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Published: March 17th 2007
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TIERRA DEL FUEGO:
Si tienes la suerte de estar sentado al lado de la ventanilla, el espectáculo paisajístico que se divisa durante la maniobra de aterrizaje al llegar a Ushuaia és de documental de la 2! A uno le da la impresión de estar viendo el fin del mundo: una lengua de tierra que va haciendo pequeña, deborada por las aguas frias del Atlántico, o será ya del Pacífico?
Ya en tierra, y en la salida del aeropuerto, teníamos una amable chica que nos estaba esperando con el típico cartelito de Sres. Carroy-Peiró y una furgoneta para trasladarnos a la casa de huéspedes de Nancy. La casita no estaba mal, el problema era el caos que reinaba en la casa a nivel de orden...
Nuestros planes para los tres días consistian en una visita a la ciudad durante la primera jornada; una pequeña caminata por el Parque Natural de Tierra del Fuego para la segunda; y para el último día nos esperaba un paseo en barca por el canal de Beagle.
El concepto de paseo por la ciudad tuvo dos interpretaciones diferentes: por un lado, el sector femenino se decantó por ir de shopping, por el otro,
el sector masculino decidió interesarse por la tradición local en elaboración de cervezas varias.
El paseo por el Parque Nacional nos permitió contemplar la fauna y flora antártica: lengas, guindos y calafates en cuanto a vegetales; castores y conejos en cuanto a animales. También tuvimos oprtunidad de descubrir las turberas (acumulaciones de materia orgánica comprida) La verdad es que fué un paseo muy agradable y nos permitió desconectar un poco de furgonetas y las prisas. Para más información sobre el parque:
Parque Nacional El paseo en barca por el Canal de Beagle, que une a los oceános Atlántico y Pacífico, te lleva hasta el faro de los Eclaireurs y te permite avistar lobos marinos y cormoranes. A bordo de nuestra barca fué donde tuvo lugar el nombrameinto de los dos capitanes del equipo, el Capitán Bernard y el Capitán Ramón, marineros de agua ardiente.....
EL CALAFATE, PERITO MORENO:
De vuelta para El Calafate nuestra querida amiga de la cabaña está vez no nos falló. Disfrutamos por una noche del calor de un hogar, con cena caliente hecha por nosotros (pizzas congeladas), buen vino y digestivos para acompañar la tradicional partida de UNO.
Al día siguiente no queríamos
abandonar nuestra pequeña casita, pero nos esperaba uno de los mayores atractivos argentinos, el glaciar del Perito Moreno! La ruta que te conduce hasta allí es preciosa, infinitas tonalidades de verdes que se confunden con los azules mágicos de las aguas glaciares. El astro sol nos abrazó durante todo el día con lo que el colorido se multiplicaba por 1000.
Que decir sobre el glaciar? No hay como estar allí delante suyo para darte cuenta de la mierda que somos los seres humanos... en fin, algunas fotos ilustran un poquito lo que queremos decir.
Sin entretenernos mucho, y ala hora en la que empezaban a descender millones y millones de paparazzis, empezamos a desfilar hacia el norte por la famosa Ruta 40 que nos debería conducir hasta San Carlos de Bariloche.
RUTA 40:
La Ruta 40 es la ruta (camino-carretera) más larga de Argentina. Bordea toda la cordillera de los Andes y recorre Argentina de norte a sur. Algunos tramos son asfaltados, pero otros son puro ripio y en mal estado. Para transitar por ella necesitas un vehiculo 4x4, una furgoneta alta o bien una moto sino quieres encontrarte con sorpresas. La frecuencia de cruces con
otros vehiculos suele ser de 5 por día. Si tienes algún problema, mejor que tengas paciencia. También es conocida como parte de la Ruta del Ché, famosa últimamente por la película Diarios de Motocicleta, de Walter Salles. Info:
Ruta 40 Estuvimos rodadando durante unas 6 horas por dicha ruta hasta llegar a los que nos habíamos marcado como hito, un poblado llamado Gobernador Costa. Nos perdimos una vez, y hasta llegar al sitio en concreto no teníamos certeza de si íbamos por el buen camino. Por suerte, a pocos kilómetros de nuestro destino, encontramos a un gaucho que nos confirmó nuestra buena dirección.
En Gobernador Costa conseguimos dos minicabañas (para 2 personas c/u) y el amable propietario nos permitió plantar la tienda en una zona de cesped. Como venía siendo habitual, los niños fuera. Al día siguiente, y después del desayuno preparado por nosotros mismos, como casi todas las demás comidas del día, repostamos combustible y alimentos en el pueblo. Nos deparaban unos cuantos kilómetros más hasta nuestra próxima estación, Rio Mayo.
De este poblado tan solo podemos destacar lo parecido que tenía a uno de esos pueblos del Far West, incluyendo la población de la misma. Por
lo menos allí conseguimos comer caliente y descansar en dos habitaciones equipadas para 3 personas c/u.
A partir de aquí ya se terminaría el paisaje desértico para transformarse en una mezcla de colores verdes y azules, señal inequivoca de nuestra aproximación a la cordillera de los Andes. A partir de aquí ya abandonaríamos la apreciada y dura Ruta 40.
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