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Published: July 26th 2008
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La
Ciudad de Luxemburgo es la capital del ducado de Luxemburgo, a orillas de los ríos Alzette y Pétrusse. Es sede de la Corte General Europea de Justicia. En 1994 fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
Haciendo un poco de historia, en el año 963 fue fortificado por el conde Sigfredo. En 1308 Enrique, conde de Luxemburgo fue elegido emperador y el trono imperial quedó en manos de sus descendientes hasta 1477. La fortaleza es codiciada, incorporándose al círculo de Borgoña de Carlos V en el siglo XVI, y posteriormente a la Casa de Borbón, Casa de Habsburgo, Napoleón III y la Prusia de Bismarck. En 1867 la firma del tratado de Londres estipula la neutralidad perpetua del Gran Ducado, por lo que la fortaleza es evacuada y el sistema defensivo en gran parte desmantelado.
Luxemburgo, según una encuesta de estos días, la ciudad mas segura del mundo, es además una de las mas bonitas de Europa. Construida sobre un valle, tiene un paisaje privilegiado. Conseguir alojamiento esta vez tampoco fue tarea sencilla, y terminamos en un hotel italiano en las afueras de la ciudad. Debajo había un restaurante donde hemos disfrutado de unas comidas muy buenas.
La verdad que el hotel no era mas que 2 estrellas, pero tenía algo que jamás voy a olvidar. Ni el mejor spa del mundo puede lograr la relajación que logré en este lugar: el baño. El inodoro, gran trono de pensamiento y filosofía, estaba al costado de una ventana enorme que daba a lo lejos a unas casitas típicas europeas y, detrás de ellas, a un campo de trigo. Desde afuera, no se podía ver hacia adentro. Para no ser grosero, hacer uso de ese artefacto de baño (el inodoro), pudiendo disfrutar (con los ojos) de esas espigas moviéndose al compás de la brisa (del campo), hizo que mi mente extasiara. Prácticamente fue un tour por el paraíso, que se que jamás se volverá a repetir. Si creen que miento, contemplen la foto al final de este blog.
Como llegamos tarde a Luxemburgo, la primera noche fue cena y a dormir. Al día siguiente, nos levantamos temprano a desayunar. Los tíos nos esperaban en una mesa y cuando Pedro los vio salió corriendo. No se percató que al lado de la mesa de los tíos, había 2 señoras mayores con uno de esos perros chiquitos de porquería, de
esos que dan ganas de sacarle las pilas para que dejen de ladrar. Cuando pasó Pepe corriendo por al lado, el proyecto de perro le empezó a ladrar, y el pobre Pedro terminó gritando subido a una silla.
Después del desayuno nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad, contemplando las cúpulas y edificios antiguos, realmente muy bonitos.
Mientras caminábamos, nos dimos cuenta de una particularidad de Luxemburgo. Todos los carteles que indican el nombre de una calle, tienen debajo escrito quién era la persona, o qué hizo en su vida. Algunas de las avenidas mas importantes llevan el nombre de los generales del bando Aliado en el Segunda Guerra Mundial. Lo que hace ver que han sufrido mucho con la ocupación alemana, y a su vez lo eternamente agradecidos que están a los Aliados por haberlos liberado.
Cuando las piernas de los chicos comenzaron a negarse a continuar siendo su medio de locomoción, decidimos tomar el
Pétrusse Express, un trencito que recorre las calles de Luxemburgo. El recorrido pasaba por la parte Romana, e iba contando la historia de la ciudad con palabras de personajes históricos y muy buena música.
Terminado el recorrido del trencito
fuimos a hacer una visita a la Catedral, donde los chicos prendieron una velita y le prometieron a Jesús portarse mejor.
Salimos de la catedral pasado el mediodía, así que fuimos a comer algo. Esta vez fuimos a una cadena de comidas rápidas de Bélgica, el
Quick. Allí comimos unas hamburguesas, y en la cajita feliz de los chicos no tuvieron mejor idea que poner un juguete inflable que era un palo cavernícola. A Pedro se le salieron los ojos de las órbitas al verlo. Automáticamente, y para no tener que andar lidiando con toda persona que pasara cerca de los chicos, les puse como condición que solo me podían pegar a mi.
Es el día de hoy que cada vez que encuentran ese chipote, me empiezan a correr y a pegar a discreción. La verdad que yo me divierto mucho, porque me hacen recordar a los personajes que mas me gustaban ver en los dibujitos cuando era chico:
LOS HERMANOS MACANA! A los palazos limpios terminamos nuestro paseo por la ciudad de Luxemburgo y salimos con la camioneta a conocer otras pequeñas ciudades, de este pequeño país...
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