Advertisement
Published: July 23rd 2010
Ya descansados de la paliza del día anterior nos levantamos en nuestro bungalow y desayunamos en nuestra terracita con vistas al Mekong porque sí, en esta guesthouse te traen el desayuno a la terraza de tu habitación!!!
,Este día decidimos dejarlo para la visita a la ciudad de Luang Prabang, situada al norte de Laos en la confluencia de los ríos Mekong y Nam Khan y que fué declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 1995.
Igual que hicimos en Vientiane, seguimos la ruta marcada por la guía la cual nos señalaba cuál era cada uno de los templos con los que cuenta Luang Prabang y muchos de los cuales están dedicados a la enseñanza de jóvenes monjes. Por este motivo, destaca de esta ciudad la gran cantidad de monjes de corta edad que ves por las calles.
Paramos en el primero de los templos (Wat Xieng Muang) y qué gracioso ver a los monjes estudiar, pintar, leer... Llegamos a una habitación dónde unos 15 monjes atendían al anciano profesor. Ver esa estampa casi hace que me saltaran unos lagrimones, jajaja, vaya, igual que en las clases que se dan en España...allí pasa al revés, de caso poquito,jajajja.
Seguimos por el mercado de comida y a otro par de templos más hasta llegar al Royal Palace Museum, compramos la entrada y... van y nos cierran las puerta en las narices!!! a las 11.30 de la mañana ya estaban cerrando para comer, y es que la hora de almorzar es sagrada para ellos. Continuamos por las calles de Luang Prabang con sus bonitas casas franco-laosianas, paseamos a la orilla del río hasta llegar al mayor templo de Luang Prabang, el Wat Xieng Thong, que además quedaba justo al lado de un restaurante que recomendaban en la guía y donde decidimos comer: El Tamarind. Lo denominaban en la guía como un restaurante con "deliciosa comida laosiana moderna". Pedimos tres platos y cual es nuestra sorpresa que todos llevaban una hierba aromática que ya habíamos aborrecido en Vietnam y que no nos gustaba nada. Haciendo de tripas corazón y con mucha agua entre bocado y bocado nos lo comimos todo como unos campeones, jaja!
Salimos del restaurante y fuimos al museo. LLegamos a las 15.33 y... de nuevo nos dieron con la puerta en las narices!!! ahora resulta que el último pase era a las 15.30 y yo con un
mosqueo... nos habían "soplao" por cada entrada 8 euros y nos íbamos sin ver nada. Menos mal que Asun consiguió hacerse entender y los del museo, como eran muy buena gente, nos cambiaron las entradas por otras para el día siguiente.
Antes de irnos a descansar paramos en unas cuantas agencias para organizar las excursiones de los días siguientes. Nos decidimos por una de Kayak y... cuando íbamos a pagar...Asun no encuentra la mochilaaaaaaaa!!!!! Ufff... menos mal que era yo quién llevaba la cámara de fotos , la de video, la cartera, las tarjetas (como la conozco, todas estas cosas las llevo yo). Me quedo yo pagando mientras ella sale corriendo al Museo ya que cree que la dejó olvidada cuando fué a los baños allí. Riéndo y muy tranquilo (ya sabía que esto iba a ocurrir, siempre lo pierde todo...) voy al museo, donde había quedado con ella, le estaba haciendo fotos con dos trabajadores del museo en la puerta del servicio cuando me dice con la cara descompuesta que EN LA MOCHILA ESTABAN LOS PASAPORTES!!!!!!!!NOOOOOOOOO PUEDO CREERMELO!!!. La cara se me cambió por completo y más cuando al abrir el servicio de señoras ALLÍ NO HABÍA NADA!!!.
Bueno, nos faltaba calle para correr en Luang Prabang, parando en la oficina de turismo, la policía, todas las agencias en las que habíamos estado.... Asun explicando lo que había pasado en inglés con una fluidez..., yo estaba impresionado, lo que hace el instinto de supervivencia... Yo mientras, aunque muy cabreado, estaba más callado que en misa ya que ese mismo día yo había perdido mi chubasquero, la almohada que había comprado en el aeropuerto de Madrid y mi gorra por lo que sabía que, decir algo, hacía peligrar nuestro matrimonio, jaja
Cuando ya me imaginaba tirado "como una colilla " en Laos y a Paco Soriano en la UCI del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla depués de enterarse, voy a la primera de las agencias en la que habíamos estado y que tan mal nos habían atendido. Allí, junto a la silla, estaba la mochila, ufff... qué mal rato habíamos pasado.
Ya era tarde por lo que no volvimos al hotel, subimos la colina hasta el mirador para ver el atardecer de Luang Prabang. Con nuestros pasaportes en la mochila (ya los guardaba yo) no necesitábamos nada más... bueno... o sí...otro estupendo masaje de pies
de una hora por 3 euros y medio, genial! En lo de los masajes, nos encontramos con dos americanos que conocimos en Vang Vieng. No debíamos hablar inglés tan mal cuando quisieron quedar para tomar unos vinitos el día siguiente.
Cenamos en los puestos callejeros que hay junto al mercado de artesanía, pedimos dos pinchos de pechuga de pollo, un pincho de costillas de cerdo, 6 rollitos y dos pepsi, todo por 4 euros, y además lo mejor que comimos en Laos hasta el momento. Después a dormir, había sido un día muy completito...
Advertisement
Tot: 0.079s; Tpl: 0.012s; cc: 5; qc: 45; dbt: 0.0553s; 1; m:domysql w:travelblog (10.17.0.13); sld: 1;
; mem: 1.1mb
Matt, el viajero
non-member comment
El mundo exterior
Querido sobrino Dodo, El mundo exterior no es como parece. Por aquí los extraños habitantes de estas tierras tienen 5 dedos en las manos, aunque tienen distinto colores en la piel como nosotros. Construyen sus propias casas, pues no duermen en cuevas como nuestra querida Fragel Rock. Tampoco existen pequeños seres trabajadores como los Curris. Actualmente me encuentro por Asia, donde he podido constatar que entre estos extraños seres - se hacen llamar "humanos"- también existen viajeros como yo, que visitan lugares muy lejos de sus hogares. El otro día me encontré con una curiosa pareja de estos viajeros. -Los descubrí porque hablaban más alto que los habitantes nativos-. El hombre era negro, o casi negro (yo diría que gitano), y mientras andaba cargado con toda clase de mochilas y otros elementos, levantaba la mano y gritaba, hicéndole señas a su mujer. Ésta, de constitución escuálida y aire señorial, se pasaba el día increpando al hombre y fotografiando a todo lo que se movía. La extraña pareja gritaba y se agitaban nerviosos hasta que ella dijo algo como: "rullé estoy cansada. Nos vamos al hotel". Sin duda toda una experiencia. Espero que por Fragel Rock todo vaya bien. Sinceramente tuyo, Tu tio Matt el viajero.