Creo que fuimos los ultimos en llegar a nuestro vagon, me sorprendio un poco el hecho de que las guias hablan de trenes rusos y que el restaurante cambia dependiendo del pais, pero este tren era de Mongolia. Teniamos dos "camareras" en el vagon o prodvonistas (o algo asi), una de ellas parecia simpatiquilla pero la otra daba la sensacion de ser de aqui te espero (por las miradas que echaba), me dio muy mala espina, no la mejor manera de espezar un viaje que duraria 107 horas.A los cinco minutos conocimos a una pareja de holandeses que estaban en la cabina de al lado nuestra Huub y Karin y se convirtieron en nuestros companyeros de viaje, junto con otra pareja suiza, Wernie y Andrea.El viaje comenzo sin problemas, solo unas cuantas formalidades con el pasaporte,
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