Europa en autostop. Segunda parte. Colarse en un hostal en Ámsterdam.


Advertisement
Netherlands' flag
Europe » Netherlands » North Holland » Amsterdam
October 25th 1989
Published: October 25th 1989
Edit Blog Post

25 DE OCTUBRE DE 1989



SEIS MIL KILOMETROS EN AUTOSTOP

No teníamos dinero, pero sí ganas. Acompañados de Marissa, una peruana buenísima onda que hacía pareja con el "Charro", el 18 de octubre nos lanzamos a recorrer Europa en autostop. Así empezó el período más intenso del viaje, el que recuerdo con mayor nostalgia.
Cruzamos Alemania Democrática a la mañana siguiente. Todo estaba muy raro: el gobierno había caído inesperadamente y el presidente Erich Honecker había sido relevado por un reformista. Pero no había por qué suponer que pronto se darían cambios radicales.

En Berlín Occidental encontramos una pareja de peruanos. El chico platicaba que había tenido empleos duros, como mover botes de basura en madrugadas a 35 grados bajo cero. Pero eso no les impidió conmoverse por la presencia de Marissa, a quien se le notaba que procedía del rico barrio limeño de Miraflores. "Es una pituka", argumentó la novia, y el peruano nos ofreció casa (puestos ante la disyuntiva de ayudar o no a algún "junior", muchos mexicanos hubiéramos dicho: "Que se amuele, que se lo pague papi").

Conocimos el Muro intacto, nos tomamos fotos con sus famosos y desaparecidos graffittis de fondo; disfrutamos el barrio de Kreuzberg cuando era el centro de la vida alternativa de Berlín, entre numerosos inmigrantes turcos y decenas de bares y edificios okupados; en uno de éstos, me topé de frente y por sorpresa con la primera sala de duchas unisex que había visto (abrí la puerta y una rubia desnuda me sonrió, no imagino lo que pensó cuando cerré de golpe y preferí esperar afuera que se marchara); la noche antes de partir, un escultor nos alojó en un estudio lleno de figuras alucinantes que brillaban en la noche provocándonos pesadillas; y partimos rumbo a Amsterdam a los cinco días, sin imaginar lo que nos perdíamos.

Hacer autostop es bastante cansado. El monolingüismo de mis compañeros, incapaces de comunicarse con los alemanes, me reservaba lo mejor de esa práctica: el intercambio con gente desconocida que accede a llevarte. Pensábamos que si una persona tiene la amabilidad de recoger a un extraño, que además no es un alemán o nórdico, debe ser considerada a priori como no racista, generosa y muy humana. Casi siempre acertamos.

El problema era que por lo regular teníamos que dormir (o no dormir) en restaurantes carreteros en los que los dependientes nos gritaban cada vez que la languidez de nuestras cabezas delataba que nuestro cansancio había vencido. Al día siguiente, siempre que nos levantaba un coche, mi lugar predesignado era el del copiloto, para entretener a nuestro conductor, mientras el Charro y Marissa se acomodaban atrás y dormían plácidamente.
En algún punto de la ruta hacia Amsterdam, ya de noche, una alemana que venía de Hannover y se dirigía a su casa, en una población belga, nos subió. Agradecí su confianza, puesto que éramos tres latinos (algunos alemanes tienen miedo de la gente de piel oscura -o relativamente oscura) y ella iba sola. Pero me sorprendió mucho más cuando, antes de llegar a Aachen, en la frontera de Alemania con Bélgica, y después de una larga conversación, le pareció que era demasiado tarde para que consiguiéramos otro vehículo y nos invitó a dormir a su casa, prometiendo que, a la mañana siguiente, ella y su marido nos llevarían a una carretera donde pudiéramos continuar.

Debo decir las cosas tal como ocurrieron: Me conmovió tanto la oferta que me dio pena aceptarla. Me despedí y nos bajamos. Mis compañeros, que habían dormido todo el rato, no podían creer lo que yo había hecho. ¡Quién les manda no hablar lenguas y dejarme a mí el paquete!

Al día siguiente, cerca de Bruselas, un güero que manejaba un camioncito de reparto dijo que iba a la frontera con Holanda, pero nos advirtió que daría algunas vueltas antes de llegar. Nos pareció magnífico, pero nunca supusimos que serían tantas: trabajaba para un servicio de mensajería. Recorrimos Bélgica de arriba para abajo, por sitios de tan extraordinaria belleza y tan profunda calma que pensamos que nunca querríamos vivir allí.

En Holanda nos levantó un tipo de aspecto desagradable, hosco y sucio. Era tarde y la única oportunidad, así que aceptamos. Mis amigos se durmieron, para variar. Yo me dispuse a soportar al hombre. Se dedicaba a comerciar con animales y se dirigía al aeropuerto de Schipol a recoger perros. Yo rogaba que los kilómetros se hicieran cortos. Hasta que de pronto él, a sus 50 y pocos, y yo, a mis 19, hicimos contacto casi sin querer: la música y el amor.
Yo ya había pasado por una experiencia dolorosa, como todo adolescente. El, por muchas, pero de la última, ocurrida años atrás, no lograba reponerse. Y los dos teníamos muy claro que el objetivo era levantarse y seguir caminando. Me acordé de una canción de UB40 que él conocía muy bien. La última parte del trayecto la hicimos cantando: "If it happens again, I’m leaving / I’ll pack up my things and go / If it happens again, there’ll be no looking back / And I won’t say I told you so, I won’t say I told you so".

Nos despedimos con pena, como grandes amigos.

Pero esa noche todavía sería larga. Llegamos a una Amsterdam repleta de personajes dañados, que exhibía una variada e insistente oferta de drogas, y que estaba poco dispuesta a mostrarnos sus ventanas de solidaridad. Acabamos en una isla extraña, recogiendo láminas de cartón y trapos, para improvisarnos un refugio en la entrada de un museo; a unas decenas de metros, dentro de un autobús hecho pedazos, alguien improvisó un bar y hasta nosotros llegaba el olor a cerveza y el reggae a todo volumen...

Eso no duró siempre, aprendimos a colarnos en los albergues juveniles y a burlar a la policía holandesa para poder vender mis pulseritas. Hasta que llegó el momento de separarnos. Marissa viajaba con nosotros sólo por la aventura (y la grata compañía, of course), porque tenía un Eurailpass (pase de tren de tres meses) que caducaba al día siguiente; por ello, tenía que irse a España, donde vivía. Yo pretendía subir a Dinamarca, donde vivía un gran amigo de mi padre, Eduardo Farah. Mauricio y Marissa, por lo pronto, no se volverían a ver.

Llegamos a la estación... venía su tren... ellos se miraban sin palabras, era el fin... llegó el transporte, las lágrimas afloraron, ella tenía que subir... y yo, y yo... (era yo quien quería ir a Dinamarca y quien tenía las pulseras que proveían nuestro único sustento, mientras que el Charro no conocía músicos para explotar y no tenía ni un florín, marco o peseta; de manera que la decisión era mía) ... "Te alcanzamos en Madrid en tres días", prometí.

Corrimos a la embajada francesa, pues en ese tiempo pedían visa a los mexicanos. Me la dieron a mí sin problemas, pero a Mauricio no, porque su avión de regreso no llegaba a México, sino a Estados Unidos, lo que inexplicablemente les parecía incorrecto (al mío también llegaba a EU, pero a El Paso, y pude explicar que ese lugar está al lado de Cd. Juárez). Pero la chava se equivocó y le puso la visa a su pasaporte y al mío no. Así que decidimos ir a Amberes, donde nos dijeron que había otro consulado. Llegamos esa noche (la pareja que nos dio aventón nos dijo que iba a Lille, en Francia, pero tuvimos que renunciar a ello; no imaginábamos que la mala suerte nos haría tardar más de 36 horas en llegar a ese punto).
Había que esperar al día siguiente: ¿dónde dormir? Probamos a colarnos en un albergue, sin éxito. Fuimos a la estación de trenes. Muertos, muertísimos de hambre y sed (vivíamos de tabletas de chocolate: un cuadrito cada tres horas para mantener energía; también entrábamos a los supermercados a comprar pan, mientras Mauricio se robaba el queso y yo el jamón).

Nos sentamos en una banca. A tres metros de nosotros, un joven flamenco se caía de sueño. A sus pies se hallaba, seductora en su vestido rojo, prometedoramente negra, atractiva, hermosa, una Coca Cola de dos litros. El chico babeaba. Aflojaba la cabeza, se despertaba, cerraba los ojos, aflojaba la cabeza, se despertaba...

El Charro y yo no tuvimos que hablar para estar de acuerdo. Analizamos las rutas de escape. Empezamos a levantarnos, tensando los músculos en espera del momento adecuado... "¡Jüngs!", gritó alguien. "¡Jóvenes!" Un policía venía hacia nosotros. "¡Todavía no hacemos nada!", quisimos decir. Pero el hombre sólo venía a corrernos porque la estación ya había cerrado. El flamenco se limpió la boca desparramando baba en su antebrazo, tomó su Coca Cola, le dio un trago enorme, inmisericorde, frente a nuestros ojos, y se la llevó.

Era la una de la mañana y estábamos de nuevo en la calle. A caminar. Mauricio iba de edificio en edificio, empujando puertas con la idea de encontrar una abierta. Cuadras adelante hallamos una. Alguien acababa de entrar, sus pasos se escuchaban pisos arriba. La luz, que en Europa, después de ser accionada, suele mantenerse prendida unos minutos y después apagarse, nos permitió darnos una idea del interior. Unas escaleras subían y otras descendían medio piso.

Esperamos a oír que la persona entraba a su departamento. Después de eso, el Charro empezó a bajar, cargando dos enormes mochilas en la espalda. "Calladito", le pedí. Un escalón, dos, tres, cuatro... ¡Se apagó la luz! Mauricio perdió pie, dio un sentón y rodó entre quejidos y trancazos. "¡Que te calles, tarugo!"

Encontramos tres puertas. Una estaba cerrada. La segunda se abrió, pero se trataba de un cuarto de aguas, con tubos, grifos y mucha humedad. La tercera... La tercera daba al paraíso.


GRACIAS POR VISITAR MI ESPACIO! ACTUALMENTE ESTOY DANDOLE LA VUELTA AL MUNDO. QUIERES CONOCER LAS ETAPAS DE MI VIAJE HASTA EL MOMENTO? QUIERES IR A SUDAFRICA, SWAZILANDIA, MOZAMBIQUE, TANZANIA, KENYA, INDIA, NEPAL, TAILANDIA, LAO, CAMBOYA O VIETNAM? HAY MAS DISPONIBLES EN MI PAGINA PRINCIPAL!

THANKS FOR VISITING MY SPACE! CURRENTLY (2005-2007) I'M ON A ROUND THE WORLD TRIP. DO YOU WANT TO CHECK OUT OTHER STAGES OF MY TRIP? DO YOU WANT TO GO TO SOUTH AFRICA, SWAZILAND, MOZAMBIQUE, TANZANIA, KENYA, INDIA, NEPAL, THAILAND, LAO, CAMBODIA OR VIETNAM? YOU WILL FIND MORE OF MY TRIPS AVAILABLE AT MY MAIN PAGE!

Advertisement



10th January 2008

jejeje creo me estoy haciendo fan de tus relatos ...
14th March 2008

Gusto saber de ti
No, necesito preguntarte como estas, al menos yo siempre te vi bien, sigue siendo la persona tan humana que se que sigues siendo. Espero te acuerdes de mi de Monterrey, NL. Sigue alla, no te pierdes de nada jajajaj Te mando un abrazo sincero.

Tot: 0.048s; Tpl: 0.011s; cc: 9; qc: 19; dbt: 0.0234s; 1; m:domysql w:travelblog (10.17.0.13); sld: 1; ; mem: 1.1mb