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Published: July 18th 2011
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Escuelita Ming De 明德小学
Grupo de voluntarios志愿者 Bai Cheng, escuelita rural白城支教 En China, durante el verano y siguiendo la tradición nacional, en las universidades se organizan grupos de voluntarios para dar clases en escuelas marginadas a estudiantes de escuelas primarias y secundarias. Este verano en la Universidad de Jilín se organizaron ocho grupos de 10 estudiantes cada uno para trabajar en distintas regiones de China. A nosotros nos asignaron una escuelita primaria llamada "Ming De" 明德小学 en la ciudad de Bai Cheng (白城). La escuela cuenta con unos 2.000 alumnos entre los cuales 600 son internos y está financiada por una organización de ayuda humanitaria taiwanesa. Bai Cheng está a 260Km de Changchun, al noroeste de la provincia de Jilín, en la frontera con Mongolia Interior. El suelo arenoso y el paisaje desértico distinguen el límite entre la llanura del noroeste chino y el desierto del Gobi. Del 8 de julio al 16 de julio participamos en un programa intensivo de apoyo educativo para niños de 10 y 11 años (4to y 5to grado). Nuestro grupo estaba formado por estudiantes de español, filosofía, sociología e informática. Durante los siete días que duró el voluntariado se impartieron clases de inglés, informática, literatura y lengua china Changchun-Bai Cheng长春-白城
260 Km en colectivo... unas 56 personas abordo... durante la mañana y la tarde, además, diariamente se dedicaban dos horas a actividades deportivas y recreativas.
Como experiencia personal, dar clases en la escuela me ha servido para conocer mejor a los niños chinos y el sistema educativo de la escuela primaria. Al mismo tiempo, ocho días intensivos de convivencia junto a los estudiantes de la universidad de Jilín, no sólo fue agradable, si no también enriquecedora a raíz de nuestras extensas charlas.
Si bien el tiempo que duró el voluntariado fue breve como para dejar una huella importante en la educación de los niños, valoro que los jóvenes chinos dediquen parte de su tiempo libre a este tipo de actividades movidos por inquietudes sociales y por un sentimiento de solidaridad. Lo que más rescato de estos días ya lo ha dicho el CHE con estas palabras: “El trabajo voluntario es una escuela creadora de conciencias”.
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