El misterio de los búfalos de agua de Koh Chang


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Asia
April 20th 2011
Published: April 24th 2011
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Uno llega a Koh Chang esperando encontrarse con lo que muchos califican como uno de los últimos paraisos de Tailandia: sombras de palmeras en la arena blanca de playas de agua cristalina, montañas con bosques intactos, pescado fresco y fruta tropical, algún chiringuito con buenos cocktails en la playa y algo de ambiente, pero sin masas de turistas descontroladas. Y efectivamente, eso es lo que uno encuentra en Koh Chang. 

Pero lo que no te esperas cuando planificas tu viaje a Koh Chang es encontrarte en la playa con tres búfalos de agua blancos y sin cuernos dando paseos libremente mientras tu te bronceas o que haya atascos en la única carretera de dos carriles y repleta de curvas porque los búfalos de agua tengan que cruzar la calle. Les ves por la mañana tumbados entre los bungalows de los hoteles, por la tarde pastando al lado de la carretera, por la noche no sabes donde están...pero lo mejor de todo es que nadie sabe bien explicar ni qué hacen ahí, ni a quien pertenecen, ni si tienen alguna finalidad concreta.

Este es uno de los encantos de esta isla tailandesa, la segunda más grande después de Phuket, que
Koh WaiKoh WaiKoh Wai

Isla al sur de Koh Chang
poco a poco está empezando a aparecer en el mapa de destinos tailandeses más solicitados. Y es que Koh Chang no ha sido hasta recientemente un destino de 'falangas' (turistas extranjereos). Y eso se nota: hay una única carretera que no llega a rodear toda la isla, más del 75% de los bosques están protegidos legalmente, prácticamente ni un solo edificio supera las dos alturas, las playas son maravillosas tanto de arena como de piedra y lo mejor es que los precios son bastante bajos. Koh Chang goza de ambientes variados según la playa: whitesand beach de ambiente más familiar, lonely beach de ambiete backpacker y hippy y algunas playas para enamorados. Y siempre hay más sitios por descubrir.

Koh Chang está a unas 4h en minivan (se coge en Victory's Monument) y unos 15min en ferry desde Bangkok. Nosotras cogimos un pick-up-taxi como medio de transporte en la isla hasta Lonely Beach. La primera noche la pasamos en unos bungalows cuyos 'verdaderos habitantes' aparecieron por la noche (NO vayáis a los bungalows del Sunflower de 400Baht!) y el resto de nuestra estancia en unos bungalows mucho mejores a pie de playita y masajistas! :-) (Nature Beach-muy recomendable).

El agua debe tener una temperatura cercana a los 29C sin exagerar. Si te quieres aliviar del calor, no lo hagas en el mar!! Es increible!! Si quieres, puedes ir a uno de los 20 tattoo shops que debe haber en la isla y que suelen tener aire acondicionado para aliviar a los valientes que se atreven a hacerse un bamboo tatoo. Es impresionante!! Btw, debia ser una de las muy pocas personas que no tienen un tatuaje! Y no exajero!! Todo el mundo falanga o no, tiene un tatuaje aquí!

Fue al poco de llegar a esta verde isla cuando avisté a los misteriosos búfalos y, amante como soy de las vacas (especialmente las de Casa Grande de Xanceda) familiares de los búfalos, decidí averigüar su procedencia. Y os aseguro que no fue fácil!

El señor que nos alquiló las motos con las que nos recorrimos parte de la isla no hablaba inglés y me miraba con extrañeza cuando yo intentaba imitar los sonidos de una vaca (posteriormente me enteré que 'muuuuu' en Tailandia no es el sonido típico de una vaca...aquí imitan a las vacas de una forma que para mí no tiene sentido: mauk o similar).
La gasolineraLa gasolineraLa gasolinera

Botellas de ron!!!
La excursión que hicimos por la isla en moto fue muy divertida. No sólo por la libertad que te da de elegir y modificar destino y horario, sino también porque si hay algo en la isla eso son curvas y desniveles!!!

Otro día decidimos hacer un poco de snorkel por las islas del sur de Koh Chang, donde nos habían asegurado que había unas zonas de snorkel muy interesantes. Además nos dijeron que nuestro barco tendría un máximo de 20 personas - lo que no dijeron es que esas 20 personas traían a sus maridos, mujeres, madres e hijos y que habría 3 barcos más al mismo tiempo en los mismos sitio que nosotros. Dentro de lo mal que suena, fue un consuelo que la comida era buena y que una vez en el agua te olvidabas de lo que tenías al rededor de tí en la superficie y te centrabas en los peces de miles de colores, fosforitos, mates o incluso casi transparentes, en los erizos de mar negros con púas enormes y cinco puntos que parecían diamantes en forma de círculo y uno naranja en medio, en los corales de formas entreversadas y en las plantas marinas
Peluqueria TaiPeluqueria TaiPeluqueria Tai

Pedicura!! siiii
que al poner el dedo encima (sin tocar, claro!) se escondían!! El día se te pasa volando haciendo snorkel en Koh Chang!!  Eso sí, grande fue mi decepción al saber que los tripulantes del barco dormían en el propio barco y desconocían la existencia de los búfalos.

Al día siguiente, a pesar del calor intenso y la humedad constante de la isla, decidí apuntarme a un "jungle trekking". He de admitir que algo también motivó el hecho de que haciendo snorkel me quemé horriblemente las posaderas - el factor 50 (!!) resistente al agua aquí no sirve de nada. Imaginarme otro día al sol me causaba dolor sólo de pensarlo y más si tenía que estar sentada/tumbada! Así que me aventuré por la selva koh changuiana con "Juan" que era la forma en la que se pronunciaba el nombre del guía. Tuve la grandísima suerte de que erea la única que se apuntó al trekking ese día, por lo que la experiencia fue mucho más interesante. La verdad que Juan no hablaba mucho inglés, pero entre señas y palabras sueltas nos entendíamos bastante bien.

Resulta que Juan es la única persona que suele andar por esto bosques. Había zonas en las que verdaderamente casi faltaba un machete para ir abriendote el camino. Casi tres horas de subidas muy empinadas se vieron recompensadas con vistas espectaculares sobre montañas pobladas con denosos bosques primarios dela isla. Vimos bichos de todo tipo (incluidas serpienes y una especie de saltamones cuyo sonido es igual que el que hacemos al imitar una bomba caer antes de explotar) y llegamos a oir monos muy cerca (pero Juan decía mejor no cruzarnos con ellos porque no deben de ser muy amistosos). Lo que sí vi y muy muy de cerca eran los mastodontes que en Koh Chang llaman mosquitos. Que bichos!!! Y como los llegué a sentir!! 48 picaduras en la pantorrilla (que no pierna) derecha, 36 en la izquierda! Sin contar brazos... Ahora verdaderamente me alegro de haberme vacunado contra todo tipo de enfermedades transmisibles por mosquitos! Juan también me llevó a una cataratilla donde había de estos peces que están de moda que van comiendo la piel muerta de tu cuerpo!! Muy curiosa la sensacion!

Pasar el día con Juan me pareció una experiencia en sí. Pero ya cuando me llevó a su casa para que conociera a sus hijas y a su
"Juan" "Juan" "Juan"

Juan tenia el maravilloso descubrimiento de que el humo de pequenas hogueras espanta a los mosquitos!! Bieeeen!!
mujer fue increible. Viven en condiciones muy básicas: una casucha de madera y hojalata, sin electricidad ni agua corriente alborde del bosque. Resulta que por excursión (independientemente del número de participantes) Juan se lleva 300Baht (menos de 8euros). Yo pagué 650Baht. Si hubiéramos sido 4 personas, Juan se hubiera llevado 300Baht y la empresa que lo gestiona 2.600 Baht. Intenté explicarle que cobrara por persona, no por excursión, pero era muy complicado hacerlo con señas y pocas palabras...las hijas eran una monada, muy alegres y traviesas. En la hora que estuve con ellos y a pesar de sus pobres condiciones, me ofrecieron dulces típicos tailandeses, licor de arroz (mon Dieu! Qué fuerte!) y me 'fluch-fluchearon' con algo que parecía ser limpia-cristales para contra los mosquitos. Me fui de casa de Juan con alegría de haber vivido una experiencia tan auténtica y con la esperanza de que su invitación para el día siguiente hubiera sido sincera. Eso sí, entre tanta experiencia local, me olvidé de preguntar por los búfalos...

Al día siguiente (después de playear y tomar shakes de frutas prácticamente todo el día) llegamos (esta vez se vino Lauren, la inglesa) hacia las 19h a casa de Juan. Era ya prácticamente de noche y lo único que se veía era la llama de una vela a lo lejos (la casa de Juan no estaba pegada a la carretera). "Sawadii Kaa" grité a la oscuridad y al minuto oí gritos de niñas y pasos corriendo hacia nosotras. Al segundo sentí abrazos rodeandome con fuerza las piernas!! Como llegaron tan rápido en tal oscuridad y sin caerse fue un misterio para nosotras. Pero la emoción que desprendían las niñas (Min y Mae) era inconfundible y sobre todo contagiosa! Su madre no dejaba de disculparse por no tener electricidad y se fue de inmediato con la moto. A los 10 min apareció con 4 cervezas y pipas de calabaza. Yo les había llevado unos cuantos botes antimosquitos en condiciones y unas pelotas de goma que se iluminaban en la oscuridad a las niñas. Nunca había visto tanta alegría por un regalo mío! Estuvimos jugando a la luz de la vela durante un buen rato (piedra, papel y tijera, etc) y la madre nos enseñaba emocionada un Hola! tailandés que había conseguido. Nos intentaban explicar las estrellas que parecían estar a 100m de nosotros. 

Me puse a imitar a Min cantando en tailandés y se me ocurrió proponerles ir a un 'sing song'. Me dijeron que tenían 'little money'. Sus caras se iluminaron cuando dije que mi intención era invitarles!! Familia entera en una moto (Juan, mujer, Mini, Mae y el bebé de 1año Ma) nos fuimos con ellos por carreteras sin asfaltar hasta llegar a una especie de bar con tres mesas, 11 sillas y una máquina enorme en la esquina que reproducía canciones al estilo karaoke! Bueno, qué feliz estaba la madre!! No dejaba de bailar, cantar, intentar que bailasemos al estilo tailandés 'moderno' (que se trata prácticamente de provocar a los hombres bailando). Las niñas bailaban (incluidos bailes tradicionales tailandeses que aprendieron en el colegio) y cantaban, mientras Juan le daba el biberón al pequeño y se reía con nosotras (que no de nosotras...). Fue una noche increible! Lo felices que pudimos hacerles con 100baht (2,5 euros)...la alegría que irradiaban con lo que para nosotros es tan poco verdaderamente te hace ver las cosas con otros ojos. Sin duda una experiencia impresionante y para mi inolvidable.

Esa era nuestra última noche (martes 19 de abril) en Koh Chang y había que despedirse de la gente que fuimos conociendo durante
Min and MeMin and MeMin and Me

La pelota que sujeta Min es la que le regale
los ultimos 5 dias. Hicimos una parada en un chiringuito de playa llamado Djambé Bar, donde estaba Wood, tailandés que se crió en Suiza y con el que había pasado muchas tardes en la playa. El chiringuito era muy de ambiente hippy y había algunos tocando (como es de esperar) los timbales. Y fue ahí cuanso se hizo la luz: los búfalos pertenecen al Siam Hostel sin razón o finalidad alguna y no son muy queridos por los koh changuianos...pero eso es lo de menos. Ellos no dejarán de pasear al amanecer por la preciosa playa de Lonely Beach.

Xox V.



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Sing-SongSing-Song
Sing-Song

La maquina del Karaoke esta al fondo a la derecha!


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