A los toboganes de agua!

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De ciudad en ciudad, de país en país, las vacaciones se venían transformando en una máquina de gastar energía. Por supuesto que, usando una famosa frase argentina, "sarna con gusto no pica" o "calavera no chilla". Pero un día de relax no viene para nada mal.

Y dado que nos gustan mucho los juegos de agua, decidimos pasar un día en el Oceade de Bruselas. Se trata de un bonito parque acuático, situado en el Brupark, un área muy grande con distintas atracciones.

Como es una zona donde la mayor parte del año hace frío, se trata de una estructura de madera y vidrio climatizada con varias piletas adentro. A los toboganes se sube por una torre interna, y si bien van por fuera, desembocan en la pileta climatizada.

Todos los decorados del parque son de piratas, uno de los temas que les está empezando a gustar a los chicos. Santino dice que es el "Pirata Arrrr".

La pileta principal tiene olas cada 30 minutos, y allí emulan un temporal en el mar, con agua cayendo del cielo en forma de lluvia, flashes imitando relámpagos y ruido de truenos. Con Pedro nos subimos a un gomoncito a "capear" el temporal, y nos divertimos muchísimo.

Lo que no le hizo mucha gracia a Pedro fue tirarnos de "La Anaconda". Un tobogán muy rápido, que tiene efectos especiales de luces y colores. Fuimos los 2 en un botecito, pero no le gustó nada.

Santino no quería saber mucho con los toboganes o cualquier cosa que implicara velocidad. El disfrutaba de la orilla de la pileta con olas, o el jacuzzi con la mamá. También un poco del área para mas chicos, que tenía juegos dentro de una pileta.

A la salida del parque fuimos a comer algo en el Quick (esta vez por suerte no le regalaron ningún palo cavernícola) y a jugar en la calesita.

De allí nos fuimos a buscar a los tíos y encaramos hacia nuestra última ciudad del viaje: Amsterdam.

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