Porque Vang Vieng es mucho más que tubing...

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Salimos de Vientiane por la mañana en un autobús lleno de turistas, y a principios de la tarde llegamos a Vang Vieng, un pueblo al margen del rio; bastante turístico con muchos restaurantes, cafés, bares y hoteles... y muchos turístas, principalmente jóvenes que vienen por el famoso tubing/vuélvete loco/sobredosis de drogas y alcohol, pero también habían familias y una que otra pareja de personas mayores.

Alquilamos motos para visitar los alrededores, en especial queríamos ir a la blue lagoon, un pozo azul que se forma en algún lugar del río al que la gente va a bañarse, queda como a 30 minutos por carretera de tierra desde Vang Vieng; a pesar de las advertencias que había leído de las falsas blue lagoon que hay en el camino para sacarte dinero (aquí se paga hasta pa ir a bañarte en el río), caímos en una de las trampas y pagamos 10.000 kips (1,25$) cada uno por una falsa blue lagoon... era el río marrón y nada más... El segundo intento fue exitoso, el detalle está en no prestarle atención a los avisos de "Blue Lagoon", sino al nombre laosiano del lugar (al que nadie le estaba parando porque es muy complicado). El lugar es muy bonito, se merece totalmente el nombre porque es de un azul aguamarino muy hermoso, el agua es transparente y está un poco fría, lo cual cae de maravilla porque el calor que hace te puede volver loco. Nos quedamos ahí unas cuantas horas, lanzándonos una y otra vez al agua con una cuerda que había para que te balancearas; al principio habían solo unos cuantos turístas y un grupo grande de locales que amenizaron el ambiente con música de sus carros y nos entretenían lanzándose al agua de las ramas de un árbol; por la tarde empezaron a llegar más extranjeros y huimos.

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