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Published: December 26th 2008
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Palacio de la Reunificación
Antiguo palacio de la independencia y sede del gobierno de Vietnam del sur Decidimos irnos desde Nah Trang a Saigon (o Ho Chi Minh City, según lo institucional o capitalista que seas) en avión porque no estábamos dispuestos a coger de nuevo el autobús de la muerte (340 Km en 15 horas). Nos parecía curioso que en la agencia de viajes no nos daban los billetes sino hasta que llegara el taxi que habían “amablemente” conseguido para nosotros. Pues bien, llega el taxi, nos dan los billetes en un sobre cerrado -muy bien cerrado- y nos marchamos en dirección al aeropuerto. Cuando abro el sobre, veo que el precio que marca es la mitad de lo que me cobraron. Es increíble que en la agencia de viajes le cobren el doble a los extranjeros. Estamos claros que las agencias viven de las comisiones, pero cobrar el doble y ocultar el precio real hasta el último momento cuando no se puede reclamar nada por cuestión de tiempo es una absoluta estafa.
Luego de nuestro vuelo de 32 minutos a HCMC (32 minutos en avión, 15 horas por carretera…parece que Vietnam Airlines “patrocina” la mala vialidad del país), llegamos a un aeropuerto que tiene tantos contrastes como el resto del país. Principalmente nos
llamó la atención un terminal internacional muy moderno frente a unos hangares semicilíndricos americanos de la época de la guerra llenos de desguaces de Hueys junto a unos “saludables” Mi-16 rusos como una metáfora cruda de los resultados de la guerra.
Extrañamente, no se ve rencor hacia los americanos hoy en día, mas bien se les da la bienvenida cálidamente, no tanto por su buena voluntad, sino por su buena billetera. De hecho, hoy en día se le achacan los crímenes de guerra al ejército de Vietnam del sur que fue asesorado equivocadamente por los americanos. Incluso ni siquiera se le tiene rencor a los que apoyaron a los americanos porque, según la historia contada por el oficialismo local, Ho Chi Minh tenía la disposición de perdonar a todo traidor capitalista que se arrepintiera de corazón y se uniera a la lucha comunista. Me suena muy hermoso para ser verdad…
Saigón tiene muchas cosas interesantes como el palacio de la reunificación (antiguo palacio de la independencia) igual como lo dejó el gobierno de Vietnam del Sur, numerosos artefactos bélicos como vestigios de la victoria sobre quienes querían un VN dividido y museos como el de HCMC
Desechos de guerra
Montaña en la que se mezclan dogtags de valientes americanos caidos en la guerra y Leicas de los 60 con fundas de teletacs. ¿¿En qué guerra habrán combatido en los 90?? y el War Remnants que muestran las consecuencias de años de batallas primero con los franceses y después con los americanos.
Igual que en el resto de Vietnam, Saigón se rige por la ley del dólar. No importa a donde vayas, todo te lo ponen en dólares porque el Dong vietnamita es muy débil y se deprecia constantemente frente a la moneda americana. Lo curioso (e injusto para el viajero) es que a los locales les cobran siempre en Dongs sin importar la cotización del dólar, pero si el dólar sube, los muy listos van a obtener mayor cantidad de dinero en Dongs, incluso si yo quisiera pagar en Dongs, ellos primero ven cuanto es en dólares, aplican la tasa de conversión que ellos creen justa (siempre favorable a ellos) y luego te dicen el precio. Solo en algunos restaurantes pude ver la misma lista de precios que veían los vietnamitas, de resto, hasta en los taxis, aplican la tarifa paralela para turistas.
Con todo y las estafas que constantemente cometían algunos inescrupulosos, supimos sacarle buen partido a ‘nam. Primero le cambié 600 Coronas Noruegas al ladrón del recepcionista del hotel de Hanoi a mitad de la cotización del día
En el mercado de desechos de guerra
Uniformes de cualquier ejército se mezclan con manufactura local. (no le dejé alternativas al tío porque en Vietnam aceptan solo cambio de dólares, euros y libras esterlinas), así que me sentí un poco vengado por la que me hizo con los billetes de tren (de reventa, casi al doble del valor), y también sentimos que ganamos mucho con la cantidad de shopping que hicimos. Compramos muchísimos CD’s y DVD’s Bootleg solo para el mercado de Hong Kong y Macau (de los mismos que pasan de contrabando a Laos) y unas cuantas camisetas Nike y Adidas hechas en sobreproducción en las fabricas que tienen estas marcas en VN y que llegan de manera misteriosa (y al ridículo precio de 2,5 €) a los mercadillos nocturnos. Tal fue la gula de comprar desenfrenadamente que esta fue la primera vez en mi vida que pagué sobrepeso de equipaje (5 US$ por Kg), aún llevando 2 carry on de 10 Kg cada una.
Aceptamos que la comida de Vietnam no ha sido la mejor de las últimas semanas, pero por unos sándwiches de atún o cerdo en 35 céntimos de euro, no nos podemos quejar.
•Sorpresa gastronómica de HCMC: café con mucho carácter y con cerca de 3 % de concentración de
cafeína y una crema baja en grasa batida al instante hacen del cappuccino vietnamita una delicia.
•Tópico demostrado cierto: prostitutas como en Full Metal Jacket dicendo: “me love you loooong time, amelican” y “me sucky-sucky”.
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