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Published: January 21st 2009
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Fatehpur Sikri - Puerta de la Victoria (Buland Darwaza)
Es la entrada más alta y más magnífica de la India (40 mts de altura), Resumen de las actividades del día: Llegada a Agra Fort en tren procedente de Ajmer. Alojamiento en Tourists Rest House y salida en autobús hacia Fatehpur Sikri. Visita a la mezquita de Jama Masjid (gratis) y al complejo del Palacio (250 Rs). De regreso en Agra visita al Itimad-ud-Daulah o Baby Taj (100 Rs). Vista desde el rickshaw de los jardines de Ram Bagh. Cena en el hotel Llegamos a la estación de Agra Fort a la hora prevista (a las 8:50). Agra tiene dos estaciones de ferrocarril, la otra es Agra Cantonment, que es la más importante (cercana al sadar Bazaar) y es de la que tendríamos que partir dos días más tarde.
Teníamos reservas en el hotel Tourists Rest House (otra recomendación errónea de Lonely Planet). Según dicen sus propietarios hay que tener cuidado con los rickshaws cuando pidas que te lleven hasta su hotel porque siempre intentan llevarte a otros de nombre similar porque dan comisiones. Ellos no lo hacen! Por lo tanto, dejamos que la avalancha de
rickshaweros que nos abordaron ni bien salimos de la estación de ferrocarril se disipe, y a los pocos minutos pedimos que nos lleven al hotel, que, para referencia
Compra-venta callejera de cueros
En el trayecto desde Agra-Fort al centro de la ciudad precisa del
rickshawero y que no haya lugar a confusiones, debería estar cercano al Hotel Yamuna (parece ser que el Yamuna sí es bien conocido y no tiene otro de nombre similar)
El trayecto desde Agra Fort hasta el hotel nos mostró una ciudad horrible, sucia, triste, sin atractivos, ni en los lugares ni en sus gentes. Pasamos por un mercadillo donde se comerciaba exclusivamente el cuero (fotos). Agra es conocida desde el punto de vista comercial (si es que hiciese falta que la conozcan por algo más que el Taj) por la fabricación de zapatos de los que provee a toda la India y de otros artículos manufacturados con cuero de forma artesanal, tales como carteras y bolsos.
Llegamos al hotel, miramos las habitaciones disponibles y elegimos. Preguntamos si habría agua caliente las 24 horas y el manager nos respondió que sí, siempre que no se corte la luz. Hmmm… respuesta que nos hizo sospechar de que no tendríamos siempre agua caliente. Los cortes de luz parecen ser frecuentes en Agra; al menos eso comprobamos en carne y ducha propia.
El ambiente es de gente joven, la mayoría de los turistas con aspecto de hippies y
se los intuía como que llevaban varios meses cargando mochilas. Quizás la dirección de correo electrónico del hospedaje ya hacía suponer el estilo: dontworrychickencurry @ hotmail.com (= no te preocupes, pollo al curry). El administrador nos da algunos consejos (al igual que en otros hoteles) para movernos por la ciudad. Nos dice por ejemplo que no cojamos los rickshaws que están en la puerta del establecimiento, que los que están en la esquina cobrarán menos por los viajes. Vaya!
Por la mañana vamos a la estación de autobuses de Idgah (la principal de la ciudad) para tomar el autobús que nos lleve a Fatehpur Sikri. La estación es bastante deprimente. Hay una caseta donde supuestamente debes esperar al autobús, pero pocos están ahí. La mayoría de la gente va a su aire, despreocupadamente, por la pista por donde deben circular los autobuses… hasta que, alguien señala cuál es el autobús que va a Fatehpur. Es el momento en el que todo individuo que andaba merodeando plácidamente por la cercanía emprende veloz carrera hacia un destino común: la estrecha puerta de acceso al autobús donde todos intentan entrar como una tromba. Milagrosamente no ha habido heridos de consideración. El acontecimiento
Estación de autobuses de Idgah
Es la principal estación de autobuses de Agra, cercana a la estación de ferrocarril de Agra Cantonment merecía haberse filmado, pero debo reconocer que los indios son más rápidos con sus piernas que yo con mi cámara.
El billete cuesta 22 Rs. Viajo en un primer asiento que tiene una disposición paralela al eje principal del autobús. No obstante, delante de mí se sientan otras tres personas en unos recovecos de la estructura del vehículo. Dos de ellos son una pareja de novios surcoreanos. Como turistas que eran, fueron el blanco (perdón, amarillo, en este caso) de las miradas de un grupo de jóvenes indios. De las miradas pasaron rápidamente a las palabras. Una de sus primeras curiosidades fue averiguar el estado civil de la pareja. Ante la respuesta de que eran novios desde hacía 4 años, los indios no cesaron de insistir para intentar convencerlos de la conveniencia del matrimonio. El coreano defendía con total convicción los beneficios de las libertades individuales y del pleno ejercicio del amor libre, ante la que creo, resignada anuencia de su novia. Los 70 minutos de viaje no alcanzaron para convencerlo de lo contrario, pero doy fe de que los indios lo intentaron.
Sí, parece ser que no llevan muy bien esto de la mutua convivencia sin papeles
Estación de autobuses de Idgah
Buses con destino a Fatehpur Sikri reglamentarios.
Tampoco yo llevé demasiado bien los constantes pequeños golpeteos que uno de los pasajeros que viajaba de pie, aferrado a un pasamano, me aplicaba, creo que involuntariamente, en diversas partes del rostro. Mi nariz, mi oreja derecha y mis gafas han acusado displicentemente las continuas excursiones de su codo. A algunas de sus disculpas le he respondido con mentirosos
”No problem”.
Llegamos a Fatehpur (a 37 km de Agra). Esta ciudad comenzó a construirse en 1569 por Akbar, el emperador de Mughal con la intención de hacer de ella la capital del imperio mogol. Durante 16 años fue una de las ciudades más brillantes del mundo, pero luego debió ser abandonada por la escasez de agua.
En esta ciudad fantasma actualmente viven cerca de 30.000 habitantes y puedo asegurar que casi la mitad de ellos intentó venderme algún producto y/o servicio. Creo que es uno de los lugares donde más acechan al turista; muchos dicen ser estudiantes que quieren practicar el idioma y que no tienen ninguna intención en vender nada.
El lugar es imponente, hay decenas de ruinas. Se podría decir que la visita se puede dividir en dos partes: por un lado la
Puerta de la Victoria (Buland Darwaza)
Vista lateral de la puerta por la que se tiene acceso a la mezquita de Jama Masjid mezquita de Jama Masjid cuya entrada es gratis y por otro el palacio, con una complicada serie de pabellones y patios.
En la pista que hay frente a la mezquita se erigen dos edificaciones imponentes: los mausoleos de Salim Chishti y la de Islam Khan (su nieto). La primera de las tumbas es todavía venerada y es lugar de peregrinaje, especialmente para las mujeres sin hijos que vienen a atar un hilo de rosca en el enrejado del compartimiento de la tumba como recordatorio de su deseo incumplido. Regresan para desatarla cuando su deseo se concede.
Al terminar la visita comimos en algunos de los puestos ambulantes que están en el pueblecito, cerca de las ruinas. La especialidad culinaria de Fatehpur Sikri son las
naan khataie, son unas galletas de mantequilla, muy sabrosas. Las venden en todos los puestos. No puedes irte sin probarlas… o llevártelas para la merienda.
En el regreso no había otros turistas en el autobús por lo tanto, al no tener en que entretenerme presté atención al conductor. En determinado momento, se abrió la puerta que está a su lado. Como iba conduciendo a cierta velocidad y no podía cerrarla, decidió sujetarla con
Puerta de la Victoria (Buland Darwaza)
Construida en piedra arenisca roja con incrustaciones de mármol blanco. En el frente y pilares hay inscripciones caligráficas de versículos del Corán. Construida por Akbar en 1602 una mano mientras conducía sólo con la otra. Esto lo hizo así por lo menos durante 5 o 10 minutos. Conducir en la India no es una tarea fácil, pero hacerlo con una sola mano creo que a nadie, que no sea indio, se le puede ocurrir. Yo no veía la hora de llegar a destino, pero el viaje duró una hora y cuarto, a pesar de que las guías de turismo consultadas dicen (con su mejor buena intención) que dura 40 minutos. Y conste que el conductor no era de los que marean la perdiz!
Llegamos a Agra y vamos a ver el mausoleo de Itimad-ud-Daulah (conocido también como Taj Baby). Una de las más bellas obras de la arquitectura mogol. Llegamos cuando faltaba poco para oscurecer. La mayoría de los monumentos no tienen un horario de cierre establecido por reloj, sino que lo hacen cuando el sol se pone. Dijeron que quedaban 10 minutos para el cierre, pero nos permitieron entrar. Un guía nos acompañó, contándonos brevemente las características principales de la edificación.
Luego paseamos por las cercanías del Taj Mahal, que ya estaba cerrado, nos quedamos un rato en la plaza por la que se
Mezquita Jama Masjid
Una de las mezquitas más grandes de la India. Construida en 1571. Una parte de la mezquita se supone que es copia de la Meca accede a su puerta sur y dado que la noche en Agra no es de las que inspira más confianza, decidimos volver para cenar en nuestro hotel.
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