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Published: August 2nd 2008
El 12 de julio era el día de la despedida de los tíos. Ahora puedo decir que entiendo un poco mas esa canción que dice que cuando un amigo se va queda un espacio vacío. Cuando alguien nos viene a visitar, lo disfrutamos a mas no poder, y cuando se tiene que ir, la verdad que no se nos hace fácil. Nos queda un vacío por dentro, que nos lleva días asimilar, hasta que volvemos a nuestra rutina. Pero bue... es parte de la vida, y de nuestra elección de vida.
Por suerte, el vuelo salía a las 7 de la tarde, tiempo suficiente para un paseito mas. Elegimos ir hacia
Waterland, que como su nombre lo indica, es un municipio con tradición marinera, que queda en la costa, a unos 15 kilómetros de Amsterdam.
Nuestra primer parada fue la
isla de Marken. Una hermosa villa de pescadores, que todavía conserva las casas hechas de madera. Como llovía, Mariela, la tía y los chicos se quedaron en la camioneta, mientras fuimos a dar una vuelta con Gaby. La lluvia cada vez era mas fuerte y pensamos que el día se nos estaba arruinando por completo. Así que volvimos a tomar unos
mates al auto, y a seguir al próximo pueblo.
La siguiente parada fue
Monnickendam, un paraíso de veleros. Se trata de un pueblito que tiene mas de 600 años, y, que en el siglo 17, ha sido un importante puerto de la zona. Cuando llegamos caía una lluvia finita, pero de todos modos nos animamos a caminar un poco. Pasamos por la feria y luego por la iglesia del pueblo. Se nota que allí el Señor escuchó nuestros ruegos, y la lluvia paró. Seguimos caminando por las calles típicas hasta que llegamos al puerto. La belleza y cantidad de veleros que había allí, es algo que mis retinas jamás olvidarán.
Frente al
puerto de Monnickendam había un negocio de náutica al cual no pudimos dejar de entrar. Otra fiesta para los ojos, que linda que es la náutica!!! Mariela y los chicos, en un acto que terminó de conmoverme, compraron un llavero náutico, que era una pequeña boya, para que lo usemos cuando tengamos nuestro propio velero. Dios quiera que ese llavero pronto tenga una llave consigo.
Seguimos camino y paramos a almorzar en una cantina marinera con vista a la salida del puerto. Comimos unas ricas ensaladas de
salmón (y cerveza) y los chicos sus ya amadas "patitas de pollo". Una última recorrida por los canales del pueblo, y a seguir el camino!
Nuestro último destino sería
Volendam, otro típico pueblito pesquero. Cuando doblamos en entrada al pueblo, nos encontramos con un hermoso molino, el cual tenía un pequeño canal que pasaba por debajo. En una de esas, aparece un pequeño cisne navegando por el canal, y como para terminar la postal, se levantó viento y el dueño del molino lo puso en marcha. Parecía que estábamos viendo una hermosa postal con vida propia. Realmente una belleza.
Entramos al pueblo y otra vez a recorrer canales, puentes levadizos y callecitas. Pasamos por el puerto, que estaba lleno de veleros y antiguos barcos pesqueros, y disfrutamos de un grupo de baile típico holandés.
Luego fuimos al supermercado donde compramos una buena cantidad de provisiones para volver a casa (léase salamines, fuet, bondiola y panceta), y Mariela compró una
raclette, para seguir compartiendo cenas con amigos y visitas!
Ya casi muertos del cansancio, volvimos camino a Amsterdam para dejar a los tíos en el aeropuerto. Nos despedimos hasta las navidades y a disfrutar de nuestros últimos
días de vacaciones.
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pedro manuel moreno ramirez
non-member comment
i love you for netheland and amsterdam noord
vivo en malaga,pero desde hace mas de 10 años he visitado holanda,y conozco muy bien toda esa zona del markent y waterland,he visitado muy a menudo volendam,y todos los pequeños pueblos de noord hollan heiloo,castricum,las dunas,amsterdam noord,es mi deseo de que en un futuro cuando termine mis estudios profesionales trasladarme a vivir a holanda.gracias pior elevar mi espiritu a la mas alta felicidad