Brujas, la Venecia del Norte, es una ciudad amable, que conserva un rico legado de los tiempos, ya lejanos, en los que fue metrópoli potente, con un poderío económico que se vino abajo cuando perdió su cualidad portuaria. Ese fue nuestro destino siguiente. Hoy Brujas tiene una vida apacible. La belleza de sus casas, el encanto de sus canales, el orgullo de sus viejos edificios, hace de la urbe un destino apetecible. Desde el año 2000 esta vieja ciudad es Patrimonio Mundial de la UNESCO. Lamentablemente llegamos en un día donde la lluvia no paró un minuto. Dejamos el auto en un estacionamiento en la estación de trenes, y de allí un micro nos llevó hasta el centro. Mientras esperábamos que pare la lluvia, comimos unos sandwiches al reparo de una galería, pero al ver que
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