Advertisement
Published: January 17th 2009
[youtube=8jUJ_AVrd-g]
Hotel Pratap Palace
Cafetería en un patio cubiertoLa mañana es preciosa. En el jardín del hotel se respira aire fresco y hasta me puedo imaginar que puro. Mientras espero a Lola leo en la guía lo que podremos hacer luego en Bundi (nuestro próximo destino). Estoy en una mesa del jardín, debajo de una sombrilla destartalada, acompañado por una perra que parece una cerda y por cien moscas que nos invaden a ambos. A ella parece no molestarle. 😊
Llega Lola diciendo que ella también se bañó con agua fría. Mientras desayunábamos llega un grupo de alemanes de la tercera edad. Presumiblemente proceden de algún autobús en el que están haciendo una excursión contratada. Van directamente a usar los toilettes del restaurante, por lo que pagan a cambio 10 Rs cada uno. No consumen nada; a los 5 minutos se marchan para continuar su viaje, mucho más que probablemente, al fuerte. Durante 5 minutos las moscas tuvieron otros huéspedes, aliviando nuestra tortura. 😊
Antes de viajar a la
Hotel Pratap Palace
Vaya perra bien alimentada !! Ha hecho buena compañía durante el desayuno India, había leído en algún foro: “Cuando vayas a Chittaurgarh, visita el fuerte y huye.”. Muchas otras ciudades pueden originar diversidad de opiniones, pero para ésta creo que el término “huye” es unívoco. Benévolamente la definiría como: espantosa. ¿O dejo un margen de incertidumbre y pienso que pudimos no haber paseado por los lugares correctos? El hecho es que nosotros necesitábamos un cierto tiempo para pasar las fotografías a CDs, y Chittaurgarh era el lugar propicio donde podríamos perder 3 o 4 horas sin lamentarnos. Nuestro tren partiría a las 14:55 hs. Tiempo es lo que nos sobraba.
Mientras íbamos caminando hacia el único lugar público con Internet que hemos encontrado en la ciudad, vimos que frente a un edificio (creo que era el instituto AKC) se reunía un número cada vez más creciente de personas. Preguntamos! Nos dicen que están esperando que den los resultados oficiales de las elecciones que se han celebrado el día 4 de diciembre. Cruzamos por el puente Pratap Setu, donde vemos a unas cuantas personas bañándose y pronto llegamos al cyber.
Eran cientos de fotos que había que pasar al disco duro, clasificarlas según la cámara y tarjeta con la que se
habían tomado. Muchos gigas que, a pesar de que el ordenador parecía rápido, llevaba su tiempo.
Se escuchaban sonidos de bombas de estruendo que provenían de la calle, y un griterío que cada vez se hacía más intenso. Los adeptos al partido “Indian National Congress” (INC) festejaban en forma muy entusiasta, pero no violenta, el triunfo en las elecciones.
Una vez que tuvimos las fotos clasificadas y ordenadas, le pedimos al encargado que las pasase a CDs. Calculó los gigas y dijo que llevaría 7 CDs a un precio de 20 Rs cada uno (10 rupias por el CD + 10 rupias por el copiado). Comenzó con el primero, y como a nosotros el tiempo se nos hacía cada vez más corto decidimos ganar el que pudiésemos yendo a almorzar. En el cyber no había demasiada gente, por lo que el empleado podría hacer la tarea encomendada sin demasiados problemas. Bueno, lo de que no había demasiada gente no lo puedo asegurar, porque una de las cabinas estaba totalmente cerrada por cortinas… y sabe Dios que sucedería ahí dentro o cuanta gente habría (foto que atestigua!). 😱
Fuimos a almorzar a un lugar abierto al que los
indios llaman, exageradamente, “restaurante”. Allí Lola comió las que para ellas fueron las mejores lentejas de todo el viaje. Los precios eran más que módicos, en consonancia con el lugar. He tomado fotos del menú, algunas están expuestas abajo (haciendo click con el ratón, las fotos se agrandan). Por 125 Rs (ambos) hemos comido lentejas, vegetales, pan, hemos bebido lassi (una especie de yogurt bebible) y té.
Mientras almorzábamos, y como nota curiosa observamos que en el local contiguo, también abierto totalmente al exterior, como nuestro restaurante, se acercaba mucha gente para hablar a
“sotto voce” con el encargado. Aparecían siempre de uno en uno, tras breve intercambio de palabras, el susodicho encargado sacaba de entre sus ropas algún botellín de bebida de alta graduación que entregaba sigilosamente al cliente, que a su vez volvía a esconderla entre sus propias ropas con la misma puntillosa discreción. Sí, mercado negro de whisky. Es que… hoy era un día de festejos!!!!! 😊
Al volver al cyber… la sorpresa!! El encargado no había adelantado nada de nuestro pedido. ¿Sería él también del partido INC y se habría sumado a los festejos? El tema es que él comenzó con las prisas y
Cyber
Conexión a Internet en cabina de total privacidad, cerrada con cortinas nosotros con los nervios. Pero por supuesto que él, sin inmutarse demasiado. Pusimos un horario límite para irnos del local, porque por ninguna razón dejaríamos perder el tren que nos sacase de ahí. El chico puso a funcionar simultáneamente 3 o 4 ordenadores para hacernos las copias de los CDs, pero sólo llegó a terminar con 4. De todas formas, las fotos las habíamos pasado a un disco duro portátil, por lo que, al menos habíamos ganado tiempo para el próximo cyber donde las copiaríamos del pen-drive a CDs.
Tomamos un rickshaw (es la única vez que no he pedido descuento). El conductor habrá intuido nuestras prisas porque se metía por recovecos imposibles. Debió sortear aglomeraciones de gente, desvíos de tráfico, atascos e incluso detenerse por algunos momentos en lugares donde los festejos electorales parecían multiplicarse, casi tanto como mi frecuencia cardiaca. Recogimos las maletas del hotel, que quedaba de paso, y llegamos a la estación de ferrocarril, no obstante, con 10 minutos de anticipación.
El tren nos haría la última mala jugada de Chittaurgarh, llegaría, como era previsible, tarde. Pero nosotros felices ya de “huir”.
Habíamos reservado todos los billetes de tren de nuestro itinerario en
segunda clase con aire acondicionado, que es como viajan la mayoría de los turistas occidentales y los indios de clases superiores (sin exagerar). Pero, para tener alguna experiencia distinta habíamos reservado un viaje corto en primera clase y otro en tercera. Hoy tocaba
“First Class”! 😊
La IRCTC (ferrocarriles indios) se ha lucido con la compra o con la fabricación de estos vagones. En su momento habrían sido maravillosos; guardan el retrato del lujo y funcionalidad que en otras épocas habrían deslumbrado a propios y extraños, pero, el paso del tiempo (que no de la fregona) ha hecho que la suciedad se les acumule, deteriorando una imagen que podría ser pero que ya no es. 😞
Hemos disfrutado como niños con los accesorios de lujo que íbamos descubriendo dentro del camarote: ventiladores, espejos, enchufes, percheros, armario, cubo para residuos, estantes, lámparas por doquier. El baño correspondiente al vagón tenía todos los complementos de un baño tradicional, incluso ducha. Pero, la dejadez con que son administrados, controlados y mantenidos hacen que te cuestiones seriamente que es lo que puedes tocar y que lo que no. El lavabo que estaba debajo de la mesa, desde ya que no! 😞
El encargado del vagón nos facilitó almohadas y ropa de cama (innecesarias para dos horas de viaje vespertino), conectó el aire acondicionado y lo reguló a la temperatura que elegimos. No dejaba de decirnos que estaba para servirnos… y que no nos preocupásemos por la llegada a Bundi, que él ya nos avisaría cuando estuviésemos por arribar. Al llegar nos preguntó si habíamos disfrutado del viaje, y el consabido:
“¿han estado conformes con mis servicios? 😊
Una vez en la estación de Bundi (ya bien entrada la noche) nos abordan los propietarios de rickshaws. En este caso eran solo cuatro. No había más. Eran los que esperaban al tren, y una vez que se llevasen a los pasajeros, seguramente no volverían a la estación hasta la llegada del próximo tren. Por lo tanto había poco margen de negociación. Viajamos en uno compartido con otras 3 personas. Uno de ellos un joven muy instruido y con mucha curiosidad acerca de nuestro país.
Bundi es una de las pocas ciudades a las que hemos llegado por la noche y no nos atemorizó. Nos sentimos a gusto desde el primer momento. 😊
Teníamos reservas en el hotel Haveli Katkoun, por
1000 Rs por noche, pero, poniendo en práctica nuestro nuevo plan de búsqueda de hoteles alternativos fuimos a ver el Haveli Braj Brushanjee del que teníamos buenas referencias y es una de las atracciones turísticas de la ciudad. El hotel era muy bonito, con una decoración un tanto sobrecargada, pero se percibía la intención de hacer las cosas con gusto y delicadeza. El que no tuvo esmero ni atención fue el encargado del hotel que parecía como que nos hacía un grandísimo favor dejándonos pernoctar en su hotel, pero con ciertas condiciones: no lavar ropa en el interior, el agua caliente solo en determinadas horas, nada de descuentos y... y... y ahí se quedaron, la haveli con su encargado. 😊
Fuimos al Katkoun sin decir que teníamos las reservas anticipadas, vimos las habitaciones y elegimos una que estaba bastante bien en la planta baja por 450 Rs cada noche (después del consabido regateo, claro). 😊
Después de cenar en el restaurante del hotel salimos para intentar hablar por teléfono a España desde algún local al efecto. Nada. Todo cerrado, y eran las 22:15 hs. De regreso pedimos utilizar Internet (
“Disponible” según la información del hotel). Oh… sorpresa!! La
sala de Internet no era ni más ni menos que el dormitorio de los dueños donde tenían un escritorio con un ordenador. Para usarlo había que sentarse en la misma cama (de la que tuvo que apartarse una muchacha del personal que estaba recostada mirando la televisión). Pero todo de muy buen rollo, con mucha amabilidad. 😊
Advertisement
Tot: 0.128s; Tpl: 0.014s; cc: 11; qc: 50; dbt: 0.0518s; 1; m:domysql w:travelblog (10.17.0.13); sld: 1;
; mem: 1.2mb
