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Published: January 10th 2009
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Resumen de las actividades del día: Vista exterior del Palacio de Umaid Bhavan. Jardines de Mandore. Contratación del traslado en taxi hasta Udaipur, para el día siguiente. Visita al mercado Girdikot y Sadar. Por la mañana fuimos al Palacio de Udai Bhavan. Por uno de los portones se accede al museo. Entramos y el personal de control de acceso no nos revisa. A otros indios que vienen detrás sí… y rigurosamente. Cuando nos dicen que el acceso es solo para el museo, pero no para el palacio, entonces decidimos no entrar. Por la otra puerta a unos 100 metros se puede entrar al Palacio (ahora transformado en hotel; la habitación a 1000 euros por día) si accedes por el restaurante, pero la consumición mínima es de 300 Rs. Desistimos y sacamos unas fotos del exterior que es lo más interesante y bonito, según dicen algunos otros foreros por Internet (pobres, seguramente). 😞
Nosotros, igualmente pobres, decidimos viajar como tales. Tuvimos la primer experiencia en autobuses locales. Fuimos a la ciudad de Mandore (antigua capital del imperio Mawar) a 8 km al norte de Jodhpur, por la módica suma de 6 Rs el billete. En los autobuses, además del conductor
hay un encargado de expender los tickets. Bueno, lo de entregar tickets es una forma de decir. En realidad, te cobra el dinero y no te da nada a cambio, ningún comprobante. Está claro que los tiene controlados a todos los pasajeros porque se pone en la puerta de acceso. Lo que no sabemos es como lo controlan a él con respecto a la cantidad de pasajeros a quienes les ha cobrado su pasaje. Será cuestión de confianza. O el expendedor será el propietario del bus. Muy pintoresco sí señor. 😊
En el jardín, un remanso, dentro de la vorágine que son las grandes ciudades, se puede pasear libre del acoso de vendedores. Ahí son pocos los que ofrecen sus servicios turísticos: algún fabricante de instrumentos musicales que quiere encantarnos con sus melodías y poco más. Lo que sí abundan son los monos. Se constituyen en los dueños del lugar, además… dicen que son agresivos. Por si acaso, no compartimos asiento con ellos.
Una turista solitaria me pregunta (en inglés, claro) si puedo sacarle una foto con los templos de fondo.
Yes, of course. Llamo a Lola que estaba oteando un cenotafio:
Oye Lola, ¿le pedimos a esta muchacha que nos saque una foto juntos?
Vaya, son españoles! - Nos dice la turista.
Yes, of course. 😊
Ella era brasilera, residente en Barcelona. Venía con una carga de dos meses de vacaciones en el Sudeste Asiático y ya llevaba 20 días en India. Después de un rato de charla averiguamos los planes mutuos. Eran coincidentes. Si estás en Jodhpur hay dos posibilidades:
"o vienes de Udaipur o vas para Udaipur." Jodhpur son dos días de visitas para casi todos los turistas clásicos, y nosotros lo éramos. El plan para el día siguiente era: ir en taxi parando en Ranakpur para ver los templos jainistas y pasando por el fuerte de Kumbalgarh hasta llegar a Udaipur. Ella tenía un precio de 2100 rupias, y el precio que nosotros habíamos conseguido era 2650 con el encargado de nuestro hotel. Le pedimos la dirección de su agencia para contratar un taxi con ellos.
En el autobús de regreso iban varias mujeres con sus saris de colores y sus niños en brazo (no te pierdas la foto del autobús). El autobús comenzó a llenarse de gente rápidamente, pero siempre hacían un lugar para que se siente
alguien más. Las mujeres siempre sentadas. Una tradición que se respeta. En el autobús éramos nosotros quienes despertábamos la curiosidad de los nativos. Somos el objeto principal de sus miradas indiscretas (bueno, digamos curiosas). Pero, a su manera, son atentos y respetuosos. Hay que reconocerlo.
Almorzamos en un restaurante de mala muerte (Fort View), en las cercanías de la agencia de viajes que estaba también cerca del hotel de la brasilera (Yogi’s Guest House) y fuimos en busca de la agencia. Dos transeúntes que nos vieron “mapa en mano”, nos ofrecieron ayuda. Lo de siempre! Ven turistas y ven dinero. Hagan lo que hagan, trabajen de lo que trabajen; saben que un turista realiza compras que generan comisiones. Nos llevan a una agencia que dicen que es la que nosotros buscamos. El precio no es el mismo. Salimos y nos volvemos a encontrar con nuestra “ya amiga” la brasilera, que había "medio apalabrado" a un taxi para ella y otras tres españolas de Zaragoza. La media palabra de su agente se quedó en nada porque luego quiso cobrar más. Vuelta a comenzar las negociaciones. 😞
En resumen: El viaje Jodhpur-Udaipur lo hacen muchos taxistas en ambos sentidos. Es
un reclamo turístico puesto que los autobuses son lentos y no te permiten hacer paradas en Ranakpur y en el fuerte de Kumbargarh que son dos atracciones interesantes. Los taxistas que van con pasajeros de una ciudad a otra, deben regresar a la propia, y si no consiguen hacer el trayecto de vuelta con clientes, deben hacerlo con su coche vacío. Por lo tanto, son los que pueden bajar el precio para sacarle una renta extra a su regreso. Si consigues a uno de ellos podrás negociar una rebaja. Si ya están ocupados o no hay disponibles, tendrás que pagar el trayecto inicial al precio de mercado. Es un negocio que se mueve a diario, cada agencia trata personalmente con los taxistas en forma individual porque saben quien ha llegado a su ciudad proveniente de la otra (en este caso Udaipur). En ese tira y afloja de ambos se negocia todos los días y con cada turista. Ellos saben que tú te tienes que ir de Jodhpur… y tú sabes que el taxista tiene que volver a Udaipur. Si el precio es excesivo, tú dices que te vas en autobús y que dejas de ver Ranakpur. Sí… este párrafo es
En el autobus a Mandore
Primer experiencia en autobus un resumen, porque las tratativas en realidad duraron horas. 😞
Conclusión: conseguimos una furgoneta para seis pasajeros por 4.500 Rs, que no es barato, pero nos salió a 750 Rs por persona. Mucho menos de las 2650 Rs que nos ofrecía “de oferta” el recepcionista de nuestro hotel. Por cierto, fuimos inmediatamente a cancelar su ofrecimiento para que no cierre trato con su taxista. El chico que había sido muy gentil, y nos había proporcionado en forma muy amable mucha información y varios consejos para transitar por la ciudad, se sintió dolido por la cancelación, pero como excelente comerciante que es, lo tomó con resignación.
Esta tarde no ha sido nada turística. Fueron todas negociaciones con idas y venidas, tratando con 3 agencieros distintos. Llamo agencieros a lo que son individuos que te meten en sus casas o en el hall de entrada de un hotel o incluso negocian en la misma calle. El montaje de su oficina consiste en… su teléfono móvil. No necesitan más. Quizás lo más pintoresco de la negociación fue uno de los agencieros; un crío de 15 años que se desempeñaba con una destreza poco habitual para lo que estamos acostumbrados en occidente
(hay alguna foto suya). En determinado momento fue incapaz de bajar el precio que nos habían ofrecido en otro sitio, entonces, ni corto ni perezoso, le propuso a Lola visitar la escuela donde él estudiaba. Allá fueron. Resultó ser una escuela de Artes y Oficios donde realizaban algunas esculturas y pinturas… que, lógicamente intentaron vender (esta vez sin éxito).
La cena fue en nuestro Haveli Guest House. Pedimos de postre: “halwa”. Lo habíamos leído como recomendación en algún foro, de estos en los que no se cortan en decir:
“Si vas a tal lado no pierdas la oportunidad de probar “xxxxx”. Es exquisito”. Pues, un dulce con pasas de uva y castañas de cajú, para mi gusto personal, nada especial.
Moraleja: No te fíes nunca de las recomendaciones de comidas que ponen en los blogs! Ah, por cierto; terminamos la cena con un masala chaí picantillo, con jengibre que estaba sabrosísimo. No te lo pierdas! 😱
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