LA PROVENCE 4. Arles

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23 de febrero de 2009

Arles era el perfecto prototipo de ciudad del midi francés, pequeña, provinciana, que sestea, relajada a veces hasta el aburrimiento y la mayor parte del año tostada bajo un pesado sol que impide cualquier movimiento rápido.
El día que llegué a Arles el sol brillaba , pero casi todo su calor lo barría el viento mistral, que soplaba con fuerza en dirección al mar Mediterraneo y hacía que ondulase el río Ródano.

Llegué al albergue juvenil en torno al mediodía, pero no abría hasta las cinco de la tarde, así que con la mochila a cuestas me dediqué a visitar la ciudad.

Arles es sobre todo famosa por Van Gogh. Van Gogh se mudó de Paris a Arles porque la hablaron de la luminosidad de estos paisajes meridionales. Aquí se puso a pintar mucho, y cautivado por esta luz y este color quiso fundar una colonia de artistas. Sólo Gauguin acudió a su llamada, y se pusieron a vivir juntos. Pero su relación se fue deteriorando hasta el punto de tener broncas gordas y peleas. La absenta tampoco ayudó a mejorar la relación entre los dos artistas. En una ocasión Van Gogh le amenazó con una cuchilla de afeitar. Gauguin huyó horrorizado, y Van Gogh se fue a un prostíbulo donde se cortó el lóbulo de la oreja y se lo regaló a una prostituta.
Desde entonces se empezó a encontrar peor, y sufría alucinaciones. Lo pasaba muy mal y los vecinos veían claramente que estaba mal de la cabeza. Por eso pidieron a las autoridades que le encerraran en algún sitio. Durante dos meses estuvo en una habitación de su doctor, el señor Rey, al que regaló un bonito cuadro como agradecimiento. El doctor lo utilizó para tapar un agujero del gallinero. Voluntariamente Van Gogh ingresó después en el asilo de Saint Rémy de Provence.
Con todo lo que pintó en Arles y que no queda ningún cuadro en ningún sitio en la ciudad... Por supuesto hay en las calles algunos carteles y placas que lo recuerdan y hasta está señalizada una ruta que sigue los pasos del pintor.

Yo, más que los pasos del pintor, seguí los pasos de mi estómago, y acabé en un restaurante chino vietnamita. Estuve mucho tiempo comiendo, pues sólo me dieron palillos y me costaba mucho agarrar los pedazos de comida, que por otra parte estaban ricos.

Arles como tiene una historia larguísima, habitada desde el siglo VI a.C., no es de extrañar que tenga varios lugares muy interesantes para visitar, a parte de que la ciudad en sí tiene bastante encanto. Los dos monumentos más notables son los que visité por la tarde: la iglesia de San Trófimo y el anfiteatro romano.
La Iglesia de San Trófimo me gustó una barbaridad. El pórtico románico es uno de los mejores que recuerdo. Ángeles,santos, y un terrorífico juicio final con unos hombres encadenados siendo conducidos entre las llamas del infierno.
El claustro es también espectacular con todos sus capiteles historiados tan bien tallados.

El anfiteatro también es también estupendo, enorme y perfectamente conservado. De dos pisos, inspirado, claro está, en el coliseo romano. Tenía una capacidad de 20.000 espectares, y aquí se entretenían los ciudadanos en ver a los gladiadores y a los animales luchar. Más tarde, tras la caída del imperio, se utilizó como fortaleza y viviendas. De hecho estuvo habitado hasta 1830. Ahora se sigue utilizando para espectáculos, corridas de toros concretamente. Esto no es de extrañar, pues por esta zona se crían los toros de la Camarga, unos toros negros con unos cuernos muy puntiagudos, que pacen en las tierras pantanosas cercanas a Arles.
Tener un anfiteatro tan grande es claro testimonio de la importancia que tuvo Arles desde los tiempos del imperio romano, concretamente desde que apoyó a Julio César en la guerra civil contra Pompeyo. Siempre conviene apoyar a los vencedores. Y ejemplos de este esplendor se encuentran en toda la ciudad: el teatro, las termas, restos del foro, o la necrópolis: les Alyscamps.

En la oficina de turismo me dijeron que el viento mistral iba a seguir soplando durante los siguientes días, pero eso sí, con menos intensidad. Noticia no muy buena para mi, ya que pensaba alquilar una bicicleta para visitar los alrededores. Al día siguiente ya vería.

El albergue juvenil estaba tranquilo. Éramos los primeros huéspedes de la temporada, y nos dividieron por sexos. Por un lado tres amigas nórdicas que no paraban de rajar entre ellas y dejaron las duchas como en la película "Gorilas en la niebla"; y por otro lado compartí yo el dormitorio con un joven parisino chino que estaba de vacaciones con una scooter, pero se le había averíado. Tenía muchas ganas de hablar, pero no le pude satisfacer porque me empezaba a dormir sentado.








2009 february 23rd

Arles was the perfect prototype of town of the south of France: small, provincial, doing the siesta everyday, so relaxed that sometimes is boring and crushed by a burning sun most part of the year.
The day I arrived in Arles the sun was shining, but all the heat was swept away by the mistral wind, that was blowing strongly towards the Mediterranean sea and even made the Rhône river to wave.

I arrived to the youth hostel towards noon, but it didn´t open until five, so bag on back I went and visit the town.

Arles became specially famous thanks to Vincent Van Gogh, who moved here from Paris because somebody talked him about the light in these meridional regions. He painted so much, and captivated by the vivid colours and luminosity he wanted to found a colony of artists. Only Gauguin answered to this call and both of them became roommates. But sadly, their relationship started to worsen and eventually they had fights and rows. The absinthe didn´t help either to improve their relationship. In the last fight, Van Gogh threatened Gauguin with a razor, and Gauguin was so upset that fleed Arles. Van Gogh went to a brothel instead. He cut himself the lobe of one of his ear, wraped it in paper and gave it as a present to a prostitute.
Since then, he didn´t really feel well and had hallucinations. He wasn´t having good times and the neighbours cleary could see that he was nuts. That is why they asked for his locking up somewhere. For two months he was in one of his doctors room, mister Rey. To him was Van Gogh so thankful that he gave him one of his paintings as a present. The doctor used it to cover one hole in the chicken coop roof. He was then put in Saint Rémy de Provence asylum of his own free will.
He painted so many paintings in Arles, but there is not anything at all by him in town. What you can find instead is some signs or sheets showing a couple of Vang Gogh footsteps routes.

Instead of following the painter´s footsteps, I followed the footsteps of my stomach that brougth me to a vietnamese-chinese restaurant. I was having lunch during a pretty long time, for I was given only chopsticks and it was my first time, but everything was good.

Arles has a very long history, unhabited since the VIth century BC, and there are a couple of very interesting places to visit, besides the town, that is very charming by itself. The best of the monuments are two: the church of St Trophime and the old amphitheatre.
I liked the church of Sain Trophime really very very much. The romanesque portico was one the best that I remember. Angels, holy saints and a scary last judgement with poor men in chains being taken into the flames of hell.
The cloister is likewise spectacular with all the illustrated capitals of the columns so delicately carved.

The amphitheatre is also very nice, quiet big and very well preserved. It is a two story building, and of course, inspired by the roman Colosseum. It has a capacity for an audience of 20.000 people, and they used to see here the gladiators and animals fighting, then was a fortress and until 1830 it was a block of appartments. Nowadays it also has more or less the same use as in the Roman times, for there are corridas and they see the bulls and toreros. It is not odd to find the bull fightings here, because in this area is where the bulls of the Camargue are bred, very black ones, with very pointed hornes and no need to say, very brave.
Such a big roman arena tells us about the importance of the town of Arles since Roman times, specifically since Arles support Julius Caesar in the civil wars against Pompey. Therefore in town there are so many monuments from these times: the theatre, the thermae, the forum or the Alyscamps, so that it is the name of the necropolei.

In the tourist information office I was told that the mistral wind was going to blow during the following two days, though not so strong. Not a very good piece of news for me, for I wanted to hire a bycicle to ride the sorroundings. The following day I would see anyway.

The youth hostel where I stayed was very quiet. We were the first guests in season, and we were divided in two bedrooms according the sex. In one room three Nordic girls who didn´t stop talking one another and left the showers like in the movie "Gorillas in the Mist"; and in the male bedroom I was with a Parisian chinese bloke on holidays going around with a scooter that had broken down. He really wanted to chat with me, but I really couldn´t satisfy him as I fell asleep.

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Photos

Plaza de la República --- Republic square
Ayuntamiento --- Town hall