Y así la aventura comienza

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Que hermoso cuando en pocas horas sientes que has vivido varios días, todo es nuevo, same same but different, exótico, pintoresco, divertido... la aventura de viajar a culturas tan diferentes a las nuestras es algo que me llena de felicidad y satisfacción, por eso aquí estoy otra vez, deambulando por el mundo, sin planes fijos ni preocupación por el tiempo. Este es mi segundo intento de mantener un blog de mis viajes, veamos como me va con aquella que llaman constancia.

Hoy en la tarde llegue a Kathmandu, y después de colas en inmigración, pelear pacificamente con los oficiales que ponian la visa para que me dieran mi vuelto completo, ser acosada pacificamente por una docena de taxistas y atravesar maravillada por el caotico centro de la ciudad, conseguí una habitación en un hotelito de bastante mal aspecto, pero por el módico precio de 300 rupíes (unos 4$), nada mal para una habitación para mi sola y con baño privado.

Apenas tiré las maletas en la habitación salí más emocionada que una niña en Disneylandia. Lo que vi de Kathmandu hoy me hizo sentirme en algún barrio de Caracas, las callecitas super estrechas doble via y sin aceras, motos, carros y bicicletas saliendo por todos lados, negocios, restaurantes, bares; la gran diferencia era que no sentía miedo de que algo malo me pasara... bueno, a ratos me entraba la paranoia, pero es inevitable, soy caraqueña. No vi tantos turistas como esperaba, a pesar de que según un nepalí que conocí, en este mes vienen no se cuantos miles de turistas... supongo que estarán casi todos haciendo trekking... Y en general los nepalíes con los que he tratado son muy amables, sonrientes y conversadores... presiento que me va a encantar este país; por lo pronto puedo decir que la primera impresión es muy buena 😊

Namaste.

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