Trekking en los Himalayas - Dia 10: Thorung Phedi (4450 mts) – Thorung La (5416 mts) – Muktinath (3800 mts)

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Que día!... largo, duro, algunos obstáculos, mucha felicidad y satisfacción y media lágrima de frustración.

Me tuve que despertar antes de las 4am porque quedamos en desayunar a las 4:15. Como a las 5:15 salimos, estaba un poco nerviosa porque ya sabía lo que me esperaba y porque aun tenía el miedo de que me pudiera dar mal de altitud y tuviera que bajar sin cumplir mi objetivo de pasar Thorung La; la primera parte (hasta High Camp) fue la más difícil, me costó mucho más que ayer por la mochila, el cansancio (no dormí mucho, supongo que por la altitud y la ansiedad de la llegada del gran y temido día) y porque mi cuerpo no funciona reacciona muy bien al esfuerzo físico justo después de comer; a mitad del camino Noah, que solo cargaba un bolsito con su cámar, se ofreció (ya por segunda vez) a cargar mi mochila hasta High Camp y esta vez ni lo pensé y le dije que sí, después de ahí fue un poco más fácil, pero aun iba casi sufriendo, me paraba a recobrar el aliento cada 30 o 40 pasos (sí, los contaba… y eso me ayudaba a no desfallecer), los primeros 5 segundos sentía que vomitaba, que el corazón se me salía y respiraba como un perro en un día caluroso después de correr; luego todo empezaba poco a poco a volver a la normalidad y como en 15 segundos estaba lista para los siguientes 30 pasos… pues esa historia se repitió durante 5 horas hasta que llegué (finalmente!) a Thorung La (5416 mts, yeah!)… 5 horas de ejercicio extremo, 5 horas en las que solo contaba y en las que solo podía pensar en los siguientes 30 pasos porque en las condiciones en las que estaba si pensaba en que me faltaban horas me iba a devolver pensando en que no lo iba a lograr.

Luego de High Camp el camino fue mucho más amigable, el grupo se disolvió y nos volvimos a encontrar ya en Thorung La, a donde llegué como a las 10am (llegar ahí fue uno de los momentos más hermosos de mi vida, no solo por la belleza del lugar, sino por haber cumplido un objetivo que me había trazado hace más de 2 meses y que me llenaba de ansiedad cada vez que pensaba en él). Como a las 11am empezamos a bajar, justo cuando llegó el temido viento… y sí, no es bueno estar ahí cuando pega el viento, la sensación de frío se triplica y lo que quieres es alejarte lo más rápido posible porque aunque estés forrado con toda tu ropa la cara te duele como si el viento viniera con millones de agujas que se clavan en tu cara).

Según las guías la bajada tardaba como 4 horas (1600 mts de desnivel)… auch!... pues nos tardamos 6 (incluyendo 1 de descanso); la mayor parte del camino estaba cubierto de nieve, a veces de una profundidad de 1 metro, y como el día estaba soleado a la hora en que pasábamos por ahí la nieve ya tenía unas cuantas horas derritiéndose, y en algunas partes tenías que bajar en 4 patas si no querías terminar rodando por la montaña (y luego tener que volver a subir arrastrándote por la nieve con la mochila para retomar el camino), algunas pendientes eran tan largas e inclinadas que me sentía en una pista de esquí… pues un pequeño desvío del camino resulto en 1 hora de retraso y en tener que ser rescatada por un holandés que pasaba por ahí y agarró mi mochila para que yo pudiera escalar por una pendiente de tierra y piedras sueltas para retomar el camino… Cuando se acabó la nieve nos encontramos con mucho lodo y terminé bajando de culo un par de veces; la última hora fue plana y sin ninguna dificultad pero estaba cansada y me dolían los pies intensamente… Llegamos a Muktinath casi a las 6pm, a un hotel publicitado en la entrada del pueblo, el hotel Bob Marley; resulta que ahí se quedaron casi todos los demás que iban a la par con nosotros y el restaurante y la terraza del hotel estaban repletos de gente, todos muy felices de haber superado el temido día de los 5416 mts de altura, tomando cervezas y comentando las aventuras del día; de paso por primera vez en muchos días vimos un menú diferente con hamburguesas, ensaladas, comida mexicana y demás; que mejor forma de terminar el día más largo que con buena comida, buena compañía y buena música (si, había muy buena música en el restaurant J)

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