Camino 3. Sahagún de Campos. El viento que me paró

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14 de enero de 2008. Lunes

He dormido como un bendito. Aunque justo antes de acostarme estaba un poco paranoico por si el indigente alemán quisiera robarme o asesinarme, me quedé dormido cuando mi cabeza estaba cayendo en el colchón. Zzzzzzz.
Segundos después de haberme levantado aparece Altair, el brasileño, ya vestido y pertrechado, que toma un vaso de leche calentado en el microondas.
"Ale, buen camino" "Buen camino"
Se marcha Altair y aparece al alemán indigente. Parece que ha dormido bien. Toma un vaso de leche caliente, me sonríe y se marcha.
"Ale , buen camino" "Buen camino"

Hay una cosa que odio con alma y corazón: enrollar el saco de dormir y guardarlo en la funda todas las mañanas. Lo enrollo y cuando lo intento meter en la funda se me desparrama. Lo intento de nuevo y lo vuelvo a intentar. No tengo manos, tengo manazas. Empujo y aprieto, se vuelve a desparramar, lo empujo desparramado y se desparrama más. Por mis huevos que lo meto dentro. Lo arrebujo poco a poco, empujo y empujo más, y en quince minutos, ¡dentro!, por la gloria de mi madre.

Cuando me dispongo a dejar el albergue, me cruzo en el larguísimo pasillo con la monja que me registró ayer y la ayudo a guardar el colchón.
"El peregrino sin dinero ha fumado en el dormitorio. El cuarto del internet era muy pequeño para los dos"
"Como estoy en vuestra casa hago lo que queráis vosotras"
"¿A dónde vas hoy, que hace mucho viento y parece que va a llover?"
"Primero llego hasta Sahagún, y según lo vea tiro hasta el Burgo Ranero o Mansilla de las Mulas"
"Cuando llegues a Santiago reza mucho por nosotras"
Bueno, pues ya oraré por ellas, cómo no.

Y me marcho del convento y salgo de Carrión, rodando por Tierra de Campos con el viento de cara. Voy tan despacio por la carretera que me da la sensación de haberme vuelto inútil. Pero pedaleo muy contento, pues parece que los alcaloides de la infusión de coca que me he tomado antes me mantienen el espíritu muy elevado. El viento disuelve algunas nubes y aparece el sol y un cielo azul que llega hasta el horizonte.
Paso por Cervatos, Quintanilla y Calzadilla de la Cueza. La carretera cruza no sé las veces sobre este río flaco.
En estas tierras de la Cueza ya se empiezan a ver algunos palomares, construidos en barro (adobe o tapial), de color de la tierra o encalados, con forma redonda o cuadrada. No tienen ventanas, sino troneras, agujeros por los que entran palomas y pichones a sus niditos, que llenan de agujeros(las pateras o buracas) los muros que parten del patio interior de cada palomar.
Antiguamente se usaba la palomina, es decir, la mierda de paloma, como estiércol. Hasta de Levante venían a por ella para fertilizar los naranjales. Ahora ya no se utiliza, pero los pichones sí que se siguen comiendo, muchas veces criados en granjas más industriales.
A pesar de las subvenciones que existen para la conservación de los palomares, no es difícil ver alguno derrumbándose, fundiéndose de nuevo con la tierra de la que surgió.

Sigo por la carretera, la nacional 120, de asfalto joven y arcen hermosísimo. Discurre casi siempre paralela a la autovía, así que prácticamente no tiene tiene tráfico ninguno. Flanqueando el arcén hay cada 25 metros una baliza, y cada cuatro balizas, es decir, cada 100 metros, tienen escrito un númerito: 1, 2, 3, 4... y 9. Cuando debería de llegar el 10, una señal de la red nacional de carreteras marca el kilómetro, y a volver a empezar con el 1, 2, 3...
Gracias a tan exhaustiva señalización de los metros que recorro, a veces me desespero: el peso de las alforjas y el viento de cara hacen que a pesar del buen asfalto, buen arcén y poca cuesta arriba, emplee bastante tiempo en pasar del 5 al 6, y del 6 al 7, etc, etc, etc.
Después de Lédigos, el viento es más frontal. Ahora la carretera es una recta que llega hasta Sahagún subiendo y bajando suavemente varias veces.
En las bajadas tango que pedalear también fuerte, pues si no, el viento me pararía y en las subidas no me queda más remedio que cagarme en Fernando Alonso, que va tan rápido quemando gasolina, mientras que yo aquí me estoy descojonando.
Voy dejando a la izquierda Terradillos de los Templarios (que de Templarios no tiene nada), Moratinos y San Nicolás del Real Camino, último pueblo de la provincia de Palencia. Sólo he cesado el pedaleo cuando un magrebí con coche azul me ha parado. Creía que me iba a decir que tuviera buen camino, pero en cambio me ha preguntado que si iba bien por ahí para llegar a Santander.
"Pues yo creo que mejor será que des la vuelta y conduzcas hasta Osorno, después de Carrión" le digo.
"Gracias, adios" "adios, adios" me sonríe, da la vuelta y se va.

Entro en la provincia de León y me desvío por el camino camino para entrar en su primera población: Sahagún de Campos
Me acerco al albergue de peregrinos, que hace las veces de oficina de turismo. Más que nada quiero asegurarme de que los próximos albergues estén abiertos.
"No, Bercianos y Burgo Ranero están cerrados. Abiertos están Reliegos y Mansilla, y el de Calzadilla de los Hermanillos, por la vía Trajana, está lo más seguro abierto" me dice el encargado, un hombre de cuarentaitantos con acento de algún lugar de Sudámerica que no consigo concretar, con pelo gris y no sé si tiene un ligero sobrepeso o en cambio mucho frío.
"Uhmm" contesto yo. A Calzadilla no voy, pues una calzada romana, que tendrá todas las piedras de punta, no la quiero ni para mi, ni para Thunder Fuji de Taiwan (el nombre de mi bicicleta). Por otra parte, el ir hasta Reliegos o Mansilla supone hacer más de 30 kilómetros con el viento de cara. Si quiero tomar un pincho y ver un poco Sahagún, como pretendía en un principio, no me da tiempo a llegar ni a Reliegos ni a Mansilla.
"Pues me voy a quedar" le digo al buen hombre.

El albergue es una iglesia, o mejor dicho, está en lo que era una iglesia. Lo que era el diáfano espacio de la iglesia se ha aprovechado para hacer planta baja y primer piso. En la planta baja la oficina de turismo y un salón de actos municipal, y en la superior, el albergue. Un único dormitorio con decenas de camas separadas ocho a ocho por paneles de madera. Cocina y baños y duchas entre tabiques de plástico nada más subir las escaleras de la oficina de turismo.
Tras todos formalismos, sellos, pago de 4 €, subida de alforjas al dormitorio y cambio de ropa, salgo casi corriendo a comer, menú del día por 9 euros. Me pongo tibio (como un cerdo) a comer a patitas de cerdo.

Hace mucho, mucho tiempo, en la guarnición romana del Cea, había un cónsul muy malvado llamado Ático. En una ocasión publicó un edicto por el cual todos los moradores de aquellas comarcas debían ofrecer sacrificio a una deidad romana que representaba el sol. El mismo Ático, para dar ejemplo a los demás, hizo su adoración, y al ser éste gobernador, todos los demás le siguieron.
Bueno, todos no, dos hermanos que decían profesar fe en jesucristo no le siguieron. Ático los mando prender e interrogar. Al ver tras varias preguntas y respuestas que perdía el tiempo en querer persuadirlos para que adorasen a sus falsos dioses, decidió darles atroces tormentos.
Quebraron sus manos y piernas, pero estaban alegres, pues padecían por cristo. Ático intentó conquistarlos con blandura y con regalo, pero fue inútil. Encolerizado les echó en un horno, como panes, donde permanecieron tres días con alivio y refrigerio. Comieron comida emponzoñada, pero al ver que no morían, el mismo cocinero quemó sus libros y se convirtió a la fe de cristo. Los despedazaron, les sacaron sus nervios con garfios de hierro, les rociaron por todo el cuerpo aceite hirviendo y por la boca cal viva mezclada con vinagre. Clavaron hachas candentes en sus costados, les sacaron los ojos de sus cuencas y dejaron colgados sus cuerpos boca bajo en un hastial.
Al ver que permanecían con salud incluso mejorada, Ático encolerizó más, pues en su corazón habitaba la maldad. También le molestó que dos ángeles fueran a visitar a los hermanos y decidió seguir el martirio.
Finalmente Dios tuvo compasión de Ático, pues los hermanos murieron cuando les hizo cortar la cabeza.
Estos mártires tenían de nombre San Facundo y San Primitivo, y otros cristianos sacaron sus cadávers del río. Más tarde, cuando el cristianismo no estaba prohibido en el imperio, se construyó una ermita para guardar las reliquias, y después un pequeño monasterio destruído un par de veces por los musulmanes y reconstruido las mismas veces.
El nombre del lugar ha ido evolucionando: Sanctus Facundus - Sant Facund - Sant Fagund - San Fagun - Safa-gun - Sahagún.

El rey Fernando I murió en León el 27 de diciembre de 1065. En vez de respetar el derecho visigodo y leonés que impedía dividir las posesiones reales entre los herederos, siguió los principios jurídicos navarros y consideró el Reino como un patrimonio familiar. Castilla, el reino principal y patrimonial de Fernando, fue heredado por el primogénito, Sancho. Alfonso recibió el reino de León y García el de Galicia y Portugal.
Como su codicia no era poca, Sancho y Alfonso se apoderaron de Galicia y se la repartieron. García moriría preso en un castillo de la España musulmana 19 años más tarde. No contentos con esto, los dos batallaron, por ver quien se quedaba con el reino de su hermano. Y Alfonso perdió batalla y reino. Y Sancho le quería hacer mal, e incluso sacarle los ojos. Gracias a la intervención de su hermana Urraca pudo pasar varios meses protegido en el monasterio de San Facundo antes de huir hacia la España musulmana.
Poco tiempo después murió asesinado Sancho en el cerco de Zamora, y Alfonso, ahora Alfonso VI, fue proclamado rey de Castilla, de León y de Galicia. Nunca olvidó la protección que le dio San Facundo, por lo que le otorgó muchos beneficios.
Al igual que su padre, Alfonso siguió dando rentas y teniendo excelentes relaciones con el monasterio más rico y poderoso de toda Europa occidental: Cluny.
Se entrevistó en Burgos con San Hugo el grande, abad de Cluny y tío de su segunda esposa (Constanza de Borgoña). Hugo enviaría a San Facundo un par de monjes de su abadía para introducir desde Sahagún la reforma cluniacense en España y sustituir el rito mozárabe por el romano.
Se convirtió así Sahagún en el centro peninsular de la reforma y monasterio cluniacense más importante de España, el Cluny español.

En 1085, el mismo año de la conquista de Toledo, Alfonso VI dio a las pocas casas que junto al monasterio se encontraban, el rango de villa y otorgó fueros, leyes y privilegios, tanto al abad del monasterio como a todos aquellos que vinieran a poblar la recién fundada villa. En pocos años contó con 8.000 habitantes de 9 nacionalidades.
Alfonso VI se hizo enterrar en el monasterio, al igual cuatro de sus esposas, otros miembros de la realeza, abades y gran número de nobles.
Las muchas donaciones dadas a la abadía por reyes y nobles acrecentaron el patrimonio de la abadía. Llegó a tener bajo su cargo casi un centenar de monasterios, conventos e iglesias, y territorios en un area que se extendía desde Guadarrama hasta el Cantábrico y desde Zamora hasta Burgos. Acuñó moneda, tuvo su propia universidad y por supuesto, hospital de peregrinos. Sus muros guardaron innumerables obras de arte.
La población no tuvo siempre una buena relación con los monjes de San Facundo. Éstos controlaban el monopolio del vino, el horno comunal y llegaron a prohibir a los sahagunenses comer carne, pudiendo así los monjes venderles sus truchas. Estos, otros abusos y fricciones hicieron que en el siglo XIII estallara una revuelta de los ciudadanos en contra del monasterio, lo que terminó con ciertas reducciones del poder de la abadía.
Con la desamortización de 1836, San Facundo tuvo que ser abandonado y su patrimonio repartido. Los sahagunenses, con el odio e inquina acumulado a lo largo de los siglos, participaron activamente en la destrucción de la abadía.

De lo que fue el monasterio más poderoso del reino de León, ahora sólo queda una torre menor:la torre del reloj, la capilla románica de San Mancio y una portada de su iglesia: el arco de San Benito, que hace las veces de arco triunfal de la villa.


Después de comer he paseado por este pueblo, o ciudad, ahora sombra de lo que una vez fue, con un tercio de los habitantes que una vez tuvo.
A parte de las ruinas de su monasterio, visito, sólo por fuera, las iglesias de San Lorenzo, donde se refugió la población en las revueltas contra el monasterio, y San Tirso. Las dos iglesias son estupendos ejemplos del arte mudejar en ladrillo. Subo también al santuario La Peregrina, con ricas decoraciones mudejares e incluso yeserías en el interior. No la puedo visitar, pues está cerrada por restauración.
Este santuario se encuentra en lo alto de una pequeña colina, pero al ser la Tierra de Campos tan llana, destaca sobre todo lo demás. Las vistas desde allí son muy amplias, llegandose a ver estribaciones de los montes cantábricos hacia el norte. Mirando hacia el sur descubro un pueblo con un castillo: es Grajal de Campos.
La primera vez que supe de este pueblo fue hace unos 6 años. En un día de verano decidí pasar el día en León, y agarré el tren en Burgos a las 7 de la mañana. Cuando me senté en el compartimento me quedé dormido, y al despertar y asomarme por la ventanilla vi la estampa de un castillo, rechoncho y muy elegante, junto a la torre de una iglesia y el caserío de un pequeño pueblo. Tener esa visión nada más despertarme aquel día me causó cierta impresión, y desde entonces deseaba conocer ese pueblecillo. Ni siquiera sabía que estaba tan cerca de aquí.

Aún no eran ni las 4. Bajo corriendo, voy hasta el albergue, me cambio y agarro la bicicleta. Justo cuando salgo, me doy de bruces con Richard y Altair, que acaban de llegar andando desde Carrión. Richard se ríe de mi porque he hecho los mismos kilómetros que ellos. "Pero si tú eres joven" me dice. "Pero muy tranquilo" le contesto.
A Grajal sólo son cinco kilómetros. Sin el viento de cara, sin alforjas y por terreno llano, la bicicleta no rueda, ¡VUELA!, y ¡¡ VOLANDO VOY!!

Al llegar al pueblo pregunto a unas señoras si se puede entrar al castillo. Me dicen que hay un cojo dando vueltas, que es el que tiene la llave y que si no está por ahí se habrá ido al bar a echar la partida.
"Vete al palacio si no, que ahora hay alguien, que lo ha abierto el alcalde"
Y al palacio de los condes de Grajal voy, un palacio que ni siquiera sabía o recordaba que existía. Por fuera sólo es unos muros con ventanas, nada especial. Está la puerta abierta y entro. Dentro, uno del pueblo, me imagino que el alcalde, charlando con un visitante.
El alcalde me dice:"Da si quieres un vistazo, pero rapidito, que quiero marchar ya a echar la partida al bar"
Mientras el visitante se da el moco con el alcalde, mostrando todo lo que sabe de arte y de historia, visito el palacio.
Si este palacio hubiera estado en una ciudad, ya le hubieran convertido en banco, pero al estar en un pueblo relativamente apartado de cruces de caminos y rutas turísticas principales, se puede apreciar el paso de los siglos.
Conserva el edificio todos sus elementos de los tiempos renacentistas, menos el mobiliario: su patio de dos pisos, su escalera monumental y yeserías en habitaciones, salones y galerías. Espléndido.
Me da la sensación de que hace falta pintar todo, que el palacio está sin rematar.
Lo conserva todo, sí, pero el lustre que pudo tener se ha perdido, está ajado.
Lo bonito, si decadente, me emociona siempre mucho más que lo limpio y restaurado. Será que seré un nostálgico.

El castillo al final, ni me molesto por visitarlo, pues se está haciendo tarde y no quiero estar de noche en carretera. Apoyando mi decisión el alcalde me comenta, temiendo quizás que quisiera yo que él me acompañara para entrar, que en el castillo realmente no se ve nada por dentro, cosa que confirman las fotos de un folleto que me ha dado.

De vuelta en la carretera, sin viento, ni peso y con terreno llano,¡¡ volando voy!! para Sahagún.

El resto de la tarde lo pasamos tranquilamente en el albergue Altair, Richard y yo. Ha llegado otro peregrino, de los Estados Unidos, pero no quiere hacer vida social con nosotros. Está, parece ser, muy cansado. Ha ido a por una cama y se ha quedado sentado en una silla durante una hora. Le he preguntado si está bien, y ha empezado a hablar y a hablar.
"Mira, que tengo que ir a comprar panceta, que voy a hacer unos spaguettis de esos que hay en la cocina porque otros peregrinos se los han dejado. También hay huevos." le he tenido que decir al final, que si no me tiene todavía escuchando.
"Si quieres dentro de un rato cenamos juntos un plato de pasta"
Y me contesta "vale""vale""hasta luego""hasta luego" me sonrie y me marcho.
Pero cuando he cocinado los spaguettis (menuda chapuza), me los he comido yo solo todos porque el americano ya se había acostado.

Altair se mete a la cama, y me quedo un poco más tiempo despierto con Richard. El sueño nos puede a los dos. "Buenas noches""Buenas noches"




De Carrión a Sahagún de Campos y Grajal: 52 kilómetros






14th january 2008, monday

I slept like an angel. I was paranoic the very second before going to bed, afraid of being robbed or killed by the poverty-stricken German, but I was deeply asleep when my head hit the matress. Zzzzzzz.
Seconds after I get up in the morning, Altair, the brazilian, shows up, fully protected against the morning cold. He heats a glass of milk in the microwave and drinks it.
"So, buen camino""Buen camino"
Altais is gone, and the poverty-stricken German shows up. He does likewise. It seems that he has also had a good slumber. He smiles me and go.
"So, buen camino""Buen camino"

There is a thing a hate with body and soul: folding the sleeping bag and putting it in its cover every morning. I fold it, but when I try to put it in the cover, it scatters. I try again, and the I have to try one more time. I push and push, but it scatters and scatters again. For my mother´s sake that I put it inside! I wrap it up and push little by little, and in fifteen minutes, inside the cover it goes!

When I am ready to go I meet in the long corridor the nun who checked me in yesterday and help her to bring the matress to the matresses room.
"The pilgrim without money has smoked in the dormitory. The internet room was very small for the two of you."
"As this is your house, you can do whatever you please"
"Where are you heading to? It´s windy and it may rain"
"First I go to Sahagun, and depending the time I get there, I´ll make it for Burgo Ranero or Mansilla de las Mulas"
"When you arrive in Santiago, pray a lot for us"
Of course I will, why not.

And I go out the convent and leave Carrión behind, rolling through Tierra de Campos the wind hitting my face. I am moving so slow on the road, that I feel useless. Anyway I keep on pedalling very happy, for the alcaloids of the coca infusion I´ve had this morning are having effect on me. The wind melts some clouds and discovers the sun and blue skies as far as I can see.
I pass Cervatos, Quintanilla and Calzadilla de la Cueza. The road cross this river(Cueza) several times, and I cross also several times with the N-120 road maintenace van.
In these lands or river Cueza I start seeing some dovecoats built in mud, either in the red colours of the earth or whitewashed, in a rounded or squared shape. The have no windows, but little holes through which the pigeons and doves go in their little nests, other holes in the mud walls inside the dovecoats.
The pigeon droppings used to mean an extra income for the unhabitants of these villages (not any more). This pigeon poo was sold to the farmers of the Valencia area, who used the poo as manure to fertilize the orange grooves.
The manure is not sold anymore, but the pigeons are still eaten, though bred in more industrialized farms.
Even there are subsidies to maintain the dovecoats, many of them are falling down, melting again with the earth that gave them birth.

I keep on the road, the N(ational)-120, with a new asphalt and broad shoulders. It goes pararell to the freeway, so there si hardly any traffic. In the outter side of the shoulder you find every 25 meters a sign. and every four signs, that is to say 100 meters, they have little number: 1, 2, 3,... where the 10 should be, the thin white sign changes into a red national road network signs and on which the kilometer point is written, and again it will go with the 1, and the 2, and the 3,....
Such a detailed marking of the kilometers and meters i am riding, makes me feel sometime desperate. The numbers change so slow! The land is almost flat, and the asphalt good, but the wind is on the face and the saddlebags quite heavy, so it takes a long time before the 5 turns to 6, and the 6 to 7, and so on.
After Lédigos the wind is worse. The road is now a straight line, that softly goes up and down. When going down I have to pedal, if not I would stop. When going up I can´t help stop swearing, I swear.
I am leaving behind on my left hand Terradillos de los Templarios (nothing remains from the Temple order), Moratinos and San Nicolás del real camino, last village in the Palencia province. I only stopped when a man from Maghreb stops his car and ask me the way to Santander. "You´d better turn around and drive back to Osorno, after Carrión" I say. "Thank you, good bye""good bye" He smiles and turn around.

I cross the line between the provinces of Palencia and León, and leave the road to take the track before entering in the first village or town, of the León province: Sahagún de Campos.
I go to the pilgrims albergue, that is also a tourist information office. I want to make sure that next albergues are open.
"No. They are not. Bercianos and Burgo Ranero are closed. The next open albergues are Reliegos and Mansilla de las Mulas. Calzadilla de los Hermanillos is probably opened, but it´s in the Trajanian way" answers the man in charge of the place, in his fortysomethings, with a southamerican accent and slightly obese or feeling very cold instead.
"Uhmmmm" I say. I´d better not go to Calzadilla. It´s a roman road, and its sharp stones won´t do any good for me and Thunder Fuji of Taiwan (that is the name of my bike). On the other hand, going to either Reliegos or Mansilla means more than 30 kilometer with the wind hiting us in a frontal way. If I want to have a pincho and take a look to the main sights in Sahagun, as I originally intended, I can´t make it to either Reliegos or Mansilla.
"I´ll definitely stay" I say to this good man.

The albergue is a church, I mean, it used to be a church. In the only space inside the temple there is now a ground floor and a first floor. The ground floor is divided in two parts: the tourist information office and a municipal hall for different activities. Upstairs, the albergue: one only dormitory with a huge amount of beds, being separated eight by eight with thin wood pannels. Just when you get to the albergue floor, you find the kitchen and behind some plastic partitions: the toilets and showers. After having my credencial stamped and paid 4€, I take my saddlebags upstairs, I change clothes and go out for lunch: menu of the day for 9€. I eat like a pig a lot of pig feet.

Once upon a time, in the garrison of Cea, there was an evil Roman consul named Aticus. He announced an edict, ordering to all the unhabitants of that shire to make a sacrifice to a roman deity that incarnated the sun. The same Aticus went there to give sacrifices, and being the governor, everybody followed him.
Well, not everybody: two brothers who had faith in christ didn´t go there.
Aticus made them stop and interrogated them. After some questions Aticus could realize that it was impossible to persuade them to worship his false gods, so he dediced to torture them dreadfully.
Their hands and feet were smashed, but they kept happy, for the suffering was for christ. Aticus thought then that perhaps was easier to convince them through presents and politeness, but it was useless. Enraged, he threw them to a furnace, like breads, where the two brothers stayed for three days merry and cool. They ate after poisoned food, but as they didn´t die, the cook converted to the christ faith. They were cut to pieces then, their nerves taken out with a hook, were bathed with boiling oil and their mouths filled up with burnt lime and vinegar, sticked red-hot axes in their sides, their eyeballs were taken out from the eye sockets and the two bodies hanged.
But all this torture didn´t weak them, and the brothers even were healthier than before. When Aticus saw this, he enraged, for the evil was in his heart. The visit that two angels paid to the christians angered him more, so torture continued.
He just made the brothers to be beheaded, and the died. I guess it´s a mistery and a miracle that they died this time. I guess that finally God had pity on Aticus.
The two martyrs´names are St Facundo and St Primitivo, and some other christians took their corpses out from the waters of the river. Some years after, when christians were legal in the empire, a hermitage was built in order to keep Facundo and Primitivo´s relics, and then a monastery, It was destroyed a couple of times by the moors and the same times it was rebuilt. The name of the place changed: Sanctus Facundus - Sant Facund - Sant Fagund - San Fagun - Safa-gun - Sahagún.

King Ferdinand I died in León the 27th december of 1065, and instead of following the Gothic laws, he preferred the ones from Navarra, that considered a kingdom as a propriety of a king. He divided then the kingdom in three pieces: Castile, the main of his kingdoms was inherited by the first-born, Sancho. Alfonso was heir to the kingdom of León and the younger brother, García, to Galicia and Portugal.
As the greed was great, Sancho and Alfonso conquered the properties of García and shared them. García will die 19 years later still as a prisoner in a castle in the muslim Spain. As they were not still happy with the kingdom of their brother they fought, to see who had the right of having three crowns in one head only. And Alfonso lost the battles and the kingdom. And Sancho wanted his brother not to be in good health, and even to take his eyes out of the sockets. But their sister Urraca helped Alfonso and he could find protection behind the walls of the little monastery of St Facundo some months before he could escape from his brother´s kingdom.
Soon after Sancho was murdered, and Alfonso, now Alfonso VI was proclaimed king of Castile, León and Galicia (and Portugal). He never forgot St Facundo and gave to the monastery many advantages.
Alfonso, as his father, kept on giving rents and having an excellent relationship with the wealthiest, biggest and most important monastery in west Europe: Cluny. In Burgos he had an interview with St Hughes the Great, abbot of Cluny and his second wife´s oncle (Constanza of Burgundy). Hughes would sent to Sahagún a couple of monks from his abbey in order to introduce in Spain the Cluny reformation and replace the Mozarabic rite (Ritual worship surrounding the Eucharist in these times) for the Roman one (still in use).
Therefore, Sahagún turned to be the epicenter from which this Reformation started in Spain and the most important Cluniac monastery: the Spanish Cluny.

In 1085 Alfonso VI transformed the few houses around the monastery in a town. He gave to the place fueros: laws and privileges to the abbot as well as to the peoples who would move to this recently founded town. In a few years Sahagún had three times more unhabitants than the present population: 8.000 people from 9 different nationalities.
Alfonso and four of his wives were buried in this monastery (now in the Benedictine museum), as well as other members of the royal family and nobility and of course, the abbots. Under Sahagún command there were almost 100 smaller monasteries, convents and churches; lands and terriotories in an area spreading from Madrid to the Cantabrian see and from Zamora to Burgos. They minted money, had their own university and naturally, albergue for pilgrims. Inside the walls, a huge amount of artworks.
The town had not always friendly relations with Saint Facundo. The monks had the control over the bread ovens, monopoly on wine and reached the point of banning the citizens from eating meat, so that they could sell their trouts. These are only some of the abuses that led the mob to a riot against the monks in the XIIIth century, making the monastery to lose some power.
After the desamortización in 1836 (ecclesiatical confiscation) St Facundo had to be abandoned. The hate and aversion accumulated during so many centuries made the citizens of Sahagún to help actively to the destruction of the deserted monastery.

Of the once most powerful abbey in the kingdom of Leon the only remains are: a minor tower known as the clock tower, the romanesque chapel of St Mancio and one entrance of the church, known as St Benedict arch, nowadays is like the triumphal arch in Sahagún.

After lunch I have walked around this village or town, or whatever, around the shadows of what it was once.
Besides the ruins of the monastery I visit, always outdoors, the churches of St Lawrence, where people sheltered during the riots against the monks, and St Tirso. Both churches are outstanding examples of mudejar architecture in brick: artworks by moors living in the Christian kingdoms of Spain.
I also go up to the La Peregrina shrine, that boasts rich mudejar decorations. I can´t see the inside, it´s closed, under restoration.
The shrine is on a very little hill, but as Tierra de Campos is so flat, it stands out in the area. The views are broad from there. If you look to the north you can even see the Cantabrian mountains, and looking to the south more fields and fields. Not far from here I can see that there is a village with a castle: It´s Grajal de Campos!
The first time I knew that this village existed was like 6 years ago. I decided to spend one summer day in León, for I had never been there before. I took a train in Burgos at 7a.m and I fell asleep. When I woke up, I took a look at the window and I could see a wonderful castle next to a church tower. This postcard view has remained with me since, and this village was included in my must see places list.
I didn´t even know that it was so close from here.
It was some minutes to 4 p.m., I go down to the albergue, change my clothes and get on my bike. When I am leaving I meet Altair and Richard, arriving from Carrión de los Condes by foot. Richard laughs because I did the same kilometers as them.
"but if you are young!" he says.
"but very calm" I answer.

Grajal is only five kilometers away. Without the wind hitting on my face, without saddlebags and being the land flat, the bicycle does not go, it is flying! I AM FLYING!!¡¡ VOLANDO VOY!!
When I get to the village I ask to some old women if they know if the castle can be visited. They tell me that there is a cripple walking around who has the keys. If not, he must be playing cards at the bar.
"Or, you´d better go to the palace, the mayor has just opened it because there was somebody who wanted to take a look"
So I go to the palace of the Grajal Counts, a palace that I had never heard of, or at least didn´t remember. The door is open and I go in. There there is a local, I guess the mayor, who is listening to a visitor who talks and talks on history and arts.
"You sure can take a look to the palace, but quick, I want to go to play cards" the mayor says to me.
While the visitors keeps boasting all his knowledges and wisdom, I visit the palace.
If it had been located in a bigger town, the palace would have been turned into a bank, but as its location is far from any crossing of road and not in a mojor touristic route, you can feel perfectly the passage of the time and the weight of centuries.
It preserves all the elements from the Reinassance but the furniture: the two storey courtyard, the monumental staircase, and stuccos in rooms and galleries.
I have the feeling that the palace works are not finished, as it would need painting or something. It is perfectly preserved but it lacks the original shine, it has faded.
The beauty, if faded, thrills me more than what it´s clean and restored. I guess I am a nostalgic.

I don´t visit the castle, for it´s gettin late and I don´t want to ride in the dusk. Supporting my decision and afraid of me asking him to open the castle, the mayor gravely asserts that there is nothing of interest inside, opinion confirmed by a picture on a brochure he has given me.

Going back to Sahagún through the flat countryside, without wind and without saddlebags I feel that I´m flying: ¡¡ volando voy!!

The rest of the evening is very quite. I share some time with Altair and Richard in the albergue. Another pilgrim from United States has arrived, but he doesn´t want to make social life with us. He seems tired. He has chosen his bed and sits for one hour. Finally I ask him if he is ok and he starts to talk and talk.
"Oh"-I say-"I have to go to buy some bacon. I´m cooking some spaguettis that some other pilgrims left behind. There are eggs too" If I don´t interrupt him, he would be still talking.
"If it´s ok by you, we can have in a while some spaguettis together." "ok" "ok" "bye""bye" he smiles and I go.
When the spaguettis are ready the american is in bed, so I have to have them all and I didn´t cook nice.

Altair goes to bed. I spend some time with Richard and finally we both go to bed:"Good night""Good night"




From Carrión to Sahagún de Campos and Grajal: 52 kilometers=32 miles.

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Photos

Sahagún de Campos
ermita de la virgen del puente

Hospital de la Herrada
o eso creo. En Carrión de los Condes

Cervatos de Cueza
sin nubes en el horizonte

Paisaje en Terradillos
Se ve al fondo la autovía

Ermita de la virgen del puente
Junto al escuálido río Valderaduey. La carretera no pasa por aquí, sólo el camino

Iglesia de San Tirso
y detrás la torre de San Facundo

Torre de San Facundo
o torre del reloj

Antigua entrada y torre de San Facundo
Arco de San Benito y torre del reloj

Algunos de los restos de San Facundo
Capilla de San Mancio

Iglesia de la Trinidad
Ahora salón de actos y albergue de peregrinos

Escalera de palacio
¡Panorámica en mosaico de 4 fotos!

Comments

[angel]

gracias
Como natural de Sahagún me he quedado impresionado de verdad sobre tus conocimientos sobre Atico, Facundoy Primitivo y todo lo que fue el monasterio de mi pueblo. TAmbien conozco Grajal y tu visita fue muy acertada y realista. Te doy las gracias por compartir tu viaje con gente como.