Desde la cumbre de Uchisar
Nos sentamos extasiados. Y entonces se dio el momento cumbre de la etapa cumbre del viaje: desde Göreme salió el canto del muecín. Momentos después, se le sumó otro desde Çavusin. Y luego, uno más en el mismo Uçhisar, y más en Ürgüp y Nevsehir y Avanos: todos los muecines de los pueblos cantaban por separado, a su ritmo y manera, distintas páginas del Corán, sin saber que allá en lo alto sus voces llegaban reunidas a nuestros oídos mientras gozábamos la maravillosa vista; unos terminaban cuando otros empezaban, llegamos a escuchar hasta siete al mismo tiempo, dejándolos vibrar en nuestros tímpanos, sintiéndonos por fin, y por primera vez en el viaje, plenamente en Asia, absorbiendo la hermosa Capadocia por los ojos, su suave brisa y su rugosa tierra por el tacto, sus aromas florales y el gusto de su polen, y por los oídos el antiguo llamado de Mahoma...