Waitomo,Taupo y Rotorua

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Nos fuimos de viernes hasta domingo y me encantaron los paisajes que vi por el camino. Para mí son inigualables a otro país. Y no me puedo quejar de nada menos de la guagua, que para mi gusto tenía unos 20 años. Pero el chofer, Steve, era un auténtico Kiwi y tal como me lo esperaba cuando lo dijo, apenas entendía algo de lo que decía… ¡espero acostumbrarme pronto al acento! El trayecto que normalmente dura 3 horas, duró en la guagua 5 horas y llegamos de noche. Pero el backpacker estaba muy bien la verdad. Pertenecía al YHA.
El sábado por la mañana fui a hacer Black Water Rafting en Waitomo Caves. La verdad es que lo recomiendo, no es como rafting en los ríos rápidos. Entramos por un espacio enano a las cuevas y después fue estar continuamente bajando y saltando de roca en roca. El agua estaba heladísima pero para eso nos dieron traje neopreno, chaqueta, calcetines y botas… así que íbamos preparados. Habían miles de luciérnagas. Después de eso poco más, Steve nos dio una vuelta por ahí y seguimos a Taupo…¡impresionante! 3 querían hacer Bungy Jumping y fuimos todos al lugar ese. Habían unas vistas buenísimas desde ahí. Luego fuimos a los hot pools y a los Huka Falls que igualmente me impresionaron muchísimo. Fuimos hasta Rotorua el mismo sábado por la tarde noche y nos quedamos en otro YHA… una “suite” para Thais y para mí solas, jaja.
En Rotorua, fuimos (clarísimo) a Te Puia. Sitio donde ví por primera vez un Kiwi y que pena que solo salgan de noche. Además fuimos en Te Puia al concierto maorí el cual me encantó… los bailes y las canciones maoríes son muy bonitas… aunque no entienda la letra. Además están los Geysires. Por cierto, Rotorua huele mal, y es porque tiene tantos geysires y barros de esos raros…
Steve también nos dio una vuelta por Rotorua y sus tres lagos… el Lake Tarawera es impresionante… ¡me quedé asombrada! Después están el Blue Lake y el Green Lake en los que realmente se nota la diferencia en el color del agua.
Finally probé “Zorb”… bastante gracioso meterse en una bola llena de agua y tirarse una colina en zigzag para abajo. En conclusión, valió la pena esa excursión.

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