Hola de nuevo amig@s!!! Después de unos días de descuido y pereza regresamos al culebrón!! Dejamos nuestro pequeño paraíso a nuestras espaldas y emprendimos ruta hacia la profunda selva amazónica. Entre medio habían 200 kilómetros de separación o mejor, seamos realistas, 16 horas de „chicken-bus“.... Tantas horas dan para mucho: dormir, leer, conversar con el vecino, disfrutar del paisaje y todas esas cosas que nos parece que podemos hacer mientras viajamos. Pero cuando las 16 horas son mayoritariamente nocturnas, poco paisaje se disfruta; cuando tus asientos son los de la última fila ( y por lo tanto NO reclinables), poco puedes dormir; cuando en lugar de 5 personas en esta última fila hay 7, lo que si puedes hacer es conversar (boca a boca); pero no se crean que mucho, ya que la nube de polvo
... read more