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Published: February 17th 2011
Espadilla 2
Aqui me quedoTenia ganas de desempolvar mi diario de viaje. Y es que desde que vivimos en el previsible mundo de Estados Unidos, no habiamos hecho una escapada de estas en condiciones, sin horario ni agenda, con afan de perdernos, explorar y utilizando de nuevo la improvisacion y el sentido del humor. Y por fin nuestra primera aventurilla con la peque. Ahora me pregunto donde estaba ella en nuestra vuelta al mundo, creo que ahora echo de menos que no nos haya acompañado en aquella. Y es que, cuando estamos perdidos por carreteras imposibles, se va haciendo de noche y empieza a haber tensión por dentro, ella de repente suelta una carcajada y a uno se le olvida todo y solo se preocupa de enseñarle con esmero las montañas, los colores de las casas y las sonrisas de otros ninhos.
Esta vez y sin que sirva de precedente, hemos reservado la primera noche de hotel, a las afueras de San Jose, recomendado por Ligia, nuestra amiga tica de adopción. Xandari es un concepto creado por un arquitecto y una artista yankees, con cada espacio pintado y decorado por ellos, a mil colores, con espacios abiertos y rodeado de increíble vegetación tropical. Un
Mi primer dia de playa
A la sombra del cocotero pequeño homenaje para nuestra llegada a Costa Rica, en la que compartiremos cena frente a la montaña con Ligia y su dulce peque Isabela.
Y claro, hasta aquí la vida tranquila y de relajo porque poco iba a tardar mi chico en meterme horas y horas de coche perdidos entre montañas. Y es que no se nos ocurre otra cosa mas que seguir con el teléfono un itinerario descargado del Google maps allá en Xandari, en el mundo donde existía internet. Me dan ganas de demandar a Google por trazar una línea recta desde San Jose a Manuel Antonio, sin caer en la cuenta que hay que atravesar montañas a 1865 metros de altura por caminos sin asfaltar, atravesando pueblos como Gravilla, que bien podía llamarse bachequelopario. Eran 134 kilómetros para hacer desde San Jose al parque de Manuel Antonio, chupao pensamos. Y después de un día de ruta partiendonos la espalda, ahora escribo estas lineas en un colchón en un suelo a dos horas y media de nuestro primer destino todavía. Eso si, la peque duerme plácidamente a nuestro lado, y hoy ha sido la primera noche en sus 7 meses de vida que no se ha despertado
Bano en la fuente
Para quitar la arena a pedir manduca a las 3 de la manana. Eso o se esta haciendo la dormida para que no la volvamos a meter en el coche mas tracatraca.
Y cuando el puntito azul de Google Maps empieza a volverse loco y nosotros trambien con una pendiente mas del 40 por ciento, se nos ocurre por fin utilizar el sistema de toda la vida, el único que funciona, mira tu que cosa, de... preguntar a los locales. Bingo. Por supuesto, uyyyy por aquí no es señor, para eso tiene que dar la vuelta y bajar todo todito hasta llegar al río y de allí.... Dar la vuelta?? Queda una hora para que se haga de noche y la amable senora nos empieza a dar nombres mil y, ninguno y digo bien ninguno, coincide con mi súper Google maps. Pero quieres tirar ya el teléfono por la ventana? Así que volvemos al método mas entrañable para ubicarse en los viajes y preguntamos en cada curvita a cada local, con la esperanza de tener información alaguena. Y, por aquí, la carretera mejora, señor? "Pues no, pero así conocen". La peque no dice ni pio, solo pide su merienda, y como se hace
Atardecer
Sobre Manuel Antonio de noche no queremos parar y perder tiempo, así que se la doy en marcha pero es que no atino a meterle la cuchara en la boca con tanto salto y bache. Al final prueba superada, la sacamos un segundito del coche y ella solo sonríe a todo el que se cruza. Si la peque esta tranquila y feliz, pues tampoco tiene que ser tan grave. Es nuestra mejor terapia.
Pero ya nos vamos haciendo a la idea de que llegar a destino es imposible, así que nuestro único objetivo es encontrar un lugar para dormir. Letrero, Sabanillas de Acosta. Pregunten llegando al pueblo en la pulpería. Y allí pegandito alquilan una casita. Pienso que cualquier cosa me vale, solo quiero pasar la noche, pero cuando entramos a la casa casi derruida, pienso de nuevo que aquello no llega a cualquier cosa, pero parece que no hay mas opción. Hasta que Sandra, la mano femenina del lugar, nos dice que ese no es sitio para la bebe, que el colchón que acaba de traer esta lleno de hormigas gigantes que le están picando pero que no nos preocupemos, que ella nos consigue un sitio mas limpio que el suyo
Mariposa
Esto no me cuadra y que luego nos da de cenar. Sandra me hace recordar porque viajamos, que es lo que buscamos cuando nos perdemos, y es el encontrar estas almas generosas cuando uno esta perdido y cansado, cuando da igual que tengas mas o tengas menos, y lo único que importa es el momento, el gesto, la mirada entre dos personas que tienen seguro mas cosas que las unen de las que las separan. Sandra nos prepara un rico pollo con salsa y arroz y cenamos con la compañía de sus hijos Jose y Valeria, que entretienen a una Maite feliz de haber salido de aquel coche de parque de atracciones. Dormimos en un anexo de la casa de Jesus, que ha estado ocupando la doctora durante un tiempo. Bueno, vale, nos el Ritz, de hecho Maite se pone a llorar literalmente cada vez que mira las paredes - yo también lloraría pero ya soy mas mayor y me contengo - pero nos vale mas que de sobra para pasar la noche y esperar a que amanezca. Dice mi chico que entre lo que nos gastamos en Xandari y los 5000 colones de esta noche, llevamos una buena media.
No tenemos claro
que nos espera esta manana, ya que ayer, el señor de la casa me contaba mientras me dejaba calentar un biberón en su cocína, que este camino ya no lo toma mucha gente porque la lluvia se llevo el puente y hay que cruzar el río, que no "cruzar por el río", es decir que tenemos un trechito para conducir por el agua. Ya es la quinta persona que nos advierte lo del rio, y a todos preguntamos si se puede pasar, "si hombre, la carretera a Parrita, todo bien, nada mas hay que cruzar el río"...
Así que amanece y de perdidos al río. la carretera hasta el rio vuelve a ser imposible, la cabeza de Maite se tambalea sin parar y me empieza a entrar cierto sentido de culpa, de quien nos habra mandado meternos por aqui... Pero ya no hay vuelta atras, asi que llegamos al rio. Justo despues de una subida, la carretera se corta de cuajo donde habia un puente, construido por cierto en 2003 hace tan solo 8 anos, asi que o la obra no fue muy meticulosa o realmente la fuerza del rio ha sido enorme para llevarselo por delante. Asi que
Lluvia en Xandari
Llegada a San Jose damos la vuelta y tomamos otra carretera hasta encontrarnos a un senhor con un tractor que nos indica que el paso del rio esta ahora un poco mas delante y nos explica como atravesarlo, le escuchamos dar todo lujo de detalles "el rio tiene dos partes, hay que tomarlo a la izquierdita, y no mas bordearlo hasta pasar a la otra parte y hacer un girito y tomarlo de vuelta hasta subir pegadito a la piedra grandecita que van a ver y..." Nos quedamos igual, el lo tendra claro, porque el lo habra hecho muchas veces, pero para nosotros novatos, imposible de entender. Asi que llegamos a la orilla del rio, y vemos que hay que conducir por el, sortear algun monticulo y volver a girar rio arriba. Pero sin saber donde estan las piedras y el mejor paso, es imposible. Gritamos a ver si sale alguien de las casas de la otra orilla pero no parece haber nadie en el lugar, volvemos a buscar al senhor del tractor pero ha desaparecido. Asi que decidimos esperar a que llegue algun local, si hace falta pasamos la manhana alli, y tenemos suerte porque 10 minutos despues aparece una camioneta de verduras
Mas de Espadilla 2
En el parque de Manuel Antonio que nos ayudara a cruzarlo tras ella. Como siempre, la gente superamable, le digo que me da un poco de miedo con la peque, porque la corriente baja con un poco de fuerza, pero el conductor me tranquiliza y nos dice que le sigamos, que pongamos la doble traccion y manejemos "senerito". Tras el, el paso se hace facil, sereno, mucho mas facil de lo que imaginabamos. Nos volvemos a llenar el alma con otro de esos momentitos de solidaridad, mirada franca y gesto amable.
Pronto la carretera mejora, y por fin llegamos a la carretera principal, que viene de San Jose, por la que habriamos tardado seguramente unas pocas horas... Pero no habria sido lo mismo. De alguna manera, inconscientemente siempre buscamos esto, el perdernos, el reto de sortear dificultades, porque eso es lo que nos mantiene vivos. A los tres. Aun asi, esa sensacion de recuperar el asfalto cuando uno lleva dos dias por terreno de grava es... cuando menos, placentera.
Quepos es el pueblo mas cercano a Manuel Antonio, con todos los servicios necesarios, de alimentacion, lavanderia, y reparacion de ruedas pinchadas (oops, como habremos llegado hasta aqui!! ni darnos cuenta hasta llegar a destino...),
Fe-liz!
Mi peque pero en la carretera de Quepos a Manuel Antonio estan todos los hoteles de la zona para explorar el parque, y entre ellos elegimos el Costa Verde para descansar de nuestro periplo. En el alto de la montana, con vistas para quitar el aliento de la bahia y rodeado de vegetacion tropical una vez mas. Maite mira alrededor de la habitacion y se pone como loca de contenta, parece que da su aprobacion, y es que lo tiene claro la peque, igual nos ha salido mas morro fino que mochilera. Mecachis.
Espadilla es la playa de acceso abierto sin entrar en el parque, a donde llegan muchas personas en busca de surf y relax. Hay movimiento pero sigue siendo una playa tranquila, de arena lisa perfecta para pasear y eso si, mar bravo del pacifico, pero con una temperatura que nos recuerda que estamos en el tropico.
Cenamos en el Si como No, al borde de la piscina, y un banhito nocturno con una sangria hecha con gusto, mientras mi peque saluda y sonrie a todos los comensales sentada encima de la barra con gesto de jefa total, me devuelve a esa sensacion de vacacion de relax, aunque
Resolviendo el mundo
Con buena perspectiva ahora ya nada es igual, y es que con mis dos peques, el mayor y la peque peque, yo no paro de sonreir, y de hacer monerias, y de cantar, y de bailar, y de saltar, y de poner caras teatreras, y de derrochar felicidad por cada poro de mi cuerpo.
Y esta noche es la primera que mi peque rechaza mi pecho y me pide un biberon... yo creia que estaba deseando que concluyera esta etapa, y confieso que en ese instante me he muertito un segundo de pena. Se nos hace mayor en Costa Rica.
Hoy hemos explorado el parque de Manuel Antonio, a donde llegan los turistas con viajes organizados desde San Jose. La mejor opcion para evitar demasiada gente es comprar la entrada pero volver al final de la playa de Espadilla y caminar hasta Espadilla 2, otro pequenho rincon de paraiso. Nos transportamos los dos sin querer a Fernando de Noronha por un instante, y es que este rincon nos recuerda mucho a aquellas que catalogaban como las mejores playas del mundo. Cocoteros, vegetacion, arena fina, agua amable y soledad, magnifica soledad. La playa mas poblada es la siguiente, ya Manuel Antonio, y
no llegamos hasta las Gemelas porque queremos ser prudentes con el primera dia de playa de Maite, que no consigue dormirse a la sombra del cocotero, entretenida en exceso con el mecer de las olas y el fino crugido del viento. En nuestro camino vemos monos cariblancos, mapaches y dos perezosos, madre e hijo, y parece que todos ellos estan acostumbrados en exceso a los flashes de las camaras y las miradas curiosas de los turistas. Pena penita pena.
Desde que empece a hacerme mayor en la playa de Sopelana, siempre habia sonado con tener un bebe embadurnado en arena, estilo croqueta, o milanesa como nos dijo ayer una argentina en nuestro paseo al atardecer en la playa, y hoy he cumplido mi humilde suenho. Me la como. Nos damos cuenta de que practicamente no ha llorado desde que salimos de casa en estos dias, y es que solo necesita estar en pelotillas para ser feliz la renacuaja. Y aqui nos sobran todos esos zapatos ridiculos y la mitad de la ropa que empacamos alla en el frio de Washington.
Y manana, si consigo reponerme de una indigestion que me ha tenido deshidratada y bastante debil, seguiremos viajando
Acampando
A la peque no le gustan las paredes y se pone a llorar... hacia el sur, hacia la zona menos poblada de la peninsula de Osa. Mi chico me ha prometido que hay mucho tramo de carretera asfaltada, pero yo no se si creerle.
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Ana
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Maite viajante
Maite já nasceu mochileira e é impressionante como se parece com Javi! Os caminhos de rios, estradas esburacadas e colchões com formigas serão muitos, mas ela já sabe que seus olhos devem olhar os sorrisos das outras crianças, a lua no céu e o brilho do mar. Feliz em ler suas aventuras, brisa de ar fresco! Beijoca