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Published: January 18th 2009
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Lugareños
Sentados en la típica posición de cuclillas, con las asentaderas descansando sobre los calcañaresDesayunamos en el hotel (o en la haveli, como prefiráis decir) y nos dirigimos hacia el Palacio. La haveli está en la calle principal del pueblo y el palacio muy cerca. En realidad todo está cerca porque es un pueblo pequeño. En la taquilla del palacio te preguntan si llevas cámara de foto. Si dices que sí: pagas 50 rupias de más. Si dices que no, te las ahorras. Tú eliges. Dentro, Nadie te controla. Cuando escribo “Nadie” con mayúsculas no es que esté escribiendo el nombre del empleado indio que te controla; quiero decir “nadie” en letras grandes, para que se entienda que no hay nadie. En el rato que estuvimos solo aparecieron dos turistas… y estuvimos un buen rato. 😊
El palacio es reconocido por sus pinturas murales en miniatura. La mayoría se conserva en mal estado, pero hay que reconocer que tienen más de 200 años y están prácticamente a
la intemperie. Las de las salas interiores están en mejores condiciones y para protegerlas se prohíbe tomar fotos con flash. Son de un estilo sencillo, tipo naif, pero muy cautivadoras.
Desde uno de los balcones del Palacio, mirando hacia el Nawal Sagar se observa en medio de este lago artificial un templo dedicado al Dios del Agua, Varuna. Más lejos, en la otra orilla del lago observamos gran cantidad de gente orando sobre lo que parece ser una gran plataforma. Todos ordenados en fila y en forma muy regular. Todo indica que son musulmanes.
Desde los balcones del palacio se observaban innumerables cometas multicolores, algo que no habíamos visto en otras ciudades y que le daban un atractivo
“bonus” al diáfano cielo que nos había tocado disfrutar ese día. 😊
La otra visita recomendada por las guías es el Fuerte de Taragarh (Fuerte de la Estrella), pero ya habíamos visto demasiados fuertes y veníamos precisamente del de Chittaurgargh. Para éste había que ascender a pie por una empinada cuesta. Así que: no. 😞
Fuimos a pasear por la ciudad. El paseo se hace muy agradable, es una ciudad para el relax. Está prohibida la circulación de
rickshaws en el casco antiguo, lo que se agradece enormemente.
Vimos a muchos indios vestidos de blanco, muy pulcros ellos, saludándose efusivamente. Parecían musulmanes… luego, la asociación de ideas nos hizo pensar que deberían ser parte de los tantos que habíamos visto antes desde el Palacio, orando sobre una amplia plataforma.
De acuerdo a la información turística que llevábamos, la sugerencia era: almorzar en el restaurante del hotel Kasera Heritage View, con una azotea con excelentes vistas. Vimos el cartel de “restaurante Kasera” y allá fuimos, por una escondida callecita lateral. En realidad, el restaurante nos pareció de mediocre para abajo. La persona que nos atendió (presumiblemente, el dueño) nos mostró el menú y nos dio papel y lápiz para que nosotros mismos anotásemos lo que queríamos consumir. Nos sorprendimos, pero luego de recorrer otras ciudades (con sus respectivos restaurantes) comprobamos que no sería en el único lugar donde nos pedirían que escribiésemos nuestro pedido. Más nos sorprendió el hecho de que antes de terminar nuestro almuerzo se nos volviese a presentar, el que ya sí confirmamos que era el dueño, para decirnos que él se tenía que ir, pero que le podíamos pagar la cuenta a su
cocinera, que era de confianza. Y, que la adición sería de xxx rupias, si es que no consumíamos nada más. Ja!... No vaya a ser que su “empleada de confianza” nos fuese a cobrar de más, en *su* propio beneficio!! (*su* de ella, como hacen bien en aclarar los ingleses). 😊
A poco de salir nos encontramos, en la calle principal del pueblo con un hotel que ponía claramente por encima de sus espaciosas vidrieras frontales:
Hotel Kasera Heritage View. Coñez! Que el otro restaurante
Kasera era un clon. Cuando fuimos a verificar, en efecto, se trataba del
Kasera Paradise. No he visto otros
Kasera en todo Rajasthán. Los dos únicos, en Bundi.
Bundi es conocida por sus cisternas, estanques o aljibes (baoris), que son unos enormes depósitos de agua diseminados por toda la ciudad, incluso hay uno dentro del Fuerte de Taragarh. Se han utilizado para proveer de agua a los habitantes al igual que se utilizaron con ese fin las aguas de los lagos Nawal, Jait y Phool. Cada uno de ellos con una arquitectura diferente; y de ellos, el principal es el de Rani Ji Ki Baori. Lamentablemente se están deteriorando por falta de la
debida atención por parte de la delegación de Arqueología que es quien tiene la responsabilidad de mantenerlos, ni son efectivos los aislados esfuerzos de algunas ONGs. Es más, algunos ya se utilizan como vertederos (foto). 😞
Con sumo placer recorrimos muchas de las calles de una Bundi encantadora. Vimos varias tiendas en las que vendían cometas y los niños arremolinados en su derredor. Esta actitud de los niños es quizás el resultado de una amalgama de pobreza e inocencia, pero también de la sabiduría necesaria para saberse adaptar sin resentimientos a su condición de tercermundistas, sabiduría o resignación de la que los niños occidentales deberían tomar buena nota. Sí señor! Se puede ser feliz sin
Play Station, sin
Wii o sin
Xbox 360. La alegría que reflejaban esos niños me lo demuestra. A ver si lo convenzo a mi hijo de que para las próximas navidades en lugar del
Pro Evolution Soccer 3... Hmmm… Sí, perdón, fue un despiste, creo que estoy delirando. Sigo caminando, pero debo confesar que con cierto desasosiego. 😞
Algo de lo que cruzamos por la calle quedó reflejado en algunas fotos; pero hubo otras anécdotas. Lola entró en una agencia de viajes para
Palacio de Bundi (Palacio Garh)
Una de las galerías. Se ven varias pinturas en miniatura que a pesar de estar casi al aire libre se conservan muy bien después de 200 años. preguntar por billetes de autobús a Pushkar: le ofrecieron venderle porros!! 😞
Observamos a una mujer recogiendo con la mano caca de la vaca (literal) que había en la puerta de su casa. Supusimos que la volcaría en un algún basurero. No. La llevó a su casa. Luego me he enterado que la dejan secar al sol y resulta ser un buen combustible. Las venden como si fueran leños para el fuego. 😊
Muchos niños y gente adulta (éstos últimos presuntos vendedores) te saludan con un
“Hello”, te dicen su nombre y te extienden la mano, obligándote a responder al saludo. Luego, lo que venga detrás es más impredecible. Pero las presentaciones formales ya están hechas. 😱
Fuimos caminando hasta el Palacio de Sukh Mahal. Poco antes de llegar escuchamos un
“Hello” desde una casa en la ladera de un cerro, que provenía como de unos 100 metros de distancia del camino por el que íbamos. Al instante otro
“Hello” desde otra casa, y luego otro y otro. Al menos 10 saludos a gritos a los que por supuesto nos obligaron a responder. Luego se nos acercaron unos cuantos adolescentes que nos acompañaron en el trayecto que
Palacio de Bundi (Palacio Garh)
Pintura en miniatura. Escena musical. Predominan los colores azul, verde, turquesa y blanco. nos faltaba hasta llegar al Palacio. Nos pidieron que les saquemos fotos. El portón que da acceso al Palacio estaba cerrado, pero los muchachos nos dijeron que pasásemos. Lo hicimos, aunque debo confesar que yo lo hice con cierto temor. Nosotros rodeados de un grupo de jóvenes con deseos de “marcha” en un lugar casi desolado. Al final, sólo ocurrió lo que tenía que ocurrir: nos pidieron que les saquemos más fotos. 😊
De regreso al centro fuimos al Kasera Heritage View para contratar una sesión de masajes ayurvédicos para cada uno. El precio, 300 Rs el masaje normal, 500 Rs el
especial con distintos tipos aceites. Duración de la sesión: 1 hora. Solicitamos el especial y el manager del hotel llamó por teléfono a dos masajistas que acudirían en 20 minutos.
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Mientras esperábamos a nuestras masajistas, llega a la recepción una pareja. Piden hacer cambio de moneda de euros a rupias (hablando en inglés, claro). Luego, del interior del hotel viene otro hombre que va a hacer el check-out (en inglés también, claro). Entretanto escucho que la pareja habla entre sí en español. Aunque no sé muy bien por qué ni para qué, intento entablar
Palacio de Bundi (Palacio Garh)
Hermosa vista del interior, aunque muy deteriorada por falta de restauración. conversación con ellos.
Les digo:
Hola… ¿Españoles?
Yes. - Responde el varón de la pareja.
Luego, silencio. Apenas se escuchaba el sonido del recuento de las rupias en las manos del hotelero.
El señor que iba a hacer el check-out le dice al muchacho, con un perfecto acento español:
Ah! Yo soy holandés pero he estado mucho tiempo en España. Entonces, entre ellos, entablan un pequeño diálogo en español. Yo, al escuchar al holandés me animo a felicitarlo porque habla perfectamente en español. Es entonces la muchacha de la pareja la que me dice:
-
¿pero entonces tú también eres español?
Sí, claro. Por eso les pregunté a ustedes si también lo eran - Dije.
Pffff… Perdona. Es que ya estamos hartos de que todos los indios nos digan: “Hola… ¿Españoles?” - me dice el muchacho.
Evidentemente: pensaron que yo les quería
"hacer el indio" 😱
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Llegaron las masajistas. Los masajes muy buenos, muy relajantes; pero yo no disfruté todo lo que debería porque las sábanas de la cama donde nos lo hicieron todavía mantenían todo el aceite de los 100 clientes previos. Imagino que también su sudor… y no quiero
obligarme a pensar más. Cuando salimos a la calle sentimos chuchos de frío, supongo que debido al calorcito que habíamos recibido durante la sesión.
Fuimos a cenar a nuestro hotel. Salimos por la noche con la advertencia de parte del hotelero de que, si regresábamos después de las 22:00 la puerta estaría cerrada y deberíamos golpear en una ventana lateral para que nos abriesen.
A las 22:00 hs, ya no había nadie en la calle. Nosotros tampoco.
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