaja de que es agua bastante pura porque no pasa por grandes centros urbanos ni industriales. De hecho, eso nos encanta porque aquí, si te meten agua en los oídos o en los ojos no es probable que te dé una infección. Lo contrario ocurre en Chiang Mai, donde también celebran de esta forma y sacan el agua de un canal contaminadísimo, seguro te saca ronchas si te cae en la mano. Yo sé que es lo contrario de lo que nos hemos acostumbrado a oír en México, con toda razón, claro está, pero aquí no hace falta ahorrar el agua y se trata de una tradición antigua, llevan miles de años haciéndolo así.

Claro que ha cambiado. Ahora hay pistolas de agua. Pero la gente no parece preocuparse por eso ni tantito. Y tiene un efecto sorprendente que a mí me parece muy positivo, relacionado con las jerarquías.

Las sociedades del sudeste de Asia son muy rígidas en términos jerárquicos. Las diferencias se marcan todo el tiempo con gestos muy concretos. Por ejemplo, nadie que esté en un nivel inferior a otra persona puede tener la cabeza a la misma altura que ella. Es muy chocante porque la gente que te da servicio en los restaurantes y hostales hace lo posible por evitar estar por arriba de los clientes (aunque en muchos sitios para turistas esto va desapareciendo). El problema es que, como tú estás sentado comiendo, cuando pasan junto a ti se agachan para no tener la cabeza por arriba, lo que parece un gesto servil que a mí me incomoda, porque no me siento ni me gusta que me hagan sentirme por arriba de nadie. Hace unos días, una amiga y yo platicábamos sentados en los escalones de un hotel y una lao que subía no hallaba cómo pasar. Yo pensé que tal vez deseaba mayor espacio y me corrí hacia un extremo, pero cuando por fin se animó entendí qué ocurría: casi se arrastró para conseguir avanzar y mantener la cabeza por debajo de las nuestras al mismo tiempo.

Pero estos, en cierta manera, son los días brillantes de la igualación. Salvo monjes y policías, todos pueden mojar y saben que van a ser mojados, y que eso es bueno. Los muchachos mojan a sus padres, los meseros a los comensales y nada se disfruta más aquí que ver como un falang que estaba seco corre empapado y, lo mejor, muerto de la risa, porque de eso se trata. A los locales les encanta ver que agarramos la onda.

Yo digo que aquí el que se ríe se moja, y los policías, intocables en circunstancias normales, acaban convirtiéndose en objetivo predilecto. Más todavía: los monjes. Aunque sea un mozalbete de 14 años, los monjes siempre son los del respeto. En Luang Prabang, está prohibido que los turistas entren en la zona de templos en autobuses porque sus cabezas quedan por encima de las de los monjes.

Pues na, los monjes jóvenes, y no tanto, no se aguantan las ganas de entrarle. En los primeros días, ellos te arrojaban agua desde atrás de las bardas de los templos y tú te aguantabas, ni modo chato. Pero los niños se aburrieron y empezaron a devolver los ataques, y de pronto los monjes se convirtieron en blanco legal si se dejan ver con un recipiente lleno de agua. Steve, uno de los Falang Rangers, sostuvo histórico cara a cara con un monje armado con una pistola y muerto de la risa. Stef, su novia --la de Steve, no la del monje--, inmortalizó el momento con su cámara, sin duda la mejor foto del festival.


DÍA 363. VIENTIANE, LAO (LAOS): ¿Y SI LANZARAN FÁBRICAS EN VEZ DE BOMBAS?



Vientiane es la capital del país de los pueblos laos. Cuando los franceses conquistaron el territorio lo llamaron así, laos, en plural, y de esta forma lo dieron a conocer al mundo. Pero los habitantes lo llaman Lao, al igual que sus vecinos.

Lao es muy hermoso, por su geografía y su gente. E pequeño y parece alejado de las grandes corrientes de la historia. No lo suficiente, para su infortunio. Su único récord de alcance global es que es el país más bombardeado del mundo, en términos de explosivos por cabeza.

Comparten tragedias con toda la región de Indochina, que incluye a Camboya y Vietnam. Primero fue la ocupación japonesa, en la Segunda Guerra Mundial. Después la lucha para independizarse de los franceses. Y la intervención extranjera, la llamada "guerra secreta" sostenida durante casi una década (1964-1973) por Estados Unidos, para impedir que la guerrilla comunista tomara el poder y que el Vietcong utilizara rutas en Lao para transportar suministros y tropas a Vietnam del Sur.

El paisito lao, que por siglos ha sido el más humilde y pacífico entre los agresivos pueblos de la región, fue destrozado sistemática y extensivamente. Además de crear y armar un ejército local de 9,000 hombres, Washington lanzó operaciones aéreas masivas de tal dimensión (580,944 salidas) que superó en 50% las que realizó en 15 años en Vietnam. En promedio, a lo largo del conflicto dejó caer sobre Laos el cargamento completo de un avión bombardero cada ocho minutos, 24 horas al día. Al final, había arrojado 1.9 millones de toneladas de metal, el equivalente a media tonelada por cada hombre, mujer y niño que vivía allí. Más enormes cantidades de armas químicas, herbicidas y defoliantes.

Como era una guerra "secreta", los contribuyentes estadounidenses no se enteraron que la gracia les estaba costando dos millones de dólares diarios. Y de todos modos ganaron los comunistas, que siguen en el poder sin que los laos parezcan incómodos por ello. Uno
Ataque contra el fotografo! / Assault on the photographerAtaque contra el fotografo! / Assault on the photographerAtaque contra el fotografo! / Assault on the photographer

La prensa es neutral! / Press is neutral!
se pregunta, ¿ y si EU hubiera invertido ese dinero en construcción y no en destrucción? ¿En desarrollo, educación, salud, microempresas, industrias, trabajo? Tal vez los laos se hubieran vuelto tan pro-estadounidenses como los tais. O tal vez no e igual hubieran ganado los comunistas. Pero la memoria sería distinta, la vida de la gente, mejor, más entusiastas y sinceros los esfuerzos de reconciliación y la conciencia del imperio, un poquitín más limpia.

Como seguimos viendo, 30 años después, en Washington siguen sin aprender de los errores.


DÍA 365. DON DET, SI PHAN DON, LAO (LAOS): CUATRO MIL ISLAS DEL MEKONG




El gran río Mekong se rompe en cien brazos que dejan a la tierra salir a respirar por millares de islas, islotes y brotes de maleza. Esto es Si Phan Don, que en el idioma lao significa "cuatro mil islas".

Es uno de los rincones más aislados del Sudeste de Asia. Lejos de todo. Crea la frontera de Laos, Camboya y Vietnam, un cruce que hasta hace muy poco nadie transitaba y que estaba cerrado a los extranjeros. Es una región de tierras de nadie en donde dominan las mafias del contrabando.

Esta situación y su belleza --cascadas, playas, riqueza de flora y fauna, preciosas aldeas sin luz eléctrica, un antiguo tren en desuso-- la convierten en un interesante refugio donde la vida sigue casi como fue hace cien años, poco afectada por la modernidad y el turismo.

Nadamos en fosas naturales, vimos delfines de río, navegamos en botecitos y paseamos en bicicleta por villorrios donde pocas veces se ve a un occidental --y de donde no nos querían dejar ir, encantados de hacernos beber el aguardiente local--.

Bello y tranquilo. Una delicia en contraste con la vida urbana, incluso con Vientiane, que para un habitante de la ciudad de México resulta poco más que una apacible sucesión de calles afrancesadas. Por relajada que sea, una ciudad no deja de tener los peligros de las ciudades, y en Vientiane casi provoco un accidente.

Pasé once meses en países donde se maneja al revés que en América y Europa continental: el volante está a la derecha y se circula por el carril izquierdo. Se hace la broma de que nosotros vamos por "the right way" (carril de la derecha, pero también el carril "correcto") y los países britanizados lo hacen por "the wrong way", el carril "equivocado"). Pasé un montón de tiempo tratando de acostumbrarme a eso, porque te afecta en mucho: cómo das la vuelta, cómo cruzas una calle de doble sentido (estamos acostumbrados a mirar primero a la izquierda , y eso te puede matar en un país donde los coches vienen por la derecha; es una precaución tan arraigada y automática que tengo que esforzarme para mirar primero a la derecha, y aunque lo logro y empiezo a cruzar, algo me fuerza a voltear a la izquierda y no me quedo tranquilo si no lo hago), incluso para dónde te mueves en la acera cuando te encuentras enfrente a alguien que camina en sentido contrario

Y no me di cuenta de que en Laos, ex-colonia francesa, se maneja como en México. Veníamos en las bicicletas, una amiga detrás de mí, y yo hacía las cosas automáticamente como las hice durante un año, las vueltas al revés y todo mal. Ella se confiaba en que yo sabía lo que hacía y más de una vez se atarantó cuando yo corregí el rumbo de súbito para evitar los coches. Como buena inglesa, para ella no tenía que ser de otra forma, piensa que somos nosotros los que manejamos al revés.

En fin, sobrevivimos y ahora llegamos a la paz del aislado sur de Laos, paso previo a la nueva aventura, ¡Camboya!


DÍA 366. 27 DE ABRIL DE 2006. FRONTERA LAO-CAMBOYA: BREVE RECUENTO DE ANIVERSARIO




En el momento de abandonar Lao y cruzar a Camboya, se cumple un año desde que empecé esta vuelta al mundo con mirada al sur.

Ha pasado rapidísimo. Tengo frescas las sensaciones de los tiempos previos a mi partida, cuando faltaban cuatro meses y me parecían una eternidad, cuando entró el último mes y se me metió el miedo. A quienes preguntaban les decía que el viaje podía durar entre seis meses y dos años, que si me iba mal me tendrían prontito de regreso. Víctor Villanueva recordó esto y dejó un mensaje en el blog a los seis meses, para marcar un primer logro: la superación del umbral mínimo.

El balance es excelente. A pesar de contratiempos peligrosos, como ser operado en Tailandia en días en que se temía un golpe de Estado. He caminado con buena estrella, no obstante, y conocido gente sensacional, nuevos amigos para esta vida.

Samantha, Annica, Minette, Mac, Laura, Liz, Kigera, Waringa, Waireri, Carol, Njonjo y Melanie en África; Sonal, Padambini, Ajit y Gayatri en India; Ovidi y los catalanes, Marie, Marko, TC, Brian, Andy, Lucie, Silke, Melina, Nelly y todavía más, en Tailandia; y Debs, Thomas, Justin, Haydn, Steve, Stef, Roseanne y Mark en Lao.

Ellos son la mayor belleza de este viaje. Y los pueblos, por supuesto. Estuve dos semanas en Europa, cinco meses en África y, hasta ahora, seis meses y medio en Asia. Diez países. 54278 kilómetros por aire, agua y tierra (una media de 4523 kilómetros por mes o 148 por dia). Y algo que no se puede medir: la emocionante experiencia cultural.

Quiero agradecer a aquellos que me han acompañado a través de este blog. Ésta es la forma de mantenerme cerca de México. En particular, quiero mencionar a Teresita: no hay lectora más fiel. En las buenas y en las malas, desde noviembre de 2004, nunca ha dejado de enviarme su buena vibra.

¿Qué sigue ahora? Siempre he querido mantener flexibilidad para hacer cambios cuando la oportunidad llama, pero en términos generales planeo bajar a Camboya, pasar a Vietnam y subir por ahí hacia el norte hasta la gran China, regresar al Sudeste de Asia para hacer Indonesia, Malasia y Singapur, y después Australia y Nueva Zelanda. De ahí, Sudamérica. ¡Y a casita!




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DÍA 346. 7 DE ABRIL DE 2006. RÍO MEKONG, LAO (LAOS): LACOLUMNA VERTEBRAL DE INDOCHINA



Mi habitación en el pueblo tailandés de Chiang Khon tenía una vista espectacular hacia el Mekong, el gran río que baja desde el Tíbet, cruza la
Que muera el frances! / Death to the French!Que muera el frances! / Death to the French!Que muera el frances! / Death to the French!

(Thomas se bate en retirada) / (Thomas on a shameless retreat)
provincia china de Yunnan, un trecho de Myanmar (Birmania) y llega aquí para hacer una larga frontera entre Tailandia y Laos. Más abajo entra en Camboya y tiene salida al mar en Vietnam: es la columna vertebral de Indochina.

Fue como una sorpresa, creo que nunca pensé que llegaría a verlo y de pronto lo tuve abierto frente a mí: el legendario Mekong. Los latinoamericanos no lo conocemos más que por las películas sobre la guerra de Vietnam: las lanchas patrulleras de EU lo recorrían para tirotear las unidades guerrilleras y las aldeas pacíficas.

A la mañana siguiente lo crucé hasta la localidad lao de Huay Xai, donde tomé el bote lento que tarda dos días en llegar a la ciudad de Luang Prabang. Gabina y Jaime, una simpática pareja argentino-española que conocí en Nepal, hicieron este mismo trayecto y no les gustaron el transporte ni el sitio donde pasaron la noche. Pero yo disfruté mucho el recorrido, el río es inmenso y hermoso, con mucha actividad en las riberas, y además en el bote conocí mucha gente entre falángs (occidentales) y laos, e hice amigos.

A medio camino está Pak Beng, un pueblo que crece alojando a los turistas que pasan y no es especialmente agradable. Pasé una noche difícil, incluso, porque sólo hay pocas horas de electricidad y los hostales están hechos completamente de madera: al despertarme de madrugada y con urgencia de ir al baño, no había ni un rayito de luz y al tacto no podía distinguir las paredes de la puerta (ni siquiera recordaba de qué lado estaba la salida, todas las noches duermo en un sitio diferente). ¡Diablos, casi reviento! Estaba empezando a darme por perdido cuando encontré la perilla y el camino al baño.

Ahora estamos cerca del final del trayecto. A mí me ha parecido tan bello y relajante que podría hacer un día más. Hay que empezar a conocer este país, sin embargo. Es pequeño y de poca importancia, encerrado por vecinos agresivos y mucho más poderosos: Tailandia, Viet Nam y nada menos que la gran China. La ventaja de Laos es su condición virgen: se abrió al turismo hace muy pocos años. Su gente no se ha echado a perder en la cacería de los visitantes (en comparación con la de Tailandia y Viet Nam), sus pueblos siguen dedicándose a actividades tradicionales, en los senderos de
Que monje ni que nada / Monk? Who cares!Que monje ni que nada / Monk? Who cares!Que monje ni que nada / Monk? Who cares!

Cara a cara de Steve contra un agente enemigo disfrazado de religioso budista. (Foto de Stef) / Steve face to face with an enemy agent masked as a Buddhist monk (Photo: Stef)
sus montañas no se han vuelto comunes los grandes tours. Y la amabilidad de los locales parece muy natural. Es, además, un país comunista. Veremos en qué consiste eso.


DÍA 351. LUANG PRABANG, LAO (LAOS): EL ENCANTO DE LA GUERRA



Luang Prabang es preciosa. Me parece como un extraño set cinematográfico que combina un ambiente de pueblito del viejo oeste de EU con arquitectura francesa y templos budistas. Las antiguas mansiones coloniales, las pagodas y estupas, las calles bien cuidadas con gente tranquila y amable. ¡Qué preciosura!

No es casual que la UNESCO le otorgó a esta ciudad la categoría de Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Pero resulta mucho más bonita y acogedora porque son días de fiesta. De acuerdo con el calendario budista, de tipo lunar, se acerca el año nuevo (nada menos que el 2549) y es hora de lavar al Buda y limpiar las culpas: ¡es la guerra de agua!

Desde las casas y los comercios, en las esquinas y a media calle, la gente se reúne a llenar barriles y cacharros para bañar al prójimo. Los vendedores están haciendo el súpernegocio porque importaron de China montones de pistolas lanza-agua de
El alegre cinismo / Happy cynicismEl alegre cinismo / Happy cynicismEl alegre cinismo / Happy cynicism

Los espias muestran desvergonzadamente su armamento. (Foto de Stef) / The spies openly show their weaponry (Photo: Stef)
diversos tipos, incluso unas con tanques de recarga en la espalda. Las batallas son tan intensas que yo, en promedio, rompo la mía cada 36 horas, y en cada ocasión la encuentro más cara: ¡aumentan cada día!.

Es un todos contra todos divertidísimo. A los lao les encanta que los falángs participemos. Es genial que todas las barreras se rompan aquí: de lenguaje, de cultura, de edad. El código común es la buena onda. Ahora tengo un aliado, un niño de unos diez años: cada cual armado, nos disponíamos a enfrentarnos cuando con los ojos pidió tregua y coalición para atacar a otro falang. Lo hicimos con todo éxito y nuestra víctima tuvo que huir de manera poco elegante. Aunque no tenemos un lenguaje común para firmar un pacto bélico, desde entonces mi socio y yo nos lanzamos juntos a perseguir enemigos cada vez que nos encontramos.

El inicio oficial de la festividad es hasta el viernes, pero los niños iniciaron actividades desde el fin de semana pasado y no hay manera de mantenerse seco. Los únicos que están teóricamente a salvo son los policías y los monjes. Hasta ahora.

No deja de resultar inquietante el hecho
Camaradas de combate / Combat comradesCamaradas de combate / Combat comradesCamaradas de combate / Combat comrades

Con Stef y Steve / Stef and Steve
de ver a estos niños con pistolas. No en este país, que hasta hace muy poco tiempo salió de una guerra que duró cincuenta años, contra japoneses, franceses, estadounidenses y entre facciones locales. Laos es el país más bombardeado de la historia, en términos de kilos de bombas por habitante. Los padres vivieron todo eso (destrucción, persecuciones, muertes) y seguramente no conservan un buen recuerdo de las armas. ¿No se sentirán incómodos cuando sus hijos las toman como juego?

Acaso pueda ocurrir lo contrario. Tal vez se sienten felices por el hecho de que niños como mi aliado puedan tomárselo a broma y ganar confianza relacionándose con gente de otros países, otros idiomas y otras edades, que está aquí para aprender y ser amistosa. Antes, los extranjeros venían a matar.


DÍA 354. LUANG PRABANG, LAO (LAOS): ¡FALANG RANGERS!



¡Pero qué diveltido ta’ to’ esto, chico! Nos fuimos ayer a ver la elección de la reina del festival de año nuevo lao. No teníamos favorita porque a todas estas guapas chicas las maquillan (mucho) y visten igual -sólo cambia el color del traje-, y les ponen la misma corona, y a pesar de que todos llevamos ya
Robo del arma enemiga / Stealing the enemy's weaponRobo del arma enemiga / Stealing the enemy's weaponRobo del arma enemiga / Stealing the enemy's weapon

En legitima defensa / On self defense
algunos meses en Asia, en casos como esto no podemos distinguir una chica de otra. Les aplaudimos a todas.

El evento se hace en medio de una gran feria con juegos y puestos de venta donde encontramos unas mascaritas de plastico y salvavidas para niños. En medio de la guerra del agua, una protección así es recomendable y adquirimos nuestro equipo bélico. Las máscaras son especialmente importantes: en los enfrentamientos frente a frente lo que más sufre son los ojos y yo, con lentes de conacto, suelo tener problemas. Eso se acabó.

Stef y Steve, Anna y Matt (los cuatro de Australia), Phil, Mielsey, Deborah (ingleses) y yo nos reunimos al día siguiente, nos colocamos las máscaras y los salvavidas, empuñamos nuestras armas y nos lanzamos al ataque. En un extraordinario ejercicio de originalidad creativa, a alguien se le ocurrió que nos bautizáramos como los ¡Falang Rangers!

Los laos con algunos turistas ocuparon posiciones fijas en las calles. Apoyados por Justin, Thomas, Haydn y Josh, que no tenían uniforme pero eran como nuestras milicias de refuerzo (¡ya éramos 12!), y por un grupo variable de insurgentes laos, los FR nos lanzamos en oleadas sobre ellos que, entre la sorpresa y la risa de ver esa horda de occidentales con salvavidas de patito y de cochecito, se quedaban incapaces de hacernos frente. En el paseo junto al río, un bar gay montó un escenario donde sus artistas disfrazados cantaban, bailaban y mojaban al personal. También conocieron la fuerza de los FR. Al igual que otras unidades móviles del enemigo: montones de muchachos y muchachas subidos en carros viejísimos pintados de colores, que circulaban arrojando agua. Era una mala táctica porque no tenían capacidad de maniobra y los grupos de tierra se dispersaban alrededor de ellos. Pero nadie como los FR, que abordábamos los vehículos y los dejábamos indefensos.

Sobre la playa, del otro lado del Mekong, se montaron grandes carpas con restaurantes y música: el inicio oficial de la celebración. El tráfico de lanchas entre las dos orillas parecía el de Insurgentes y Reforma. Organizaron además un concurso de estupas de arena: en lugar de castillos, mausoleos budistas. Hasta allá fuimos los FR con nuestra gloria y nuestra fama… para ser bárbaramente humillados. Nos topamos con los malos de verdad. Tenían las manos negras, la cara roja, temibles sartenes saturados de hollín de años, bolsas de harina
Falang Rangers!Falang Rangers!Falang Rangers!

Steve, Miels, Matt, yo, Anna y al frente Stef
y bolas de grasa. Caminaban entre la gente embarrándola en la piel y la ropa con sustancias indeseables. Como bestias del mal, divisaron nuestro grupo bienechor (bueno, más o menos) y se lanzaron rabiosos sobre él. Resistieron las descargas, rompieron nuestras líneas, nos mancharon las camisas y el honor. ¡Retirada! Los aliados laos se borraron al confundirse entre la multitud. Los amigos extranjeros trataron de hacer lo mismo. Para los Falang Rangers no fue tan fácil, prisioneros del uniforme. Algunos perdieron las máscaras. Otros las armas. Los menos púdicos dejaron caer los salvavidas y huyeron semidesnudos.

Hasta ahí llegó nuestra fuerza expedicionaria. Como siempre, los afanes coloniales murieron en tierra indochina. Así cayeron también japoneses, franceses, gringos y chinos. Pero a nosotros, por lo menos, los vencedores nos dejaron ir a sentarnos a beber cerveza, y cantaron y bailaron con nosotros hasta que llegó la noche. Y los dejamos muertos… de la risa.


DÍA 355. LUANG PRABANG, LAO (LAOS): PI MAI LAO!!!



Pi mai lao! Feliz año nuevo!

El día de ayer, último del año 2548, todos los monjes de la ciudad encabezaron un desfile entre dos importantes templos. Vestidos con sus túnicas azafrán y
Falang Rangers en accion! / Falang Rangers in action!Falang Rangers en accion! / Falang Rangers in action!Falang Rangers en accion! / Falang Rangers in action!

Defensa de una posicion tomada / Defense of a conquered position
terracota, y equipados con sombrillas, caminaron al ritmo marcado por un enorme tambor y varios músicos. La gente les arrojaba agua con respeto, parte de la tradición de lavar los pecados. Los seguían bellas jóvenes en trajes tradicionales, entre ellas la reina del festival, y muchachos con máscaras que representan a demonios y santos de la tradición budista. Hoy, la procesión se repitió, pero en sentido contrario.

La gente lao, que de por sí es un encanto, es más amable que nunca porque está alegre y disfruta que los extranjeros participemos de su fiesta. Muchos de nosotros nos propusimos hacer de este domingo un día tranquilo, sin excesos, pero a todos nos ocurrió que nuestros anfitriones --las familias que manejan los hostales-- no nos dejaron. Por ejemplo, a mí, apenas abrí la puerta de mi habitación, me jalaron dos guapas muchachas (después supe que se llaman Sav y Duk), me sentaron con un grupo de personas laos y occidentales, y con un simpático singapuriano (singapurense? singapureño? singapuritano?) que se llama Colin, me dieron comida y me bañaron en whiskey. Los demás falángs fueron también súper cariñosos, en particular dos alemanes, Merit y Nico. La mujer de mayor edad y
Equipo ultramoderno / State-of-the-art gearEquipo ultramoderno / State-of-the-art gearEquipo ultramoderno / State-of-the-art gear

Nuestros enemigos huian aterrorizados al observar nuestra superioridad tecnologica / Our enemies would run away in panic on noticing our technological superiority
una nena me colocaron hilos blancos en las muñecas mientras musitaban una oración, como símbolo de buena suerte.

Algunos lectores de este blog han compartido con nosotros su preocupación por lo que consideran como un desperdicio de agua. Descansen tranquilos: Laos no es México. Aquí lo que sobra es el agua, y no es raro que sobre demasiado: cuando llegan los monzones nunca falta una inundación. Luang Prabang está al lado del poderoso río Mekong, que baja desde el Tíbet con millones de hectolitros de líquido, y tiene la ventaja de que es agua bastante pura porque no pasa por grandes centros urbanos ni industriales. De hecho, eso nos encanta porque aquí, si te meten agua en los oídos o en los ojos no es probable que te dé una infección. Lo contrario ocurre en Chiang Mai, donde también celebran de esta forma y sacan el agua de un canal contaminadísimo, seguro te saca ronchas si te cae en la mano. Yo sé que es lo contrario de lo que nos hemos acostumbrado a oír en México, con toda razón, claro está, pero aquí no hace falta ahorrar el agua y se trata de una tradición antigua, llevan miles
Bush lo imagino... / Imagined by Bush...Bush lo imagino... / Imagined by Bush...Bush lo imagino... / Imagined by Bush...

...los Falang Rangers lo lograron / ...accomplished by Falang Rangers
de años haciéndolo así.

Claro que ha cambiado. Ahora hay pistolas de agua. Pero la gente no parece preocuparse por eso ni tantito. Y tiene un efecto sorprendente que a mí me parece muy positivo, relacionado con las jerarquías.

Las sociedades del sudeste de Asia son muy rígidas en términos jerárquicos. Las diferencias se marcan todo el tiempo con gestos muy concretos. Por ejemplo, nadie que esté en un nivel inferior a otra persona puede tener la cabeza a la misma altura que ella. Es muy chocante porque la gente que te da servicio en los restaurantes y hostales hace lo posible por evitar estar por arriba de los clientes (aunque en muchos sitios para turistas esto va desapareciendo). El problema es que, como tú estás sentado comiendo, cuando pasan junto a ti se agachan para no tener la cabeza por arriba, lo que parece un gesto servil que a mí me incomoda, porque no me siento ni me gusta que me hagan sentirme por arriba de nadie. Hace unos días, una amiga y yo platicábamos sentados en los escalones de un hotel y una lao que subía no hallaba cómo pasar. Yo pensé que tal vez deseaba mayor espacio y me corrí hacia un extremo, pero cuando por fin se animó entendí qué ocurría: casi se arrastró para conseguir avanzar y mantener la cabeza por debajo de las nuestras al mismo tiempo.

Pero estos, en cierta manera, son los días brillantes de la igualación. Salvo monjes y policías, todos pueden mojar y saben que van a ser mojados, y que eso es bueno. Los muchachos mojan a sus padres, los meseros a los comensales y nada se disfruta más aquí que ver como un falang que estaba seco corre empapado y, lo mejor, muerto de la risa, porque de eso se trata. A los locales les encanta ver que agarramos la onda.

Yo digo que aquí el que se ríe se moja, y los policías, intocables en circunstancias normales, acaban convirtiéndose en objetivo predilecto. Más todavía: los monjes. Aunque sea un mozalbete de 14 años, los monjes siempre son los del respeto. En Luang Prabang, está prohibido que los turistas entren en la zona de templos en autobuses porque sus cabezas quedan por encima de las de los monjes.

Pues na, los monjes jóvenes, y no tanto, no se aguantan las ganas de entrarle. En los primeros días, ellos te arrojaban agua desde atrás de las bardas de los templos y tú te aguantabas, ni modo chato. Pero los niños se aburrieron y empezaron a devolver los ataques, y de pronto los monjes se convirtieron en blanco legal si se dejan ver con un recipiente lleno de agua. Steve, uno de los Falang Rangers, sostuvo histórico cara a cara con un monje armado con una pistola y muerto de la risa. Stef, su novia --la de Steve, no la del monje--, inmortalizó el momento con su cámara, sin duda la mejor foto del festival.


DÍA 363. VIENTIANE, LAO (LAOS): ¿Y SI LANZARAN FÁBRICAS EN VEZ DE BOMBAS?



Vientiane es la capital del país de los pueblos laos. Cuando los franceses conquistaron el territorio lo llamaron así, laos, en plural, y de esta forma lo dieron a conocer al mundo. Pero los habitantes lo llaman Lao, al igual que sus vecinos.

Lao es muy hermoso, por su geografía y su gente. E pequeño y parece alejado de las grandes corrientes de la historia. No lo suficiente, para su infortunio. Su único récord de alcance global es que es el país más bombardeado del mundo, en términos de explosivos por cabeza.

Comparten tragedias con toda la región de Indochina, que incluye a Camboya y Vietnam. Primero fue la ocupación japonesa, en la Segunda Guerra Mundial. Después la lucha para independizarse de los franceses. Y la intervención extranjera, la llamada "guerra secreta" sostenida durante casi una década (1964-1973) por Estados Unidos, para impedir que la guerrilla comunista tomara el poder y que el Vietcong utilizara rutas en Lao para transportar suministros y tropas a Vietnam del Sur.

El paisito lao, que por siglos ha sido el más humilde y pacífico entre los agresivos pueblos de la región, fue destrozado sistemática y extensivamente. Además de crear y armar un ejército local de 9,000 hombres, Washington lanzó operaciones aéreas masivas de tal dimensión (580,944 salidas) que superó en 50% las que realizó en 15 años en Vietnam. En promedio, a lo largo del conflicto dejó caer sobre Laos el cargamento completo de un avión bombardero cada ocho minutos, 24 horas al día. Al final, había arrojado 1.9 millones de toneladas de metal, el equivalente a media tonelada por cada hombre, mujer y niño que vivía allí. Más enormes cantidades de armas químicas, herbicidas
Mojen al monje! / Wet the monk!Mojen al monje! / Wet the monk!Mojen al monje! / Wet the monk!

Bañarse en Pi Mai Lao ayuda a lavar los pecados y recibir limpio el año nuevo / Getting wet on Pi Mai Lao helps to wash sins away and begin cleanly the new year
y defoliantes.

Como era una guerra "secreta", los contribuyentes estadounidenses no se enteraron que la gracia les estaba costando dos millones de dólares diarios. Y de todos modos ganaron los comunistas, que siguen en el poder sin que los laos parezcan incómodos por ello. Uno se pregunta, ¿ y si EU hubiera invertido ese dinero en construcción y no en destrucción? ¿En desarrollo, educación, salud, microempresas, industrias, trabajo? Tal vez los laos se hubieran vuelto tan pro-estadounidenses como los tais. O tal vez no e igual hubieran ganado los comunistas. Pero la memoria sería distinta, la vida de la gente, mejor, más entusiastas y sinceros los esfuerzos de reconciliación y la conciencia del imperio, un poquitín más limpia.

Como seguimos viendo, 30 años después, en Washington siguen sin aprender de los errores.


DÍA 365. DON DET, SI PHAN DON, LAO (LAOS): CUATRO MIL ISLAS DEL MEKONG




El gran río Mekong se rompe en cien brazos que dejan a la tierra salir a respirar por millares de islas, islotes y brotes de maleza. Esto es Si Phan Don, que en el idioma lao significa "cuatro mil islas".

Es uno de los rincones más aislados
Respeto a la autoridad! / Rspect the authority!Respeto a la autoridad! / Rspect the authority!Respeto a la autoridad! / Rspect the authority!

Ni los policias se escaparon / Policemen were victimised too
del Sudeste de Asia. Lejos de todo. Crea la frontera de Laos, Camboya y Vietnam, un cruce que hasta hace muy poco nadie transitaba y que estaba cerrado a los extranjeros. Es una región de tierras de nadie en donde dominan las mafias del contrabando.

Esta situación y su belleza --cascadas, playas, riqueza de flora y fauna, preciosas aldeas sin luz eléctrica, un antiguo tren en desuso-- la convierten en un interesante refugio donde la vida sigue casi como fue hace cien años, poco afectada por la modernidad y el turismo.

Nadamos en fosas naturales, vimos delfines de río, navegamos en botecitos y paseamos en bicicleta por villorrios donde pocas veces se ve a un occidental --y de donde no nos querían dejar ir, encantados de hacernos beber el aguardiente local--.

Bello y tranquilo. Una delicia en contraste con la vida urbana, incluso con Vientiane, que para un habitante de la ciudad de México resulta poco más que una apacible sucesión de calles afrancesadas. Por relajada que sea, una ciudad no deja de tener los peligros de las ciudades, y en Vientiane casi provoco un accidente.

Pasé once meses en países donde se maneja al revés
Reina de las Flores / Flowers' queenReina de las Flores / Flowers' queenReina de las Flores / Flowers' queen

O por lo menos del Pi Mai Lao / Or at least Pi Mai Lao's
que en América y Europa continental: el volante está a la derecha y se circula por el carril izquierdo. Se hace la broma de que nosotros vamos por "the right way" (carril de la derecha, pero también el carril "correcto") y los países britanizados lo hacen por "the wrong way", el carril "equivocado"). Pasé un montón de tiempo tratando de acostumbrarme a eso, porque te afecta en mucho: cómo das la vuelta, cómo cruzas una calle de doble sentido (estamos acostumbrados a mirar primero a la izquierda , y eso te puede matar en un país donde los coches vienen por la derecha; es una precaución tan arraigada y automática que tengo que esforzarme para mirar primero a la derecha, y aunque lo logro y empiezo a cruzar, algo me fuerza a voltear a la izquierda y no me quedo tranquilo si no lo hago), incluso para dónde te mueves en la acera cuando te encuentras enfrente a alguien que camina en sentido contrario

Y no me di cuenta de que en Laos, ex-colonia francesa, se maneja como en México. Veníamos en las bicicletas, una amiga detrás de mí, y yo hacía las cosas automáticamente como las hice durante un año, las vueltas al revés y todo mal. Ella se confiaba en que yo sabía lo que hacía y más de una vez se atarantó cuando yo corregí el rumbo de súbito para evitar los coches. Como buena inglesa, para ella no tenía que ser de otra forma, piensa que somos nosotros los que manejamos al revés.

En fin, sobrevivimos y ahora llegamos a la paz del aislado sur de Laos, paso previo a la nueva aventura, ¡Camboya!


DÍA 366. 27 DE ABRIL DE 2006. FRONTERA LAO-CAMBOYA: BREVE RECUENTO DE ANIVERSARIO




En el momento de abandonar Lao y cruzar a Camboya, se cumple un año desde que empecé esta vuelta al mundo con mirada al sur.

Ha pasado rapidísimo. Tengo frescas las sensaciones de los tiempos previos a mi partida, cuando faltaban cuatro meses y me parecían una eternidad, cuando entró el último mes y se me metió el miedo. A quienes preguntaban les decía que el viaje podía durar entre seis meses y dos años, que si me iba mal me tendrían prontito de regreso. Víctor Villanueva recordó esto y dejó un mensaje en el blog a los seis meses, para marcar un primer logro: la superación del umbral mínimo.

El balance es excelente. A pesar de contratiempos peligrosos, como ser operado en Tailandia en días en que se temía un golpe de Estado. He caminado con buena estrella, no obstante, y conocido gente sensacional, nuevos amigos para esta vida.

Samantha, Annica, Minette, Mac, Laura, Liz, Kigera, Waringa, Waireri, Carol, Njonjo y Melanie en África; Sonal, Padambini, Ajit y Gayatri en India; Ovidi y los catalanes, Marie, Marko, TC, Brian, Andy, Lucie, Silke, Melina, Nelly y todavía más, en Tailandia; y Debs, Thomas, Justin, Haydn, Steve, Stef, Roseanne y Mark en Lao.

Ellos son la mayor belleza de este viaje. Y los pueblos, por supuesto. Estuve dos semanas en Europa, cinco meses en África y, hasta ahora, seis meses y medio en Asia. Diez países. 54278 kilómetros por aire, agua y tierra (una media de 4523 kilómetros por mes o 148 por dia). Y algo que no se puede medir: la emocionante experiencia cultural.

Quiero agradecer a aquellos que me han acompañado a través de este blog. Ésta es la forma de mantenerme cerca de México. En particular, quiero mencionar a Teresita: no hay lectora más fiel. En
Con Colin, Sav y TukCon Colin, Sav y TukCon Colin, Sav y Tuk

El, de Singapur, ellas, de Lao / He's from Singapur, they're Lao-Australian
las buenas y en las malas, desde noviembre de 2004, nunca ha dejado de enviarme su buena vibra.

¿Qué sigue ahora? Siempre he querido mantener flexibilidad para hacer cambios cuando la oportunidad llama, pero en términos generales planeo bajar a Camboya, pasar a Vietnam y subir por ahí hacia el norte hasta la gran China, regresar al Sudeste de Asia para hacer Indonesia, Malasia y Singapur, y después Australia y Nueva Zelanda. De ahí, Sudamérica. ¡Y a casita!



QUIERES CONOCER OTRAS ETAPAS DE MI VIAJE? QUIERES IR A SUDAFRICA, SWAZILANDIA, MOZAMBIQUE, TANZANIA, KENYA, INDIA, NEPAL, TAILANDIA, LAO (disponible a fin de octubre 2006), CAMBOYA (disponible a partir de noviembre 2006) O VIETNAM (disponible a partir de noviembre 2006)? HAY MAS DISPONIBLES EN MI PAGINA PRINCIPAL!

DO YOU WANT TO CHECK OUT OTHER STAGES OF MY TRIP? DO YOU WANT TO GO TO SOUTH AFRICA, SWAZILAND, MOZAMBIQUE, TANZANIA, KENYA, INDIA, NEPAL, THAILAND, LAO (available from November, 2006), CAMBODIA (available from November, 2006) OR VIETNAM (available from November, 2006)? YOU WILL FIND MORE OF MY TRIPS AVAILABLE AT MY MAIN PAGE!

DÍA 346. 7 DE ABRIL DE 2006. RÍO MEKONG, LAO (LAOS): LACOLUMNA VERTEBRAL DE INDOCHINA



Mi habitación
Con JimenitaCon JimenitaCon Jimenita

La peruana
en el pueblo tailandés de Chiang Khon tenía una vista espectacular hacia el Mekong, el gran río que baja desde el Tíbet, cruza la provincia china de Yunnan, un trecho de Myanmar (Birmania) y llega aquí para hacer una larga frontera entre Tailandia y Laos. Más abajo entra en Camboya y tiene salida al mar en Vietnam: es la columna vertebral de Indochina.

Fue como una sorpresa, creo que nunca pensé que llegaría a verlo y de pronto lo tuve abierto frente a mí: el legendario Mekong. Los latinoamericanos no lo conocemos más que por las películas sobre la guerra de Vietnam: las lanchas patrulleras de EU lo recorrían para tirotear las unidades guerrilleras y las aldeas pacíficas.

A la mañana siguiente lo crucé hasta la localidad lao de Huay Xai, donde tomé el bote lento que tarda dos días en llegar a la ciudad de Luang Prabang. Gabina y Jaime, una simpática pareja argentino-española que conocí en Nepal, hicieron este mismo trayecto y no les gustaron el transporte ni el sitio donde pasaron la noche. Pero yo disfruté mucho el recorrido, el río es inmenso y hermoso, con mucha actividad en las riberas, y además en el
Matt y AnnaMatt y AnnaMatt y Anna

Habian conocido alguien de Canberra? Pues aqui tenemos dos / Had you ever met anyone from Canberra? Here we have two (Matt, about your t-shirt... well, everybody laughed about it in China, they said the characters are foolish!)
bote conocí mucha gente entre falángs (occidentales) y laos, e hice amigos.

A medio camino está Pak Beng, un pueblo que crece alojando a los turistas que pasan y no es especialmente agradable. Pasé una noche difícil, incluso, porque sólo hay pocas horas de electricidad y los hostales están hechos completamente de madera: al despertarme de madrugada y con urgencia de ir al baño, no había ni un rayito de luz y al tacto no podía distinguir las paredes de la puerta (ni siquiera recordaba de qué lado estaba la salida, todas las noches duermo en un sitio diferente). ¡Diablos, casi reviento! Estaba empezando a darme por perdido cuando encontré la perilla y el camino al baño.

Ahora estamos cerca del final del trayecto. A mí me ha parecido tan bello y relajante que podría hacer un día más. Hay que empezar a conocer este país, sin embargo. Es pequeño y de poca importancia, encerrado por vecinos agresivos y mucho más poderosos: Tailandia, Viet Nam y nada menos que la gran China. La ventaja de Laos es su condición virgen: se abrió al turismo hace muy pocos años. Su gente no se ha echado a perder en la cacería de los visitantes (en comparación con la de Tailandia y Viet Nam), sus pueblos siguen dedicándose a actividades tradicionales, en los senderos de sus montañas no se han vuelto comunes los grandes tours. Y la amabilidad de los locales parece muy natural. Es, además, un país comunista. Veremos en qué consiste eso.


DÍA 351. LUANG PRABANG, LAO (LAOS): EL ENCANTO DE LA GUERRA



Luang Prabang es preciosa. Me parece como un extraño set cinematográfico que combina un ambiente de pueblito del viejo oeste de EU con arquitectura francesa y templos budistas. Las antiguas mansiones coloniales, las pagodas y estupas, las calles bien cuidadas con gente tranquila y amable. ¡Qué preciosura!

No es casual que la UNESCO le otorgó a esta ciudad la categoría de Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Pero resulta mucho más bonita y acogedora porque son días de fiesta. De acuerdo con el calendario budista, de tipo lunar, se acerca el año nuevo (nada menos que el 2549) y es hora de lavar al Buda y limpiar las culpas: ¡es la guerra de agua!

Desde las casas y los comercios, en las esquinas y a media calle, la gente se reúne a llenar barriles y cacharros para bañar al prójimo. Los vendedores están haciendo el súpernegocio porque importaron de China montones de pistolas lanza-agua de diversos tipos, incluso unas con tanques de recarga en la espalda. Las batallas son tan intensas que yo, en promedio, rompo la mía cada 36 horas, y en cada ocasión la encuentro más cara: ¡aumentan cada día!.

Es un todos contra todos divertidísimo. A los lao les encanta que los falángs participemos. Es genial que todas las barreras se rompan aquí: de lenguaje, de cultura, de edad. El código común es la buena onda. Ahora tengo un aliado, un niño de unos diez años: cada cual armado, nos disponíamos a enfrentarnos cuando con los ojos pidió tregua y coalición para atacar a otro falang. Lo hicimos con todo éxito y nuestra víctima tuvo que huir de manera poco elegante. Aunque no tenemos un lenguaje común para firmar un pacto bélico, desde entonces mi socio y yo nos lanzamos juntos a perseguir enemigos cada vez que nos encontramos.

El inicio oficial de la festividad es hasta el viernes, pero los niños iniciaron actividades desde el fin de semana pasado y no hay manera de mantenerse seco. Los únicos que están teóricamente a salvo son los policías y los monjes. Hasta ahora.

No deja de resultar inquietante el hecho de ver a estos niños con pistolas. No en este país, que hasta hace muy poco tiempo salió de una guerra que duró cincuenta años, contra japoneses, franceses, estadounidenses y entre facciones locales. Laos es el país más bombardeado de la historia, en términos de kilos de bombas por habitante. Los padres vivieron todo eso (destrucción, persecuciones, muertes) y seguramente no conservan un buen recuerdo de las armas. ¿No se sentirán incómodos cuando sus hijos las toman como juego?

Acaso pueda ocurrir lo contrario. Tal vez se sienten felices por el hecho de que niños como mi aliado puedan tomárselo a broma y ganar confianza relacionándose con gente de otros países, otros idiomas y otras edades, que está aquí para aprender y ser amistosa. Antes, los extranjeros venían a matar.


DÍA 354. LUANG PRABANG, LAO (LAOS): ¡FALANG RANGERS!



¡Pero qué diveltido ta’ to’ esto, chico! Nos fuimos ayer a ver la elección de la reina del festival de año nuevo lao. No teníamos favorita porque a todas estas guapas chicas las maquillan (mucho) y visten igual -sólo cambia el color del traje-, y les ponen la misma corona, y a pesar de que todos llevamos ya algunos meses en Asia, en casos como esto no podemos distinguir una chica de otra. Les aplaudimos a todas.

El evento se hace en medio de una gran feria con juegos y puestos de venta donde encontramos unas mascaritas de plastico y salvavidas para niños. En medio de la guerra del agua, una protección así es recomendable y adquirimos nuestro equipo bélico. Las máscaras son especialmente importantes: en los enfrentamientos frente a frente lo que más sufre son los ojos y yo, con lentes de conacto, suelo tener problemas. Eso se acabó.

Stef y Steve, Anna y Matt (los cuatro de Australia), Phil, Mielsey, Deborah (ingleses) y yo nos reunimos al día siguiente, nos colocamos las máscaras y los salvavidas, empuñamos nuestras armas y nos lanzamos al ataque. En un extraordinario ejercicio de originalidad creativa, a alguien se le ocurrió que nos bautizáramos como los ¡Falang Rangers!

Los laos con algunos turistas ocuparon posiciones fijas en las calles. Apoyados por Justin, Thomas, Haydn y Josh, que no tenían uniforme pero eran como nuestras milicias de refuerzo (¡ya éramos 12!), y por un grupo variable de insurgentes laos, los FR nos lanzamos en oleadas sobre ellos que, entre la sorpresa y la risa de ver esa horda de occidentales con salvavidas de patito y de cochecito, se quedaban incapaces de hacernos frente. En el paseo junto al río, un bar gay montó un escenario donde sus artistas disfrazados cantaban, bailaban y mojaban al personal. También conocieron la fuerza de los FR. Al igual que otras unidades móviles del enemigo: montones de muchachos y muchachas subidos en carros viejísimos pintados de colores, que circulaban arrojando agua. Era una mala táctica porque no tenían capacidad de maniobra y los grupos de tierra se dispersaban alrededor de ellos. Pero nadie como los FR, que abordábamos los vehículos y los dejábamos indefensos.

Sobre la playa, del otro lado del Mekong, se montaron grandes carpas con restaurantes y música: el inicio oficial de la celebración. El tráfico de lanchas entre las dos orillas parecía el de Insurgentes y Reforma. Organizaron además un concurso de estupas de arena: en lugar de castillos, mausoleos budistas. Hasta allá fuimos los FR con nuestra gloria y nuestra fama… para ser bárbaramente humillados. Nos topamos con los malos de verdad. Tenían las manos negras, la cara roja, temibles sartenes saturados de hollín de años, bolsas de harina y bolas de grasa. Caminaban entre la gente embarrándola en la piel y la ropa con sustancias indeseables. Como bestias del mal, divisaron nuestro grupo bienechor (bueno, más o menos) y se lanzaron rabiosos sobre él. Resistieron las descargas, rompieron nuestras líneas, nos mancharon las camisas y el honor. ¡Retirada! Los aliados laos se borraron al confundirse entre la multitud. Los amigos extranjeros trataron de hacer lo mismo. Para los Falang Rangers no fue tan fácil, prisioneros del uniforme. Algunos perdieron las máscaras. Otros las armas. Los menos púdicos dejaron caer los salvavidas y huyeron semidesnudos.

Hasta ahí llegó nuestra fuerza expedicionaria. Como siempre, los afanes coloniales murieron en tierra indochina. Así cayeron también japoneses, franceses, gringos y chinos. Pero a nosotros, por lo menos, los vencedores nos dejaron ir a sentarnos a beber cerveza, y cantaron y bailaron con nosotros hasta que llegó la noche. Y los dejamos muertos… de la risa.


DÍA 355. LUANG PRABANG, LAO (LAOS): PI MAI LAO!!!



Pi mai lao! Feliz año nuevo!

El día de ayer, último del año 2548, todos los monjes de la ciudad encabezaron un desfile entre dos importantes templos. Vestidos con sus túnicas azafrán y terracota, y equipados con sombrillas, caminaron al ritmo marcado por un enorme tambor y varios músicos. La gente les arrojaba agua con respeto, parte de la tradición de lavar los pecados. Los seguían bellas jóvenes en trajes tradicionales, entre ellas la reina del festival, y muchachos con máscaras que representan a demonios y santos de la tradición budista. Hoy, la procesión se repitió, pero en sentido contrario.

La gente lao, que de por sí es un encanto, es más amable que nunca porque está alegre y disfruta que los extranjeros participemos de su fiesta. Muchos de nosotros nos propusimos hacer de este domingo un día tranquilo, sin excesos, pero a todos nos ocurrió que nuestros anfitriones --las familias que manejan los hostales-- no nos dejaron. Por ejemplo, a mí, apenas abrí la puerta de mi habitación, me jalaron dos guapas muchachas (después supe que se llaman Sav y Duk), me sentaron con un grupo de personas laos y occidentales, y con un simpático singapuriano (singapurense? singapureño? singapuritano?) que se llama Colin, me dieron comida y me bañaron en whiskey. Los demás falángs fueron también súper cariñosos, en particular dos alemanes, Merit y Nico. La mujer de mayor edad y una nena me colocaron hilos blancos en las muñecas mientras musitaban una oración, como símbolo de buena suerte.

Algunos lectores de este blog han compartido con nosotros su preocupación por lo que consideran como un desperdicio de agua. Descansen tranquilos: Laos no es México. Aquí lo que sobra es el agua, y no es raro que sobre demasiado: cuando llegan los monzones nunca falta una inundación. Luang Prabang está al lado del poderoso río Mekong, que baja desde el Tíbet con millones de hectolitros de líquido, y tiene la ventaja de que es agua bastante pura porque no pasa por grandes centros urbanos ni industriales. De hecho, eso nos encanta porque aquí, si te meten agua en los oídos o en los ojos no es probable que te dé una infección. Lo contrario ocurre en Chiang Mai, donde también celebran de esta forma y sacan el agua de un canal contaminadísimo, seguro te saca ronchas si te cae en la mano. Yo sé que es lo contrario de lo que nos hemos acostumbrado a oír en México, con toda razón, claro está, pero aquí no hace falta ahorrar el agua y se trata de una tradición antigua, llevan miles de años haciéndolo así.

Claro que ha cambiado. Ahora hay pistolas de agua. Pero la gente no parece preocuparse por eso ni tantito. Y tiene un efecto sorprendente que a mí me parece muy positivo, relacionado con las jerarquías.

Las sociedades del sudeste de Asia son muy rígidas en términos jerárquicos. Las diferencias se marcan todo el tiempo con gestos muy concretos. Por ejemplo, nadie que esté en un nivel inferior a otra persona puede tener la cabeza a la misma altura que ella. Es muy chocante porque la gente que te da servicio en los restaurantes y hostales hace lo posible por evitar estar por arriba de los clientes (aunque en muchos sitios para turistas esto va desapareciendo). El problema es que, como tú estás sentado comiendo, cuando pasan junto a ti se agachan para no tener la cabeza por arriba, lo que parece un gesto servil que a mí me incomoda, porque no me siento ni me gusta que me hagan sentirme por arriba de nadie. Hace unos días, una amiga y yo platicábamos sentados en los escalones de un hotel y una lao que subía no hallaba cómo pasar. Yo pensé que tal vez deseaba mayor espacio y me corrí hacia un extremo, pero cuando por fin se animó entendí qué ocurría: casi se arrastró para conseguir avanzar y mantener la cabeza por debajo de las nuestras al mismo tiempo.

Pero estos, en cierta manera, son los días brillantes de la igualación. Salvo monjes y policías, todos pueden mojar y saben que van a ser mojados, y que eso es bueno. Los muchachos mojan a sus padres, los meseros a los comensales y nada se disfruta más aquí que ver como un falang que estaba seco corre empapado y, lo mejor, muerto de la risa, porque de eso se trata. A los locales les encanta ver que agarramos la onda.

Yo digo que aquí el que se ríe se moja, y los policías, intocables en circunstancias normales, acaban convirtiéndose en objetivo predilecto. Más todavía: los monjes. Aunque sea un mozalbete de 14 años, los monjes siempre son los del respeto. En Luang Prabang, está prohibido que los turistas entren en la zona de templos en autobuses porque sus cabezas quedan por encima de las de los monjes.

Pues na, los monjes jóvenes, y no tanto, no se aguantan las ganas de entrarle. En los primeros días, ellos te arrojaban agua desde atrás de las bardas de los templos y tú te aguantabas, ni modo chato. Pero los niños se aburrieron y empezaron a devolver los ataques, y de pronto los monjes se convirtieron en blanco legal si se dejan ver con un recipiente lleno de agua. Steve, uno de los Falang Rangers, sostuvo histórico cara a cara con un monje armado con una pistola y muerto de la risa. Stef, su novia --la de Steve, no la del monje--, inmortalizó el momento con su cámara, sin duda la mejor foto del festival.


DÍA 363. VIENTIANE, LAO (LAOS): ¿Y SI LANZARAN FÁBRICAS EN VEZ DE BOMBAS?



Vientiane es la capital del país de los pueblos laos. Cuando los franceses conquistaron el territorio lo llamaron así, laos, en plural, y de esta forma lo dieron a conocer al mundo. Pero los habitantes lo llaman Lao, al igual que sus vecinos.

Lao es muy hermoso, por su geografía y su gente. E pequeño y parece alejado de las grandes corrientes de la historia. No lo suficiente, para su infortunio. Su único récord de alcance global es que es el país más bombardeado del mundo, en términos de explosivos por cabeza.

Comparten tragedias con toda la región de Indochina, que incluye a Camboya y Vietnam. Primero fue la ocupación japonesa, en la Segunda Guerra Mundial. Después la lucha para independizarse de los franceses. Y la intervención extranjera, la llamada "guerra secreta" sostenida durante casi una década (1964-1973) por Estados Unidos, para impedir que la guerrilla comunista tomara el poder y que el Vietcong utilizara rutas en Lao para transportar suministros y tropas a Vietnam del Sur.

El paisito lao, que por siglos ha sido el más humilde y pacífico entre los agresivos pueblos de la región, fue destrozado sistemática y extensivamente. Además de crear y armar un ejército local de 9,000 hombres, Washington lanzó operaciones aéreas masivas de tal dimensión (580,944 salidas) que superó en 50% las que realizó en 15 años en Vietnam. En promedio, a lo largo del conflicto dejó caer sobre Laos el cargamento completo de un avión bombardero cada ocho minutos, 24 horas al día. Al final, había arrojado 1.9 millones de toneladas de metal, el equivalente a media tonelada por cada hombre, mujer y niño que vivía allí. Más enormes cantidades de armas químicas, herbicidas y defoliantes.

Como era una guerra "secreta", los contribuyentes estadounidenses no se enteraron que la gracia les estaba costando dos millones de dólares diarios. Y de todos modos ganaron los comunistas, que siguen en el poder sin que los laos parezcan incómodos por ello. Uno se pregunta, ¿ y si EU hubiera invertido ese dinero en construcción y no en destrucción? ¿En desarrollo, educación, salud, microempresas, industrias, trabajo? Tal vez los laos se hubieran vuelto tan pro-estadounidenses como los tais. O tal vez no e igual hubieran ganado los comunistas. Pero la memoria sería distinta, la vida de la gente, mejor, más entusiastas y sinceros los esfuerzos de reconciliación y la conciencia del imperio, un poquitín más limpia.

Como seguimos viendo, 30 años después, en Washington siguen sin aprender de los errores.


DÍA 365. DON DET, SI PHAN DON, LAO (LAOS): CUATRO MIL ISLAS DEL MEKONG




El gran río Mekong se rompe en cien brazos que dejan a la tierra salir a respirar por millares de islas, islotes y brotes de maleza. Esto es Si Phan Don, que en el idioma lao significa "cuatro mil islas".

Es uno de los rincones más aislados del Sudeste de Asia. Lejos de todo. Crea la frontera de Laos, Camboya y Vietnam, un cruce que hasta hace muy poco nadie transitaba y que estaba cerrado a los extranjeros. Es una región de tierras de nadie en donde dominan las mafias del contrabando.

Esta situación y su belleza --cascadas, playas, riqueza de flora y fauna, preciosas aldeas sin luz eléctrica, un antiguo tren en desuso-- la convierten en un interesante refugio donde la vida sigue casi como fue hace cien años, poco afectada por la modernidad y el turismo.

Nadamos en fosas naturales, vimos delfines de río, navegamos en botecitos y paseamos en bicicleta por villorrios donde pocas veces se ve a un occidental --y de donde no nos querían dejar ir, encantados de hacernos beber el aguardiente local--.

Bello y tranquilo. Una delicia en contraste con la vida urbana, incluso con Vientiane, que para un habitante de la ciudad de México resulta poco más que una apacible sucesión de calles afrancesadas. Por relajada que sea, una ciudad no deja de
En Si Phan DonEn Si Phan DonEn Si Phan Don

Cascada en una de las cuatro mil islas del Mekong / Waterfall in one of the 4000 islands of the Mekong
tener los peligros de las ciudades, y en Vientiane casi provoco un accidente.

Pasé once meses en países donde se maneja al revés que en América y Europa continental: el volante está a la derecha y se circula por el carril izquierdo. Se hace la broma de que nosotros vamos por "the right way" (carril de la derecha, pero también el carril "correcto") y los países britanizados lo hacen por "the wrong way", el carril "equivocado"). Pasé un montón de tiempo tratando de acostumbrarme a eso, porque te afecta en mucho: cómo das la vuelta, cómo cruzas una calle de doble sentido (estamos acostumbrados a mirar primero a la izquierda , y eso te puede matar en un país donde los coches vienen por la derecha; es una precaución tan arraigada y automática que tengo que esforzarme para mirar primero a la derecha, y aunque lo logro y empiezo a cruzar, algo me fuerza a voltear a la izquierda y no me quedo tranquilo si no lo hago), incluso para dónde te mueves en la acera cuando te encuentras enfrente a alguien que camina en sentido contrario

Y no me di cuenta de que en Laos, ex-colonia francesa,
El cruce del MekongEl cruce del MekongEl cruce del Mekong

Don Det, Si Phan Don
se maneja como en México. Veníamos en las bicicletas, una amiga detrás de mí, y yo hacía las cosas automáticamente como las hice durante un año, las vueltas al revés y todo mal. Ella se confiaba en que yo sabía lo que hacía y más de una vez se atarantó cuando yo corregí el rumbo de súbito para evitar los coches. Como buena inglesa, para ella no tenía que ser de otra forma, piensa que somos nosotros los que manejamos al revés.

En fin, sobrevivimos y ahora llegamos a la paz del aislado sur de Laos, paso previo a la nueva aventura, ¡Camboya!


DÍA 366. 27 DE ABRIL DE 2006. FRONTERA LAO-CAMBOYA: BREVE RECUENTO DE ANIVERSARIO




En el momento de abandonar Lao y cruzar a Camboya, se cumple un año desde que empecé esta vuelta al mundo con mirada al sur.

Ha pasado rapidísimo. Tengo frescas las sensaciones de los tiempos previos a mi partida, cuando faltaban cuatro meses y me parecían una eternidad, cuando entró el último mes y se me metió el miedo. A quienes preguntaban les decía que el viaje podía durar entre seis meses y dos años, que si me
Recuerdos de la colonia - Colony memoriesRecuerdos de la colonia - Colony memoriesRecuerdos de la colonia - Colony memories

Locomotora francesa en Don Khon / French locomotive in Don Khon
iba mal me tendrían prontito de regreso. Víctor Villanueva recordó esto y dejó un mensaje en el blog a los seis meses, para marcar un primer logro: la superación del umbral mínimo.

El balance es excelente. A pesar de contratiempos peligrosos, como ser operado en Tailandia en días en que se temía un golpe de Estado. He caminado con buena estrella, no obstante, y conocido gente sensacional, nuevos amigos para esta vida.

Samantha, Annica, Minette, Mac, Laura, Liz, Kigera, Waringa, Waireri, Carol, Njonjo y Melanie en África; Sonal, Padambini, Ajit y Gayatri en India; Ovidi y los catalanes, Marie, Marko, TC, Brian, Andy, Lucie, Silke, Melina, Nelly y todavía más, en Tailandia; y Debs, Thomas, Justin, Haydn, Steve, Stef, Roseanne y Mark en Lao.

Ellos son la mayor belleza de este viaje. Y los pueblos, por supuesto. Estuve dos semanas en Europa, cinco meses en África y, hasta ahora, seis meses y medio en Asia. Diez países. 54278 kilómetros por aire, agua y tierra (una media de 4523 kilómetros por mes o 148 por dia). Y algo que no se puede medir: la emocionante experiencia cultural.

Quiero agradecer a aquellos que me han acompañado a través
Se me olvidaba... / How could I forget?Se me olvidaba... / How could I forget?Se me olvidaba... / How could I forget?

...que el pais es comunista? (Budo-comunista) / This country is Communist! (Buddho-Communist)
de este blog. Ésta es la forma de mantenerme cerca de México. En particular, quiero mencionar a Teresita: no hay lectora más fiel. En las buenas y en las malas, desde noviembre de 2004, nunca ha dejado de enviarme su buena vibra.

¿Qué sigue ahora? Siempre he querido mantener flexibilidad para hacer cambios cuando la oportunidad llama, pero en términos generales planeo bajar a Camboya, pasar a Vietnam y subir por ahí hacia el norte hasta la gran China, regresar al Sudeste de Asia para hacer Indonesia, Malasia y Singapur, y después Australia y Nueva Zelanda. De ahí, Sudamérica. ¡Y a casita!


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