Tren, tren y más tren...


Advertisement
Russia's flag
Europe » Russia
September 18th 2011
Published: September 22nd 2011
Edit Blog Post

Viajeros al trenViajeros al trenViajeros al tren

Sobran las palabras
Saludos a todos, desde el vagón número 4 del tren 227 con destino Irkutsk!
Como no tengo conexión a internet estos días de tren, voy a escribir la entrada bloguera en el netbook, y luego, cuando tenga conexión Wifi lo volcaré al blog.
El sábado por la mañana lo tuve bastante ocupado. Después de dormir la friolera de dos horas y media, me levanté como pude, me pegué una ducha y salí pitando al supermercado a comprar provisiones para los tres días y medio de recorrido por la estepa siberiana en tren. Ya sabéis, para estos casos poca comida de gourmet: puré instantáneo, latas varias, embutido de la tierra, queso, yogures, bollería y “instant nuddles”.
El tema es que, aunque haya vagón-restaurante, la gente del lugar cuando hace trayectos tan largos se nutre de todas estas exquisiteces. Y yo también, claro. Pero luego os cuento cómo me las apaño con la comida!

Después de comprar la comida en el súper y un gorro de lana por si el frío aprieta más adelante(la braga-buff la perdí el primer día no sé dónde ni cómo) en una tienda de deportes, recogí los bártulos y me preparé para ir a la estación. Yo
CalentadorCalentadorCalentador

Prototipo de ingeniería rusa
creo que mi mochila no ha ido tan llena nunca como esta vez! La comida la até como pude en la parte alta, y entre la mochila delantera, que pesaba un huevo porque ahí tenía metidos cuatro litros de agua más toda la electrónica y cables, y la mochila gorda, iba como un péndulo en el metro de Moscú.
Al llegar a la parada correcta me bajé y ahí empezaron las dificultades. ¿Por dónde salgo?
Yo intentaba hacer memoria del camino que había hecho el día anterior con María, pero nada. Me pegué dando vueltas 15 minutos por los pasillos del metro hasta que al final llegué a unas ventanillas. Allí le dije a una de las tías, -¿Street?, y ella me dio un gruñido con un gesto hacia la derecha, así que allí que me fui.
Total que salí a una de las tres estaciones que hay en esa plaza, pero, como suele ocurrir en estos casos, no era la mía. Salí a la calle, le enseñé el billete a una taxista y me dijo que tenía que volver a entrar a la estación, salir por un pasillo a la izquierda, y luego a la calle. Y que luego
ComprasComprasCompras

Comprando comida en una de las múltiples paradas que hace el tren.
volviese a preguntar porque la salida de mi tren estaba a tomar por saco.
Ahí ya me entraron los sudores fríos porque volví a entrar y no veía la salida a la calle por ningún lado. Aquello era un lío de gente, de ventanillas y de ruido que no me enteraba de nada. Todos los carteles en cirílico, y yo cagándome en la madre del arquitecto que diseñó ese lío de pasillos que no iban a la calle!!!
Al final ya iba a piñón, preguntando a la gente –Yaroslav?, Yaroslav? Y ellos así me entendían y me explicaban.
Llegué cinco minutos antes de que saliera el tren, pero la sudada que me metí fue elegante! Es curioso cómo reacciona el cuerpo cuando te sube la adrenalina. Te olvidas del peso de las mochilas, de la lluvia y de la gente que te mira muy raro. Vas directo a por el objetivo y punto. Eso sí, cuando me senté en el tren estaba derrotado!! Me entró un bajonazo que me quedé ahí como si hubiesen dado una paliza.
Mis primeros compañeros de tren fueron una madre y una niña de unos cuatro años y otro hombre cincuenteno. Muy majetes los tres.
En Ekaterimburgo estos se bajaron y entraron una madre de unos 60 tacos y sus dos hijas (o eso creí yo), también muy educadas. Y ahora, en Omsk, tengo en frente de mí a mi nueva compañera de tren. Una cincuentona que ni me ha saludado y que miraba los mejillones que me estaba comiendo con la navaja con cara de asco brutal! Cuando he sacado el ordenata ya ha puesto mejor semblante; como diciendo, el ordenador sí, corazón, pero comerte los mejillones con la navaja es una guarrada. Pues sabes lo que te digo… fuck you!!!
La vida en el tren
La vida en tercera clase en un tren ruso es muy simple. Comer, dormir y dedicarte al ocio que puedas.
Dormir está claro. Trepas como puedes hasta tu litera de arriba (es mi caso, porque las camas de abajo suelen estar más demandadas y cuando yo saqué el billete ya no había), te tumbas y a sobar. Eso sí, las camas serán de 1´70 cm de largo así que imaginaos! Los pies me cuelgan 30 cm. hacia el pasillo pero no importa. De momento nadie me ha dado ningún golpecito, así que bien.
El ocio… te lo buscas como puedes. Un libro es la mejor opción. Yo también escribo y veo vídeos en el ordenata y hago rutinas de caja con las baquetas en las piernas. La gente hace crucigramas o se dedica a tumbarraquearse en las camas y prepararse té cada dos por tres.
La comida. La comida en el tren gira en torno a un chisme que echa agua muy caliente. Así, la gente la utiliza para prepararse tés y comida instantánea tipo purés, fideos y guarradas de esas. La verdad es que esa especie de termo es el sustento alimenticio para toda esta gente. Y también para mí, claro!! Te preparas tu puré “sabrosísimo” y lo que quieras-puedas, te sientas en la mesa del compartimento, y a darle al diente.
Yo mañana iré al vagón-restaurante. No por mejorar ni aumentar mi comida, porque la verdad es que como estás casi todo el tiempo sin hacer nada, te entra poco apetito. Es más que nada por curiosidad y por pasar el rato. En fin…
Poco más que contar. La próxima entrada será ya la de mi llegada a Irkutsk y… de qué es lo que hago y a dónde voy, porque tampoco lo tengo claro. Estoy de vacances me gusta improvisar un poco, así que todavía no sé si iré a la isla de Olkhon o me quedaré en Irkutsk y desde allí subiré al lago Baikal. Dios dirá!!
Abrazos desde un lugar en mitad de la nada, donde son cinco horas más que en España!
Aaaaaaaaaaaaadiós!!


Advertisement



Tot: 0.062s; Tpl: 0.01s; cc: 8; qc: 45; dbt: 0.0386s; 1; m:domysql w:travelblog (10.17.0.13); sld: 1; ; mem: 1.1mb