Tailandia: el primer destino real

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Y así empezamos en un 30 de diciembre en el aeropuerto de Auckland a la 1:10 cuando por fin empezamos el primero de nuestros 15 vuelos q nos van a llevar alrededor del mundo en 270 días. Este es la primera entrada de lo que pretende ser una recolección de nuestro viaje. Debo decir q la única cosa que me viene a la cabeza en este momento es que es muy difícil escribir en un avión con turbulencia…
Salimos de Auckland en un día nublado y casi queriendo llover, estábamos bastante cansados (especialmente Amanda que solamente durmió dos horas , por que a pesar de tener todo caprichosamente planeado todavía tenia cosas que hacer durante toda la noche y en la mañana de la partida)

Llegamos a Bangkok!!! Y fue un shock, como podría esperarse…
Kho Sna Rd fue un quilombo! Todo lo que se pueda imaginar de decadencia humana… bue, no “todo”, pero lo usual que se puede encontrar en una callejuela llena de borrachos, pobreza y no muy decentes oportunidades de todas formas. Desde los “she-boys” (chicos-chicas) a langostas fritas (y no marinas) y quien sabe que mas que estaba siendo freído en ese sartén…
Nuestro hotel estaba al vuelta de la esquina y no estaba tan mal. El aire acondicionado realmente ayudaba, debo decir ( a pesar de que Amanda no lo quería prendido por que decía tener frío…)
El día siguiente fue el día de los Wat (templos). Visitamos todos los templos a los q podíamos ir caminando. Es decir, caminamos como locos!
El shock cultural se hizo mas obvio mientras caminábamos por los mercados ambulantes y los espectaculares templos y altares. La opulencia del Gran Palacio no fue tan “grande”, pero el Altar del Buda de Esmeralda fue increíble. Después fuimos a visitar al mas grande Buda recostado (en los alrededores, por que acá todo el mundo reclama tener el mas grande de todo…) Y después cruzamos el río al Wat Arun, o Templo del Amanecer, uno de las pagodas mas antiguas e impresionantes por acá.
Olores y sonidos llenan los sentidos en cada calle. A veces hasta preguntarse como pueden vivir en estas condiciones parece innecesario, fuera de lugar. Preguntar parece inpreguntable: es como son, y es como viven, y eso es todo.
Después de un tiempo uno se acostumbra al quilombo, y hasta deja de intentar sacar algún sentido de él. Mientras navegábamos por los canales de Bangkok en uno de esos botes largos nos relajamos y disfrutamos, por que al fin a eso vinimos.
Después de un largo día, y año (hay que acordarse de que llegamos el 31 a la noche) decidimos acostarnos un rato antes de celebrar el año nuevo. Una siestita tardía antes de festejar. Un ratito nomás. Hasta pusimos la alarma. Una horita. Y bue… sonó la alarma, y sonó una hora mas tarde y, casi inconscientemente, los dos decidimos no salir de la cama. Así que al final el año nuevo nos encontró durmiendo.

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