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Published: July 21st 2010
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Viendo que mi público me reclama, este capítulo lo voy a escribir yo. A las 9.00 a.m cogíamos el autobús para Vang Vieng. La reserva del autobús la hicimos la tarde de antes en el mismo hotel, es como una especie de cooperativa entre varios hoteles de Vientiane que organizan los desplazamientos a diferentes ciudades. La verdad es que es muy fácil moverse por este país, en todos sitios hay anuncios de transporte a otras ciudades y venta de tickets. A esto hay que añadir una cosa que nos encanta de Laos y que nos está haciendo el viaje mucho más fácil… los laosianos hablan inglés tan mal como nosotros por lo que con signos nos entendemos perfectamente, no estamos teniendo ningún problema!!!! Llegamos a Vang Vieng y de nuevo estaba lloviendo. En este momento empezamos a entender lo que significa “estación lluviosa”.
Nos dejaron en medio del pueblo y nos dirigimos a un hotel que recomendaban en la guía, con la mala
suerte que justo antes de nosotros llegó una “patulea” de koreanos veinteañeros que nos dejaron sin habitación (bueno, sólo quedaba una que parecía un zulo y daba un asquito… y otra que según el recepcionista se escapaba
de nuestro presupuesto, no sé…). Así que con los mochilones y lloviendo nos fuimos a buscar otro hotel. En la esquina siguiente ya había una chica ofreciéndonos una habitación en otro hotel, fuimos a verla y nos pareció estupenda, sin lujos pero limpia y con vistas al Mekong y encima cuando nos dijo el precio ya sí que nos convenció, 6 euros/noche!!!!! A Roger le hacían los ojos gorgoritos!!!! Ok, ok!! dijo rápidamente.
El tiempo nos dio una tregua y nos permitió dar un paseíto. Vang Vieng como ciudad no tiene demasiado, son dos calles con bares y poco más. Es el típico lugar lleno de guiris bebiendo cerveza, sin camiseta y hechos unos marranos, así como LLoret de Mar. Eso sí, al parecer los alrededores eran espectaculares y así lo pudimos comprobar al día siguiente.
A pesar de que la predicción del tiempo no era muy buena, nos decidimos a contratar una excursión para el día siguiente… “Secretos del Edén” se llamaba, vaya nombrecito…, nos fuimos a cenar y acabamos en el “Sakura”, otro buen descubrimiento, tumbados en unos colchones en el suelo, tomando unos creps, un batido de fruta y el wifi gratis…
Al día
siguiente, a las 9.00 ya estaba nuestro guía esperándonos para comenzar la excursión. Tham, como se llamaba, es el típico laosiano bajito y delgaito (otra cosa que le gusta mucho a Roger de Laos es que se ve muy alto y fuerte al lado de los nativos). Nosotros con nuestras botas de montaña (Tamy, qué buena compra hicimos en el Decathlón!!!) y Tham con unas canclillas de playa. Nada más vernos nos dijo que habíamos elegido una actividad muy dura y que nadie la hacía en época lluviosa y pensamos… si se llama “Secretos del Edén”!!!! no será para tanto!!! Madre mía, casi nos morimos!!! Menos mal que al final hizo buen tiempo!! Antes de comer, estuvimos subiendo por la montaña de caliza (Tham Hok) durante 3 horas, con una humedad del 100%, en mi vida he sudado más (Pakito, si me estás leyendo, no sabes lo que me he acordado de ti y esas palabras tan sabias: “no es aconsejable llevar ropa de algodón en este tipo de travesías”). Después de comer, otro tanto de caminata por los pedruscos, que casi nos despeñamos, hasta llegar a la cueva con el mismo nombre de la montaña y terminar en un
pueblecito típico de por allí rodeado de arrozales. A pesar de todo, el esfuerzo mereció la pena, toda una aventura y un paisaje fantástico. Pongo algunas fotos pero es imposible reflejar lo espectacular del lugar.
A las 5 de la tarde, destrozados y de barro hasta la coronilla, volvimos a la habitación. Una ducha en condiciones, descansito y por la noche volvimos al “Sakura” que nos encantó. Esta vez pedimos un pastel de chocolate y una limonada. Qué buenas que están las limonadas!!!!
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tamy
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Esos Blogeros!!!
oye!!! me está encantando esto!!!jaja, estoy enganchada, como a perdidos! :-) y se os da muy bien!!! Qué pasada de fotos! Bueno, pues a seguir viviendo experiencias y a contarnoslas para que se me sigan poniendo los dientes largos,largos hasta el suelo! Un beso!