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Published: September 1st 2007
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En la Puerta de la India
Monumento en honor a los caidos hindues en la II Guerra. Foto tomada por la senora lechuga... El libro que me acompañó en la India fue ‘Ninos de la Medianoche’, de Salman Rushdie, un relato extraordinario que narra la historia, llena de tradiciones, magia y predestinación, de aquellos que nacieron en el momento en que se declaraba la Independencia de la India. El libro fue escrito hace 25 años, y sigue siendo actual.
Y ese mismo libro guió mis pasos en Delhi, una ciudad caótica, difícil, conflictiva y conflictuada, que resume, mal, lo complicado que es este país.
Instalado dos días en Paharganj, el centro mochilero de la ciudad, la idea era reencontrarme con Helena, una de mis compañeras del Palazzo, nuestra casa en Roma. Pero a ultimo momento, Hele no pudo regresar a tiempo de Varanasi, así que el encuentro se frustro.
En el museo nacional pude apreciar parte de los restos del Buda. Lo demás se conserva en siete Stupas (templos especiales) en distintas zonas de India, Nepal y Pakistán. El Budismo calo hondo en la civilización hindú. Buda nació en la que hoy es Nepal, pero se convirtió en ‘iluminado’ en India. Los sacerdotes hindúes ‘sincretizaron’ a Buda y en India es adorado como la novena encarnación del Dios Vishnu, principio creador-destructor.
Fue interesante también visitar el memorial de Ghandi, en el lugar en el que fue cremado en 1948. Hacia mas de 40 grados, y para entrar al jardín principal hay que quitarse los zapatos. Largas alfombras, remojadas varias veces al día, llevan al lugar central. Le pedí a un japonés que me tome una fotos, y como son de afanosos los japoneses para eso, se desbalanceo y piso fuera de la alfombra…El grito que pego el pobre.
Y para terminar, unas fotos del Fuerte Rojo, residencia de los emperadores Moghules en su tiempo, y donde se declare la Independencia en agosto de 1947.
Y bueno, esa fue la India. Hermoso país, de grandes contrastes, de rica historia y religión. Vivir y trabajar aquí fue cumplir un sueno. Ahora viene el siguiente: pisar por primera vez África.
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