En busca del Buda...

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La gente de Laos es muy, pero muy amable, mucho más que en Tailandia (donde también son amables). La verdad es que es muy agradable caminar por acá ya que todo el mundo te saluda y no hay acoso para venderte cosas. Algo que nos llamó la atención es que los “Laoenses” son muy chiquititos. Mi teoría es que la comida no tiene muchas calorías y eso no los deja desarrollarse completamente. Cada vez que uno come comida de Laos queda con gusto a poco, o por lo menos esa es mi sensación. Así que para terminar el día nos comimos unas buenas hamburguesas con muchas calorías y nos fuimos a dormir.
Las calorías hicieron efecto y dormimos placenteramente 10 horas seguidas. Sin ningún apuro nos levantamos y nos mudamos a nuestro nuevo hotel. Una vez finalizado el check in nos fuimos por más calorías y no comimos un brunch bien al estilo americanos con muchos huevos y panceta. Excelente!
Si bien habíamos decidido tomarnos el día para no hacer nada más que leer y planificar algunos puntos del viaje no pudimos resistir la oferta de ir a conocer una cascada que se encuentra a 45 minutos en tuk-tuk (en este caso fue como una camioneta/tuk-tuk). Nuestro grupo hoy se completaba con un israelita y una psicóloga neoyorquina que no paro de hablar en todo el viaje.
Las cataratas superaron todas nuestras expectativas. Este rio se encuentra en medio de una selva bastante tupida y las cataratas son una seguidilla de pequeñas cascadas con una enorme caída aguas arriba. Además de las cataratas tuvimos nuestra dosis de fauna del día y vimos varios osos en cautiverio ya que allí existe una especie de centro de cuidado de estos animales.
Todo el paseo duro una 4 horas con lo que nos dio tiempo de conocer los templos de la ciudad antes del atardecer. Durante el paseo se me ocurrió bajar desde la calle para sacar unas fotos del Mekong al atardecer y cuando llegue a la orilla vi pasar una rata del tamaño de un gato. Freno, me miro fijo haciéndome entender que no pertenecía a ese lugar y siguió viaje. Demás está decir que no volví a salir del camino para explorar la vera del rio!
Gracias a nuestra vida de gitanos no tenemos muchas pertenencias. A pesar de lo agradable de viajar “liviano” por la vida a veces nos arrepentimos de no haber guardado recuerdos de los lugares que visitamos. Por esa razón decidimos llevarnos algún souvenir de este viaje por el sudeste asiático. Que mejor que llevar un Buda? No un buda cualquiera, sino algo original, si es posible antiguo. Ya hace varios días que vengo mirando y estudiando lo que se vende, pero la mayoría son cosas industrializadas hechas para los turistas. Ya volviendo al centro encontré lo que buscaba. Un buda parado de medio metro de altura, hecho de madera y con pinta de antiguo. How much? 11.000.000 de Kip! Unos USD 1.200.- Que buen ojo! Lamentablemente fuera de presupuesto, ni siquiera regateando íbamos a poder llegar a lo que esperábamos gastar. Encima imagínense cargando el budita por el resto de viaje…
Un poco decepcionados por nuestro primer intento de comprar un buda nos fuimos a comer y luego de un breve paseo por el mercado nocturno (donde venden todo tipo de artesanías) nos fuimos a dormir.

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Comments

[Ya yo]

Que buen comentarista Axel
Falto solo la foto de la rata, cariños