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El Cuerpo está cansado, pero está felíz...
El viaje nunca termina, las ganas de seguir caminando y conociendo siguen siempre presentes.
La mochila al hombro puede cansar, pero a su vez te puede dar vivencias que nunca olvidarás.
Sensaciones que unicamente se pueden experimentar viajando solo.
Fuerzas para atravesar momentos de incertidumbre, inciertas.
El sabor dulce de estos viajes te lo dan aquellas personas que sin pedir nada a cambio, te muestran un poco de su mundo,
te regalan su tiempo para mostrarte aquel lugar que pocos conocen, disfrutando, charlando y comiendo esa comida típica en algún rincon escondido de sus pueblos o ciudades.
Definitivamente soy un enamorado de la naturaleza y de sus lugares poco visitados, de los rincones donde uno puede sentirse relajado y felíz tan solo por estar apreciando ese paisaje que nunca se podrá desprender de nuestras retinas, de nuestra memoria...
La felicidad son esas cosas que uno lleva consigo para siempre, en nuestro corazon...
Muchas veces sentimos que ante momentos tan lindos quisieramos poder compartirlos con un familiar, un amigo, una pareja, pero que tambien somos concsientes que esta forma de viajar es la que elegimos por diversas causas, las cuales disfrutamos o sufrimos dependiendo la ocasión pero con el convencimiento de que nos hacen personas libres y felices.
La vida está para cumplir sueños y este era uno muy anhelado para mi, por eso me pone inmensamente felíz por haberlo echo realidad, sabiendo que las cosas se dan en debidos momentos siempre que tengamos la fé de llevarlos a cabo.
Nací para viajar y para descubrir constantemente cosas que nos hagan sentir vivos , momentos atravesando caminos, senderos, rios, rutas...Adorando cada segundo que ante una buena compañia o en soledad nos hagan seguir disfrutando el verdadero sabor de la vida...
Algunas cosas materiales son necesarias para cada ser humano, pero esto no nos hace mas felices que el verdadero aprendizaje que tenemos cuando nos permitimos viajar, conocer y descubrir esas cosas que muchos se conforman viendolas por televisión o juzgandolas sin conocerlas.
Sensaciones que tenemos cuando descubrimos ese pequeño pueblo y nos encantamos con él, sabiendo que quizas llegamos ahí sin haber leido nada y sin mapas que nos guien y uno se relaja, calienta el agua y se toma unos ricos mates, experimentando esa hermosa sensación de observar los movimientos que nos regala la naturaleza, el caminar de su gente y la propia vida de ese lugar...
Uno tambien sabe que por mas que haya una barrera linguistica, siempre existirá aquella persona que te quiera ayudar, que de una u otra manera pueda llevar a cabo lo que estas buscando y estar agradecido por ese contacto humano que muchas veces no se valora y se pierde hoy en día...
Me voy... el mate está listo una vez más...y otra mochila hay que volver a armar....
Gui 30/6/2011
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