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Published: January 10th 2009
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En el camino hacia Ranakpur
Vista posterior de lo que creemos que era un camión, pero también podría ser una bicicleta ¿quién sabe?Habíamos puesto el despertador a las 7:00 hs. El vehículo que nos llevaría hasta Udaipur debería recogernos a las 7:30. Sin embargo, pocos minutos después de las 5 de la madrugada me despierto plácidamente. Siento una voz melodiosa que me incita a hacer algo que hace tiempo que no hago. Permanezco con los ojos cerrados. La voz no se detiene. Insiste. No, no lo haré. No he venido a eso. Además, nos espera un día muy largo. No entiendo como tanta gente puede hacerlo a las 5:00 de la mañana. De todos modos, la excusa del viaje a Udaipur sólo vale por este día. No lo haré ni hoy ni mañana. Creo que no lo haré nunca. No iré a orar a una mezquita por más que el muecín intente seducirme desde su minarete. 😊
Ahora sí, son las 7:00. Arriba. Hacemos el check-out. El muchacho que hace las veces de conserje intenta cobrarnos un día de más.
Templo jainista de Ranakpur (1)
Este es el templo de Chaumukha, dedicado a Adinath, el primer Tirthankar de la religión jainista Nos muestra un cuaderno donde figura que los sándwichs de la primera noche fueron servidos un día antes. Le decimos que es imposible, fueron solo 3 noches. Le pedimos que llame a su jefe. Para sorpresa nuestra aparece una mujer que es la administradora, o la dueña de la haveli. Nos lleva a su despacho, revisa unos papeles y con una cordial sonrisa nos dice que es correcto. Se disculpa por el error. 😊
Cumplida ya más de una semana de viaje, creo que ya me sobra experiencia para considerar que tantos errores no son casualidad. Nunca un error a nuestro favor. No quisiera ser el primero en sospechar de la buena intencionalidad de los indios. Bueno, sé que tampoco seré el primero con tantos años de historia. La maniobra es la de siempre. Turista que deja el hotel con prisas a las 7:30 de la mañana porque pierde el tren o el autobús y no tiene tiempo para discutir. Paga una noche de más y sanseacabó. Trampa muy inocente y poco sutil, pero de uso generalizado en India, con distintas modalidades. Sospecho que alguna que otra vez les resultará efectiva. 😞
Mientras esperamos al taxi observamos como
Templos jainistas de Ranakpur
En el complejo de Ranakpur hay otros dos templos de menor importancia, dedicados a Neminath y a Parasnath varios monos saltan de edificio en edifico allá por las alturas. Nuestro hotel tenía 4 plantas y parecía ser uno de los predilectos para sus andanzas. 😱
Llega la furgoneta, minibús, taxi o como quiera llamársele. Estamos en la puerta. No hay más gente. El conductor nos ve con nuestras maletas. Sabe que somos sus clientes. No importa. Hace sonar su claxon. Maldita y ensordecedora costumbre que todos los conductores ejecutan en forma refleja. No, perdón, quise decir irreflexiva… porque no responde a ningún reflejo. Responde sólo a su propia voluntad, o al obedecimiento incondicional a la súplica que figura en el paragolpe trasero de casi todos los camiones. “Por favor, toque el claxon” (Horn Please). Puedes ver un interesante comentario al respecto en Wikipedia: http://en.wikipedia.org/wiki/Horn_OK_Please 😊
Me toca viajar en el asiento delantero izquierdo. Sí, puesto que en India se conduce por la izquierda, el volante está a la derecha del vehículo. Por lo tanto, me siento en la misma posición en la que conduciría mi vehículo en España. Tengo la misma visión, la misma perspectiva, pero algo es distinto. Las sensaciones son distintas. En India, sentado en el frente de un vehículo en movimiento se siente
miedo en forma constante y terror en forma esporádica. Aunque cierres los ojos no podrás evitar la sensación constante de muerte inminente. Quienes lo hayan vivido saben bien que no exagero. 😞
En el primer capítulo de este blog de viajes he mencionado que no era mi intención dar información geográfica, ni histórica, ni abrumar con datos que fácilmente se olvidan y no sirven más que para demostrar una (en mi caso) falsa erudición. No llenaré páginas con información que puede encontrase en otras páginas especializadas, de las que abundan en Internet. Solo me propuse contar lo que yo iba viviendo en el día a día, mi visión de la India y de sus habitantes… y, este preciso día, lo que toca es viaje, muchas horas de carretera.
Gran parte del camino es una carretera de un solo carril. No hay alternativas: cuando se encuentran dos vehículos de frente, uno de los dos debe salir del pavimento y meterse en el costado, donde le toque. Le puede tocar barro, pozo, vaca, hierba, pedregullo o árbol. Que vehículo sigue por el pavimento es siempre cuestión de tamaño. El mayor se queda, el más pequeño sale. No quieran imaginarse lo
que sucede cuando se encuentran dos del mismo tamaño. Ninguno cede hasta dos metros antes del encontronazo. Los adelantamientos se hacen sin señalizar con la luz de giro. Las luces indicadoras de freno no funcionan en muchos vehículos. Si bien, como dije, el sentido de la circulación es por la izquierda, esta es una ley que parece que no es necesario cumplir, porque todos van por el medio e incluso por el carril contrario, sin motivo aparente. El claxon suena porque sí. No siempre hay razones que lo justifiquen. En una recta, sin nadie que se cruce, el conductor hace sonar su bocina. Miro alrededor, nada. Ni gente, ni animales. Si hay dioses, juro no haberlos visto. El comentario es válido porque no es un hecho aislado que se podría justificar como toque accidental del claxon al mover el volante. Es repetitivo y con plena conciencia del acto realizado. Quizás sea algún reclamo divino. No lo sé. Espero que alguien me lo explique. 😞
Por la noche: lo mismo pero a ciegas. Una ruleta rusa a la que parece que les gusta jugar, especialmente a quienes conducen bicicletas sin ninguna luz que los identifique. De todos modos, mil millones
Acceso al templo jainista de Ranakpur
Compañeras de viaje, a la espera de que nos permitan entrar de habitantes son demasiados.
Es frecuente que en las carreteras que atraviesan zonas rurales aparezcan vacas, burros, ovejas, cerdos, bueno… cualquier tipo de animal que podáis imaginar; solos o en rebaño o manada (ver video!). Paciencia… y claxon. Pero hay más. Viajando en la parte delantera he visto que los coches que venían de frente no solo le tocaban bocina a los animales, sino que también le hacían señales con las luces para que se aparten. Están las vacas para reconocer los guiños!! Sí, sí. Incredible India!! 😱
¿Qué se ve en tantas horas de carretera? Pobreza, miseria, suciedad. Mujeres cargando sobre sus cabezas cantidades impensables de ramas y hierbas de distinto color y formato: alimento para sus animales. Niños desnudos de pies a cabeza. Elementos de labranza de hace dos siglos. Norias tiradas por bueyes para extraer agua de los pozos. En fin, mucho de lo imaginable (si es que tienes muchos años y memoria para recordar lo que ya era vetusto hace 50 años) y mucho de lo desconocido, que, por lo tanto, no sabría como describirlo.
Después de visitar el hermoso templo jainista Chaumukha, en Ranakpur, el conductor nos propone ir a un restaurante
que él conoce. Nos ofrecen buffet libre (lentejas, arroces y vegetales) por 250 Rs por cabeza. No aceptamos. Cuando nos estamos yendo nos ofrece un descuento: 200 Rs! Sigue siendo una estafa. Se ha perdido 6 clientes. Al llegar al Fuerte de Kumbhalgarh almorzamos en el restaurante de la entrada, precios razonablemente elevados pero la comida al menos no estaba tan especiada y se dejaba comer.
Durante el almuerzo contamos algunas anécdotas y técnicas de supervivencia. Cambiamos opiniones con respecto a la conveniencia de tener hechas las reservas de los hoteles desde España o si contratar directamente
in situ. Tener las reservas hechas te asegura una plaza en un hotel que sabes que no te defraudará (léase esta frase como si estuviese escrito en tiempos verbales condicionales, principalmente los verbos “asegurar”, “saber” y “defraudar”). Contratarlos en el mismo lugar te permite conseguirlos más baratos, a riesgo de que los que tienen buena relación calidad/precio estén completos y tengas que comenzar a deambular
“sin rumbo… desesperado” (como dice el tango). En temporada baja, esta opción sería la recomendable. Nosotros hemos visto turistas que pedían habitación en algunos de nuestros hoteles y que no pudieron cogerlos porque estaban completos.
A
partir de Udaipur nosotros optamos por una fórmula intermedia que creemos la más aconsejable. Es conveniente tener algún hotel reservado de entre los que ofrecen mejores servicios (según las propias expectativas, claro) y, una vez en el lugar buscar algún otro de los hoteles recomendados, para intentar obtener un mejor precio. La opción de tener la reserva hecha debe tenerse siempre en consideración, porque si llegas por la noche no tendrás opciones (ni deseos) de negociar… y hasta te podría costar más caro de lo que corresponde (ya os contaré!! Paciencia que queda viaje por delante). Y, recuerda que en la India no llegas a una ciudad a la hora programada, sino a la hora que los dioses deciden. Los dioses casi siempre deciden que llegues a horas intempestivas. 😞
Disfrutado que hubimos, del fuerte de Kumbhalgarh y sufrido que he, del viaje nocturno en el asiento delantero… llegamos a destino: Udaipur, hotel Udai Niwas.
La habitación no tenía toallas, jabón, papel higiénico, ni sábanas… pero nos proveyeron de todo lo necesario ni bien lo solicitamos. El lavabo no tenía más de 25 cm de longitud, por lo que la ropa la he lavado en el cubo que
habitualmente utilizan para bañarse. En la terraza un bonito restaurante con buenas vistas. La ración de pollo tandori era pequeña y reseca. Pero no nos preocupó, solo sirve para poder contarlo.
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