Todavía shockeados por el tamaño de la salchicha que se comió nuestro querido tío Gaby en la Marcha del Orgullo Gay, nos levantamos por la mañana a desayunar. El comedor donde estaba servido el desayuno era muy cálido y con muchos bocadillos alemanes. Por supuesto que no faltaban los varios tipos de jamones, salames, panes, huevos revueltos, cereales, yogurts y demás cosas. Subimos todo en la camioneta, y pusimos el GPS a nuestro próximo destino: Koblenz. Se trata de un pueblo muy bonito, situado en la confluencia de los ríos Rin y Mosela, los 2 ríos mas importantes de Alemania. Afortunadamente nos costó mucho encontrar hotel porque estaban todos completos. Cabe aclarar que no es afortunado que haya
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