El otro día estaba hablando con un amigo de las cosas que uno se acostumbra a tener, y por lo tanto deja de valorar. Una de las enseñanzas mas grandes que nos deja esta experiencia tan lejos de nuestra casa, es sin dudas, aprender el valor que tienen las pequeñas cosas. Compartir un mate con nuestros viejos amigos es algo que extrañamos a más no poder, recorrer las calles por donde crecimos, poder ir una rato a la casa de nuestras abuelas, y mil cosas. Algo que sobretodo los varones de la casa extrañamos, es ver al glorioso Club Atletico Lanús. Los preparativos para ir a la cancha, ponernos la camiseta, llamar a papá y a Gus para ver como nos encontramos, ir en el batimovil del tio Gaby con Fede, comer un chori grasuliento en
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