Sin dudas el mejor viaje que hemos hecho este año fue a la casa de los tíos en Martigny. Los 4 días que pasamos allí fueron fantásticos. La tía Cristiane con sus gestos, su español afrancesado, sus chocolatines y su alegría de siempre, nos recargó el corazón de ese afecto familiar que siempre extrañamos. El tío Richard, con sus chistes, su sabiduría, sus anécdotas, su paciencia con los chicos, sus pizzas y su simpleza, nos hizo pasar momentos inolvidables. Jean, con sus gracias, sus historias con Gaby y la increíble buena onda que tiene, nos hizo divertirnos mucho. La casa de los tíos es la visita obligada en Suiza. Y no por compromiso, sino porque es casi un pecado no ir. Los chicos estaban tan cómodos, que ya les decían abuelitos a Richard y Cristiane y
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