Trekking a una comunidad Khmu

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Salí a las 8:30am de Luang Prabang, con una pareja de alemanes y el guía; caminamos hasta las 4pm, pero hicimos muchas paradas, principalmente motivadas por el guía que había tenido una noche larga porque uno de sus colegas se casó; en total no caminamos más de 5 horas y fue en plano, así que fue un día más de paseo que de trekking; el paisaje fue de jungla y montañas, nada especialmente hermoso. Llegamos a un poblado de Khmus, uno de los grupos indígenas mayoritarios de Laos (con pequeños asentamientos principalmente alrededor de Luang Prabang, y también en el norte de Tailandia, Vietnam y China), representan alrededor de un 20% de la población de Laos; este pueblo tiene unas 400 personas y las casas son hechas de bambú y madera, no tienen electricidad pero algunas casas tienen generadores, y obviamente televisión para ver la novela (pasatiempo preferido de la mayoría de los laosianos); tienen una escuela primaria, algunos cerdos, gallinas y muchos perros cachorros (porque cuando están grandes se los comen; aparentemente la carne de perro es una de las preferidas por estos lados).

Los Khmu viven de la agricultura, cada familia tiene una parcela donde cultivan arroz, maiz, sésamo y vegetales; casi todo para su consumo, menos el maíz, el sésamo y parte del arroz, que venden en el mercado de algún pueblo cercano.

El segundo día salimos a las 9am y luego de 1 hora de caminata llegamos al río donde nos esperaban nuestros kayaks en donde haríamos el resto del camino hasta un lugar donde nos esperaría un songtaew para llevarnos de regreso a Luang Prabang; en el camino paramos un par de horas en un campamento de elefantes en donde los turistas pueden pasearse en dichos animales y llevarlos al río para bañarse con ellos, los alemanes hicieron uso del servicio ofrecido, yo me abstuve porque no apoyo estos negocios en donde maltratan y tienen en cautiverio a animales salvajes para el entretenimiento de los turistas ignorantes o indolentes ante estas prácticas. Por el río (en donde estuvimos menos de 2 horas) vimos pescadores, niños jugando, búfalos y elefantes bañándose, aparentemente estos últimos de un centro de rehabilitación en donde los cuidan y no los usan para pasear o entretener a turistas (pero igual hacen su negocio con cursos de mahut, como le llaman a los cuidadores de elefantes, en los que cobran a los extranjeros altas sumas de dinero por un par de días "enseñándoles" a cuidar a los elefantes).

El trekking fue una experiencia interesante, pero definitivamente no valía lo que costó, así que fue un poco decepcionante.

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