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Published: October 24th 2010
Nos levantamos muy temprano (como a las 4:30 AM) para ir a Angkor Wat a ver el amanecer. Esto no es tan loco como suena, de hecho es una tradición bastante popular entre los turistas que visitan Angkor. La foto panorámica de arriba muestra la cantidad de turistas que estaban esperando el amanecer el día que fuimos. Para seguir con el excelente servicio que nos dió el hotel, como sabían que no ibamos a estar para tomar el desayuno buffet incluído, nos prepararon unas cajitas con nuestro desayuno para llevar.
Obvio estuvo pesada la levantada, pero como ya sabíamos que ibamos a madrugar nos habíamos acostado temprano... todos, excepto Julián y nuestro guía Thoeun, que se fueron de borrachos la noche anterior y regresaron como a las 3 AM. Que Julián estuviera agotado ese día pues muy su rollo, pero lo que estuvo muy chistoso fue tener al guía totalmente muerto, crudo y desvelado! El pobre Thoeun, que había demostrado buen español los días anteriores, estuvo sufriendo por decir las frases mas sencillas ese día de tan fumigado que estaba.
El amanecer estuvo bastante chafa, pero pues es obviamente circunstancial. He visto fotos de buenos amaneceres en Angkor Wat
y son realmente espectaculares, pero ese día amaneció brumoso y apenas se alcanzaba a distinguir la difuminada forma del sol entre las nubes. Ni modo. Después del amanecer nos sentamos junto a la fosa de Angkor Wat a tomar nuestro desayuno, y de ahí nos fuimos en la camioneta a un grupo de templos separado del complejo de Angkor: El grupo Rolous.
La importancia del grupo Rolous radica en que fue la primera ciudad Khmer de la zona, establecida casi 300 años antes de la construcción de Angkor Wat. Está formada por tres complejos, y visitamos los tres. El primero (Preah Kó) es un pequeño templo de 6 torres, bonito pero no especialmente espectacular tras lo que ya habíamos conocido. De ahí nos fuimos al monumento mas importante del grupo Rolous, un templo-pirámide llamado Bakong.
El Bakong me gustó mucho, es una pirámide escalonada coronada por una torre, y está bastante grande. Otra vez nos tocó un gran grupo de monjes en el sitio, lo cual contribuye a la atmósfera exótica y mística del lugar. En ese momento Sandra empezó a quejarse de dolores de estómago, los cuales se agravarían en las siguientes horas y la harían sufrir
bastante durante el larguísimo viaje de vuelta a México. En el Bakong mis papás y mi suegra se encontraron con un grupo de niños locales, y estuvieron jugando un rato con ellos.
Tras el Bakong visitamos el último templo del grupo Rolous, un templo chiquitito y sin chiste llamado Lolei. Eran apenas como las 11 de la mañana, y Thoeun nos dijo que ya habíamos terminado con todo, se le notaba a leguas que se estaba muriendo de sueño y quería regresarse a su casa a dormir. Pero yo tenía muchas ganas de visitar un último templo llamado Preah Khan, el cual había visto en fotos y según mi guía era uno de los más grandes de la zona de Angkor. Thoeun no tenía muchas ganas de ir, y los demás estaban ya un poco saturados de templos, pero al final decidimos ir a verlo. Julián ya no se animó, asi que fuimos a dejarlo al hotel y de ahí nos fuimos a Preah Khan.
Que bueno que no nos lo perdimos!!! El sitio es muy grande, muy bonito y muy espectacular. Es de los lugares que más me gustaron en nuestra visita a Angkor. En su época
fue una "universidad" budista con más de 1000 maestros, y está formado por larguísimos pasillos interiores con varías camaras laterales. Tiene muchas esculturas y muchos grabados y bajorelieves sobresalientes. El complejo está en estado muy ruinoso, y muchos de los techos de las cámaras se han derrumbado. Pero eso contribuye al ambiente de "templo perdido" que tiene el lugar, y como casi no había gente te sentías que estabas descubriendo un sitio desconocido. Nos platicaron que hasta hace relativamente pocos años el sitio estaba infestado de tigres, y la gente no se animaba a acercarse.
Tras visitar Preah Khan regresamos al hotel, y quedamos con Thoeun en que pasaría a buscarnos a las 6 pm para llevarnos al aeropuerto. La gente del hotel, de nuevo muy amablemente, nos permitió conservar las habitaciones hasta tarde, pues nuestro vuelo a Bangkok salía hasta las 8:30 de la noche. Sandra se estaba sintiendo muy mal del estómago, asi que se quedó a descansar en el cuarto mientras mis papás y yo fuimos a comer a Pub Street. Tras la comida regresamos al hotel y todos estuvimos descansando hasta que Thoeun pasó por nosotros con la camioneta.
Aquí inició el viaje más
largo de la historia, pues nos tomaría mas de 40 horas llegar a la Cd. de México!!! Volamos de Siem Reap a Bangkok, en dónde nos despedimos de Julián. Él regresaba en otro vuelo a Los Angeles, y pasó un día más en Bangkok. En ese día tuvo la oportunidad de visitar algunos sitios importantes en Bangkok que nosotros no conocimos, como el famoso templo de mármol.
Los demás volamos de Bangkok a Seul, llegando a Corea (pero qué es Corea??? -chiste privado-) a las 8:00 AM hora local. Aquí teníamos una espera de mas de 8 horas, pero en vez de quedarnos en el aeropuerto, habíamos arreglado con Asiana Airlines que nos diera una visita panorámica de la ciudad de Seul. Este servicio es totalmente gratis, e incluye una comida tradicional coreana, asi que realmente es una forma excelente de pasar las horas en vez de quedarse esperando en el aeropuerto.
El aeropuerto de Incheon está como a una hora de la ciudad de Seul, asi que nuestra visita panorámica fue bastante breve, pero suficiente para darnos una probadita de Corea. Una cosa maravillosa fue que estaba haciendo frío, que tras 2 semanas de los calores infernales
de Tailandia y Cambodia nos cayó de maravilla. El recorrido por Seul fue en el clásico autobús turístico, y visitamos un museo llamado Cheongwadae Sarangchae, el cual muestra fotografías de sitios importantes en Corea. Dentro del mismo edificio está el museo presidencial, mostrando una réplica de la oficina del presidente, la sala dónde se reunirá el G20 y otras exhibiciones. Enfrente del museo está el Cheongwadae, que es el Palacio Nacional de Corea. Sólo lo pudimos ver por fuera.
De ahí fuimos a visitar el templo Jogyesa, el cual tiene en su interior tres grandes Budas dorados. Tras habernos acostumbrado a los Budas del sureste asiático, que son delgados y estilizados, estos budas fueron muy contrastantes, pues son mucho más el estilo del buda "gordito" que conocemos en México. Después del templo Jogyesa fuimos unos minutos a una calle comercial (que lamentablemente no recuerdo el nombre) a comprar algunos souvenirs. Posteriormente nos llevaron a un restaurante tradicional coreano, dónde comimos "barbacoa coreana" (una especie de fondue de carne, tras freir los pedazos de carne se comen envueltos en lechuga como un taco). La comida estuvo sorprendentemente buena, y el resaturante era bonito y tradicional, comimos sentados en el suelo
a la usanza típica. Lamentablemete Sandra seguía muy mala del estómago, por lo que no lo disfrutó mucho.
Lo poquito que vimos de Seúl nos gustó, se ve una ciudad muy limpia y moderna. Tras volver al aeropuerto de Incheon hicimos el larguísimo vuelo a Los Angeles, llegando como a medio día hora local. Mis papás volaban a Miami hasta el día siguiente, asi que tenían un cuarto de hotel rentado cerca del aeropuerto. Nos dejaron usar su cuarto un rato mientras iban a comer con Bertha, asi que Sandra y yo pudimos dormir un par de horas y darnos un baño. En la tarde nos llevaron a la estación de camiones del Greyhound, dónde Sandra, Bertha y yo tomamos el camión hacía Tijuana. El viaje en camión no tuvo nada notable, excepto que al llegar a México se subió un agente aduanal a pedir una "coperacha" de todos los pasajeros para que no nos revisaran las maletas. De mala gana accedimos pues no podíamos arriesgarnos a no llegar a tiempo a nuestro vuelo, pero nos dejó un mal sabor de boca.
Llegamos en la noche al aeropuerto de Tijuana, de dónde salía nuestro vuelo a México poco
Garuda en Preah Khan
Garuda es un ave mitologica sobre la que vuela Vishnudespués de la media noche. Por fin llegamos al DF en la madrugada y nos fuimos a la casa a caer muertos. Desde que nos levantamos para ver el amanecer en Angkor Wat hasta que llegamos a la casa pasaron 60 horas, el día mas largo de mi vida.
CONCLUSION DEL VIAJE: Realmente me encantó este viaje, Tailandia y Cambodia son lugares espectaculares y con un poco de preparación se pueden hacer perfectamente bien de manera independiente, no hay necesidad de contratar un tour armado. Para todo lo que vimos y conocimos y lo lejos que fuimos, nos salió muy barato, e incluso para nuestros estándares mexicanos Tailandia y sobre todo Cambodia son lugares muy económicos para visitar. Aunque tengo entendido que se han ido encareciendo, así que a quien lea esto le recomiendo mucho que se anime a darse una vuelta por allá pronto. Los tours (sobre todo saliendo de México) que incluyen Tailandia, Phuket y Angkor salen carísimos, asi que anímense a organizarlo ustedes mismos. A quien guste de lugares exóticos, sitios arqueológicos, y conocer otras culturas, no se puede perder este rincón del mundo. Gracias por leer, y estén pendientes de la próxima aventura!!! 😱
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Norma Gonzalez
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Gracias
Muchas gracias por todos tus comentarios ya que con ello nos dejas muy buenos recuerdos de todo lo que conocimos juntos. Ahora al leer el blog podemos volver a vivir cada punto que tocamos, esto ha sido magnifico para mi que tiendo a olvidar al dia siguiente todo lo que hice. Al reeler cada dia del viaje me haces disfrutar nuevamente el haber compartido tantas experiencias con todo el grupo y especialmente contigo, nuestro magnifico guia.