28 a 30/01 - Villa La Angostura - Bariloche - El Bolsón

---

28/01 - Villa La Angostura - San Carlos de Bariloche (85 kms)



En Argentina estamos encontrando bastantes hostales en un mercado alternativo a los hostales promocionados en las oficinas de turismo, que ofrecen un trato familiar, precios algo mejores que los hostales, todos los servicios básicos y una oportunidad de conocer a la gente del lugar. La tarde anterior tuvimos la oportunidad de conocer a la familia Fernández, la casa de la costurera que queda en una esquina de la finca del hostal y donde ofrecen su internet a 5 pesos la hora y la mujer, Sol, cose. Para conectarnos a internet estuvimos en su sofá mientras la familia estaba de tertulia y cenaba. Más tarde me arregló el culot porque tenía un pequeño roto. Cenamos y desayunamos en la casa de arriba del hostal, que lo lleva la hija de los dueños del hostal y cocina unas milanesas (filete empanado) con puré de patatas o con arroz espectaculares.



Salimos de Villa La Angostura y este fue uno de los mejores días para ir en bicicleta que habiamos tenido hasta ahora, buena temperatura, viento a favor, un paisaje bonito y un recorrido no muy duro de sube y baja.



Bariloche queda justo al otro lado del Lago Nahuel Huapi, el mismo al que se orilla Villa la Angostura, y por detrás quedan las montañas con las estaciones de esquí. Bariloche es una ciudad alpina con bastante encanto ya que tiene varios edificios con estilo clásico alpino, una catedral, calles empinadas que recuerdan a San Francisco, rodeado de montañas y además queda junto al lago. Decidimos quedarnos en un hostel y aprovechar para hacer algunas pequeñas compras de materiales para las bicicletas. Dentro de poco ya tomaremos la carretera austral al volver a Chile y a partir de ahí habrá pocos lugares donde conseguir repuestos.



29/01 - San Carlos de Bariloche - El Bolsón (122 kms)



Bariloche es uno de los lugares más turísticos de Argentina y se nota en sus calles los grupos de gente y con artistas callejeros reclamando unos minutos de atención. Aprovechamos nuestra salida de la ciudad para pasar por el Centro Cívico, lo que equivaldría en Europa a una Plaza Mayor y que tiene el encanto de unos edificios de madera estilo alpino rodeando la plaza.



A partir de ahí, salimos de la ciudad en medio de un tráfico bastante agresivo y tomamos la ruta 40 rumbo al sur. Al principio el paisaje siguió siendo de lagos como en las últimas etapas, pero poco a poco fuimos entrando en una zona de montaña con bastantes subidas y bajadas largas. El Cañadón de la Mosca nos regaló 10 kms de bajada continua, que nos tomamos como un regalo. A partir de ahí, un par de subidas más y luego una larga bajada hasta el Bolsón.



Llevabamos kilómetros viendo anunciar un camping con cervecería y después de una larga etapa de montaña nos apetecía un capricho así que fuimos a parar al Camping El Bolsón, donde hacen su propia cerveza artesanal y nos atendieron estupendamente.



30/01 - El Bolsón - Epuyen



El Bolsón es una ciudad con mucho mercado callejero, destino de muchos mochileros porteños y poco más. Entramos en la oficina de turismo para preguntar por nuestra ruta y salimos de la ciudad, el día estaba nublado y nos llovió en buena parte del camino. Nuestro destino ahora es llegar al próximo paso de montaña para cruzar a Chile de nuevo. Justo al cruzar el paso se encuentra una ciudad que se llama Futaleufú, conocida por ser uno de los 3 mejores sitios de rápidos del mundo. Nos hubiera gustado pasar por el PN de los Alerces pero estaba cerrado al camping por epidemia del virus Hanta, que se transmite a través de roedores y puede llegar a ser letal para los humanos.



La llegada a Epuyen fue cansada después de varios kilómetros de subida y otros tantos de bajada para llegar a la zona del lago, donde se encuentran la mayoría de alojamientos. Aquel día decidimos probar a comprar un pollo y asarlo a la brasa. En la mayoría de campings hay zonas habilitadas para hacer fuego y nos apetecía cambiar de menú. Compramos un pollo de 2,5 kgs en el pueblo y unas cuantas patatas (hay que tener en cuenta que las raciones que se comen estando en este tipo de viaje son bastante mayores de lo habitual) y luego leña en el propio camping y nos pusimos a asarlo. La verdad es que fue un éxito y lo disfrutamos como si no hubiéramos comido en varios días. Al día siguinte nos esperaba otra etapa de más de 120 kms hasta Esquel y había que tomar fuerzas.

---