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Published: June 24th 2005
(Spanish-text blog. Please look for brief address to English speakers below.)
Destrozado por la guerra, el sabotaje y el desastre económico, Mozambique está empezando a salir del atasco. Los dos capítulos del día 33 y el del 35 son la narración del viaje. El del día 34 es de contexto sociopolítico.
Información: País número 3. Día 36. Llegué de Sudáfrica. Salgo a Swazilandia. Etapa actual: África Meridional. Próxima etapa: Medio Oriente o África del Este, asunto por decidir. Acceso a otros viajes a través de mi página principal. Al terminar el texto y las fotos, hay botones para que puedas dejarme un comentario ("add comment”), enviarme un mensaje (“contact Témoris”) o suscribirte a este travelblog (“subscribe”)para que te avise cada vez que yo añada un capítulo nuevo. FOR ENGLISH SPEAKING READERS:
After war chaos, sabotage and economic disaster, Mozambique starts its slow pace to growth. Days 33 and 35 chapters tell the story of the trip, day 34 chapter gives the sociopolitical frame.
Info: Country number 3. Day 36. Came from South Africa. Going to Swaziland. Current stage: Southern Africa. Next stage: Middle East or East Africa, undecided issue. Access other travels through my main page. After text and photos are finished, there are buttons to add a comment, contact me or suscribe to this travelblog to be noticed everytime I add a new chapter.
(Sorry for the inconvenience of this Spanish-only blog. Got no time nor energy for translation. For some of you, this is a good chance to practice and hopefully improve your Spanish. For others, I hope photos will be worth.)
Abbracciobacio desde Africa!
DÍA 33. 29 DE MAYO DE 2005. ILHA DOS PORTUGUÊSES: MI ISLA DESIERTA Y MAURICIO GARCÉS
Cuando me di cuenta de que había metido la pata y que la isla desierta era mucho más grande de lo que había supuesto, pensé que lo único que podía hacer era seguir adelante, pues seguramente estaba más allá de la mitad en mi intento de darle la vuelta. No tenía ni idea: creí que era un rectángulo estrecho y que al alcanzar el extremo, sólo tendría que darle la vuelta para volver a estar en la costa donde me esperaba el bote... o donde ojalá me esperara el bote: habían dicho dos horas y yo ya llevaba quién sabe cuánto tiempo caminando bajo el sol, cansado de la arena
blanda que no sostenía mis pies desnudos y además con la molestia de un esguince nunca bien curado en el tobillo derecho.
No podía atravesar la isla por la mitad, lo impedía una tupida selva y yo no tenía ni camisa. Así que me esforzaba por apresurar el paso y dar la vuelta a tiempo para gritar y hacer que me vieran antes de irse. Pero al llegar al extremo comprendí que la equivocación era mucho mayor: no era un rectángulo, sino un triángulo, y no podía adivinar si la parte en la que estaba entrando era la más pequeña o la más larga. Sin más remedio que seguir adelante, caminé alucinando con el jueguito de lo único que te llevarías a una isla desierta, tal vez la palm, pero a Robinson Crusoe y a Tom Hanks no los dejaron elegir, mmmm... eso sí, los dos se beneficiaron de los restos de un naufragio y un aerofragio (en ese instante no me preocupó quedar bien con rae.es), y además cada uno se consiguió un amigo, Viernes y Wilson, mientras que yo no tenía nada más que mi traje de baño y mi cámara, o sea, nada para sobrevivir... pero
¡cómo no!, si a la isla llegan turistas, y aunque no hay comunicación entre semana y era domingo, el sábado siguiente llegarían algunos y podría hacer negocios haciéndoles fotos, ¡claro! Mmm, mmm, no, porque no tenía una Polaroid, sino una digital, y no tiene chiste si no entregas la foto de volada, porque no te pagan, ¿verdad? Ah, pero con el traje de baño y una semana para broncearme bajo el sol del Océano Índico y hacer ejercicio, podría hacerme fotos solito y convertirme en modelo, es más, no es para darme a desear pero qué tal unos desnudos, y hacerme famoso y con el tiempo convertir la isla desierta en un paraíso del Jet Set y ser un príncipe Rainiero del nuevo Mónaco del Índico, podría llamarse Principado de Móndaco o Imperio de Míndico, pero yo eso sí con el porte simpático y coquetón de Mauricio Garcés, si las canas en las sienes de zorrito plateado ya las tengo...
No tengo que explicar que la insolación ya anunciaba tragedia: Témoris perdido y loco en una isla desierta. Por suerte llegué entonces al siguiente extremo y a la orilla correcta de ese triángulo que resultó ser equilátero... pero todavía
me faltaba un montón para llegar al punto de desembarco, cercano al tercer extremo, aquél por donde había empezado horas atrás, y las sinuosidades de la costa no me permitían ver el bote. El bote que, cuando por fin pude tener la perspectiva adecuada, no estaba allí. No, no estaba, y yo ya era el habitante solitario de la Ilha dos Portuguêses, qué lujo.
Empezaba a divagar de nuevo con Mauricio Garcés y a buscar un coco para pintarle bigotes y canas, cuando escuché un motor. En situaciones así, uno tiende a alucinar los sonidos que quisiera oír, pero esta vez era de verdad: no contaba con súper Julia, una mexicana pasajera del mismo bote, que convenció al buen Arturo, el buen piloto mozambiqueño, de ir a buscarme.
Cuando vi acercarse el bote, me metí corriendo al agua y casi me lanzo a nadar hacia él, pero traía la cámara en la mano y, con la prudencia que no tuve antes, consideré que debía protegerla pues aún cabía la posibilidad de que el bote fuera un espejismo y que tuviera que dedicarme al modelaje y al Imperio y que este blog ni siquiera exista y que ustedes... ustedes...
¿Quiénes son ustedes?
DÍA 33. ILHA DA INHACA
La oficina fronteriza de Mozambique era un monumento al caos. Me hizo sentirme verdaderamente en África, con los letreros indicando lo contrario de lo que se hacía en las ventanillas, la gente haciendo colas a su entender, todo el mundo apiñonado, empujándose y tratando de colarse sin pudor alguno, y burócratas hablando resignados sobre el desorden, como si se tratara de un designio divino y no fueran ellos los encargados de establecerlo. Yo no llevaba visa, pero sabía que se podía obtener al entrar. Claro que no hay forma de adivinar cómo se consigue sino hasta que haces la larga cola y llegas a la ventanilla, donde te dicen que no, que es la otra, la de la cola más pesada... y mientras la haces, llega la azafata del bus y te dice indignada "!Todavía sigues aquí!", y no puedes ni explicarle bien cuando ya te está regañando por no haberle pedido que la sacara ella, y te dice "where's the money?", y se lleva tus 171 rands para dentro de la oficina, donde seguro que le quitó al jefe los sellos y hasta firmó en su lugar,
¿y cómo ibas tú a imaginarte que la que te sirve café en el bus tiene más influencias que el mismísimo ministro de exeriores?
Pero a mí el caos me divierte, siempre que no se salga de cierto control, aunque parezca cantinflismo, así que seguí muy contento en el bus, y muy atento a lo que se veía, incluido un aparatoso accidente de un moderno coche que se salió de la curva y fue a empotrarse en un poste, pero qué fregadazo, y ahí estaban los bomberitos tratando de sacar a los del coche, pero nosotros seguimos. Así llegamos a la capital, Maputo, y fuimos al hostal de Fátima en la avenida Mao Tse-tung, y luego me fui con un chinito malaisio, Jin, a cenar y a recorrer la av. Vladimir Lenin.
Era sábado y yo tenía ganas de medirle el agua a la vida nocturna de Maaaa... la ciudad, que dicen que es muy prendida, pero entre semana no hay lanchas para las islitas y había que salir muy tempra, ni modo, 'ai pa'l'otra (vida), así que a la cama. Y el domingo, al Principado de Móndaco o Ilha dos Portuguêses, donde casi me vuelvo rey solitario,
como platiqué ayer para regocijo de la audiencia lectora visual, con la agradable sorpresa de que también venía la chiapaneca Julia, que vive en El Cabo y hacía un buen que no hablaba dialecto mexicano, con su amiga Nina, de Noruga, Oruega, digo Noruega. Y después de mi isla desierta fuimos a la bonita Inhaca, donde Noe nos dio un bonito tour de dos cuadras de su bonito pueblito y muy atento nos explicó que ya tienen 3 escuelas 3, ni una menos. Va a media secundaria y para la prepa tendrá que ir todos los días a Maputo, lo que no dijo es cómo, si sólo hay lanchas en fin de semana y salen caras.
Lo más bonito, sin embargo, fue un grupo de niñitos, todos encandilados con la cámara digital y jugando a esconderse -claro que después querían verse en la pantalla, ¿cómo si te pusiste detrás de tu amiguito?, je je
Todo muy idílico hasta que Julia y Nina quisieron caminar por la playa, yo me rebelé y después de tomarles fotos a dos morritos negros y un güero güero que jugaban futbol entre los barcos embarrancados en la bajamar --y esto sí que es
Ilha dos Portugueses
La isla desierta donde iba a erigir el Imperio de Móndaco.una bajamar--, me senté en un barecillo costero con mesas en la arena y muy buena música, donde un chaval era al mismo tiempo dj, barman, cocinero, mesero y relaciones públicas. Me vio con ojitos de esperanza cuando me acerqué, pero yo sólo tenía sed y pedí una coca, "no voy a comer", dije. Me senté, vi el menú por pura curiosidad, y entonces lo sentí detrás de mí, silencioso pero atento, por si yo cambiaba de opinión. Me di cuenta de que yo era probablemente su único cliente del día, que el domingo se acababa y que, después de mí, turistas hasta el próximo sábado... y sólo había pedido una coca. Así fue que, con aire de gracia, el emperador del desierto Imperio de Míndico pidió una hambuguesa... la peor de mi vida. Y es que el chico podía ser buen dj y rp, pero no buen chef.
DÍA 34. MAPUTO: LA REVOLUCIÓN SABOTEADA
La historia del fracaso de la revolución de independencia de Mozambique me recuerda la de la revolución sandinista en Nicaragua, sólo que a la africana: con más sangre, más miseria e intervenciones extranjeras más descaradas y destructivas.
Durante siglos, a los
Con mi cuatacho Noe
Nuestro guía por el pueblo de las dos cuadras y tres escuelas. Ilha da Inhaca. portugueses les importó poco el interior del país y sólo ocuparon enclaves comerciales en las costas. Fue hasta la década de 1920 que la dictadura salazarista quiso dominarlo todo. Pero de una forma bestial: sometió a los nativos a trabajos forzados, los obligó a pagar impuestos, consideró completamente superfluo hacer como que realizaba obras públicas para justificar el cobro de esos impuestos --nada de escuelas, clínicas o infraestructuras para los no portugueses, y respondió primero a las protestas pacíficas y después a la rebelión armada con voluntad asesina, con masacres, tácticas de tierra arrasada y con campos de concentración para los pobladores civiles.
En 1974, la revolución de los claveles en Portugal tiró a Salazar. El sistema colonial portugués se derrumbó y en 1975, de golpe, Mozambique se quedó sin gobierno. No hubo un traspaso ordenado de la administración, como en otros casos, pues los administradores simplemente desaparecieron y la administración, por mínima y fragmentaria que fuera, también. Y además, se marcharon los capitales, la mayoría de los empresarios portugueses huyeron pensando que iban a recibir el mismo trato que les dieron a los independentistas del Frelimo (Frente para la Liberación de Mozambique).
Pero éstos tenían demasiados problemas
ya: Mozambique carecía de una clase media propia, muy pocos dirigentes habían tenido educación y había que crear de la nada un sistema administrativo. Peor todavía: las principales fronteras eran las de Rhodesia y Sudáfrica, dos estados supremacistas blancos empeñados en someter a sus mayorías negras y que no vieron con buenos ojos al nuevo régimen negro, que además se declaró marxista. Así que crearon, entrenaron y armaron la Renamo (Resistencia Nacional de Mozambique), un grupo sin ideología con el único objetivo de sabotear todo lo que hacía el gobierno. Así pasaron 17 años en los que el país se llenó de muerte y los campos de minas (aún ahora se advierte de muchos lugares a los que no se debe ir si se quiere conservar las piernas), hasta que los racistas de Rhodesia perdieron el poder y los de Sudáfrica estaban a punto, y se llegó a un acuerdo que permitió a la Renamo convertirse en partido y sacar su tajada de votos sin que nadie fuera a juicio por los crímenes cometidos.
De todos modo, la revolución ya había fracasado. Al vacío administrativo que heredó, la fuga de casi todos los capitales, la ausencia casi total de
Paseos de Maputo
La avenida Federico Engels, frente al Océano Indico. cuadros medios y altos, y la guerra, hay que añadir que Mozambique dependía del comercio con Sudáfrica, pues Lourenço Marques (hoy Maputo) era el puerto más cercano a Johannesburgo, capital mundial del oro. Su importancia para la colonia era tan grande que los portugueses habían mudado la capital desde 2000 kms al norte hasta L. Marques. Así que la ruptura con Sudáfrica acabó con el comercio exterior y Mozambique quedó a expensas de una agricultura subdesarrollada, de los médicos y profesores cubanos y de la ayuda soviética... hasta que la Unión Soviética desapareció con su ayuda y Cuba entró en crisis.
Antes de los acuerdos con Sudáfrica, el Frelimo se convirtió al capitalismo, invitó a los asesores del Banco Mundial y con el tiempo fue un alumno disciplinado del FMI. La paz aportó su gran parte y la economía empezó a crecer, por fin. Hoy es puesto como ejemplo para África.
Como se sabe, ser ejemplo del FMI no es garantía de que la gente vive bien. Mozambique sigue siendo uno de los países más pobres del mundo, con lo que vienen aparejadas tasas escandalosas de miseria, mortalidad infantil, sida y muchas enfermedades curables, y todo lo que
Unas chelitas con la banda!
Así como en México hay puestos callejeros de tacos, en Maputo los hay de cerveza. Aquí se están echando las del mediodía. se puedan imaginar.
DÍA 35. MAPUTO: EL SANTORAL MARXISTA
Cuando ganaron la independencia, los mozambiqueños no tenían dinero, infraestructuras, sector exportador ni autosuficiencia alimentaria... pero entusiasmo, ése sí que les sobraba. Y con emoción adolescente se pusieron a darles nombres a sus calles. No recuperaron reales o supuestas denominaciones pre-europeas: en la nomenclatura de Maputo le hallaron lugar a todo el santoral marxista, los de una tendencia y los de la contraria, los que eran buenos cuates y los que se odiaban más entre sí que al enemigo imperialista. Así resulta que Karl Marx, Olof Palme, Salvador Allende y Kim il-Sung son paralelas, que el dictador zimbawense Robert Mugabe tiene una plaza y que uno puede vivir en la esquina de las avenidas Mao Tse-Tung y Vladimir Lenin. Otras son Guerra Popular, Rua da Resistência y Mártires de Manchava (tal como en Mx tenemos Revolución, Patriotismo, Insurgentes, Reforma y Mártires de Tacubaya).
Estoy hablando del sector central de la ciudad, el clásico, y de veras te da la impresión de que los portugueses fueron incompetentes hasta para ser explotadores, pero lo que sí supieron hacer es vivir bien: a pesar de las tres décadas de miseria y guerras, de la basura, los remolinos de polvo, las banquetas rotas, los baches abismales y los palacios destruidos, Maputo conserva un aire de elegancia y relajamiento que seduce. Hay personas ue son así: la vida les ha dado duro, pero su belleza y personalidad persisten. Es un placer caminar por la cuadrícua de sus calles, admirar la arquitectura y descubrir el buen gusto de sus paseos marítimos, como la avenida de la foto, que naturalmente se llama Federico Engels.
Los mozambiqueños, además, son curiosos, amables y cotorros, da gustito verlos haciendo bulla en cualquier lado, y todo eso hace que se disfrute más la ciudad.
Fue un día muy chido, que hice completito con Samantha, una chica inglesa super divertida e inteligente que ha vivido en medio mundo, incluidos seis años en Ecuador (uno de ellos en una aldea quichua de la Amazonía) y unos meses en Guadalajara (¡y en Cd. Guzmán, gosh!) y que resultó que conoce bien a Mónica, una amiga californiana del DF.
Y gracias a Sam conocí a Laura y Mac, una italiana y un inglés encantadores que viajan por África en una camioneta todoterreno a la que le ajustaron una tienda de campaña en el techo: llegan a un lugar, la levantan y en 2 minutos ya están listos para dormir. Así recorrieron Namibia y Botswana, y de pronto despertaban a media noche, en plena sabana, para darse cuenta de que estaban rodeados de elefantes, o de otras fieras. ¡Me muero de envidia!
Los tres se fueron al norte de Mozambique y me invitaron: qué ganas de ir, en serio, ¡qué ganas de ir! Pero es una zona lejana y aislada, y muy pronto tengo que ir a Durban, muy al sur, a un congreso sobre lo que más me importa de mi viaje al sur de África: la tragedia del Sida.
QUIERES CONOCER OTRAS ETAPAS DE MI VIAJE? QUIERES IR A SUDAFRICA, SWAZILANDIA, MOZAMBIQUE, TANZANIA, KENYA, INDIA, NEPAL, TAILANDIA, LAO (disponible a fin de octubre 2006), CAMBOYA (disponible a partir de noviembre 2006) O VIETNAM (disponible a partir de noviembre 2006)? HAY MAS DISPONIBLES EN MI PAGINA PRINCIPAL! DO YOU WANT TO CHECK OUT OTHER STAGES OF MY TRIP? DO YOU WANT TO GO TO SOUTH AFRICA, SWAZILAND, MOZAMBIQUE, TANZANIA, KENYA, INDIA, NEPAL, THAILAND, LAO (available from November, 2006), CAMBODIA (available from November, 2006) OR VIETNAM (available from November, 2006)? YOU WILL FIND MORE OF MY TRIPS AVAILABLE AT MY MAIN PAGE!
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Manolo
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¡Muero de envidia!
Óyeme, cabrísimo grandón: cada que te leo me entran unas ganas inhumanas de alcanzarte, pero Helás, tu étapa más nómada coincide con mi etapa más sedentaria. Me resigno pues a leerte y a morirme de envidia. ¿Donde está la sección donde platicas de tus amoríos? La busqué por todos lados y no dí con ella. Julia te manda saludos y Lena te dice PFR PFR PFR... Cuídate carnal,