Atasco en Phom Penh


Advertisement
Cambodia's flag
Asia » Cambodia » South
September 24th 2013
Published: September 24th 2013
Edit Blog Post

Saludos varios, hermanos! Cómo lo lleváis? Nosotros aquí andamos todavía por tierras camboyanas, aunque por poco tiempo ya…


Definitivamente Camboya nos ha noqueado. Pim-pam, sacudida con dos crochet de derecha y nos ha mandado a la lona fulminados, K.O.!! Demasiado contraste para lo que estamos acostumbrados. Estamos asombrados, sorprendidos, emocionados… Ante semejante bofetón de realidad, cada uno lo afronta de distinta manera. En mi caso, me voy a quedar con las ganas de descubrir más a fondo este fantástico país. Una semana no da más que para tener una visión general de la situación actual camboyana. Y las generalidades jamás son concluyentes, por eso, ahora mismo podría apuntar pinceladas de lo que he podido observar, pero poco más. Conocer un país es conocer sus gentes, su cultura, su gastronomía, su política, su economía, y para eso hay que dragar a fondo… Pero bueno, aún así no me quejo. Estoy muy contento de haber venido estos días a Camboya.


Como os comentaba en la otra entrada, desde Siem Reap pillamos un autobús hasta la capital, Phnom Penh. Yo tenía entendido que el trayecto duraba unas 5 horas y media o así, pero… pero no!! Nos pegamos 8 horas y pico del ala, en un autobús made in China, lleno hasta los topes y… menudo viajecito nos tocó!!


Y es que… ya empezamos la mañana cruzada. En el guesthouse nos dijeron que pasarían a buscarnos a las 7:45 para llevarnos a la estación de buses, y a las 7:25 de la mañana ya nos llamaron a la habitación diciendo que nos esperaban abajo. Cómorll?? Pero si aún quedaban 20 minutos!! Nuestro plan de comprar algo para desayunar se desvaneció. Ahí ya empecé a maldecir… En fin, que llegamos a la estación y allí no había nada para tomar de desayuno. Sólo había puestecillos con galletas y snacks con precios desorbitados para guiris como nosotros. No hubo manera de regatear, y a mi no me salió de los huevos pagar un euro y pico por cuatro galletas reblandecidas con sabor a ranciez!!! Coño, que estamos en Camboya, no en Noruega!! Y yo venga que dale a ver si me rebajaban el tema, y nada. Y a todos les preguntaba, y cada uno elevaba más el precio… Total, que con la tripa vacía al bus.


Todo iba medio normal hasta que de repente, el aire acondicionado empieza a dejar de funcionar. Una sudada del quince!! Yo pensaba, pero este tío nos quiere deshidratar a todos o qué? Y a los 10 minutos, va el autobús y se para en mitad de la carretera. A mí me olía aquello fatal, hasta que veo que baja el conductor, su ayudante, y el ayudante del ayundante (aquello, por el número de la tripulación parecía más un Air Bus que un atobús de mala muerte) y veo que empiezan a coger agua de un charco con un caldero de plástico y la echan al motor. Eso ya me dejó tieso!! Inmediatamente bajé del autobús. Hasta ese momento ningún viajero había respirado, pero aquello no era normal. Yo me dije, si el motor explota, por lo menos que no me pille dentro de este cacharro.


Me bajé, y cotejé lo que había visto por la ventanilla. Ahí estaban “Mark Weber” y sus compinches venga echar calderos de agua del charco al motor para que se refrigerase… Al final, después de una media hora así, hicieron una especie de empalme con unas correas y aquello se medio arregló. Todavía nos quedaban 4 horazas de carretera. A 60 kilómetros por hora. Nos adelantaban hasta los ciclomotores!!! Sin palabras…
Lo mejor de todo fue que cuando sólo quedaban 10 kilómetros para entrar a la ciudad, va el conductor, se para en medio de un descampado, nos hace bajar a todos, y empiezan a lavar el bus. Acojonante… No sabíamos si era una broma de mal gusto, o que aquí son muy presumidos, o que querían llegar a la city en plan Bienvenido Mr. Marshall… Tremendo! Unos manguerazos de aúpa, y nosotros, los viajeros allí, esperando, contemplando el espectáculo como idiotas!! Lo dicho, sin palabras…


Imaginaos el body que llevábamos al llegar a Phnom Penh. El tuktukero nos dejó en el guesthouse que habíamos planeado y allí nos quedamos hasta la hora de cenar. Como era sábado, hicimos una intentona de fondear la noche capitalina, pero no vimos nada interesante y nos retiramos pronto a sobar, que llevábamos un día de escándalo!


A la mañana siguiente, con la calma, teníamos planeado visitar los “killing fields” de Choeung Ek y la cárcel de Tuol Sleng. Ambas cosas giran en torno a la barbarie genocida de Pol Pot.
En Choeung Ek te cuentan más o menos la historia macabra de la Kampuchea Democrática, y cómo hicieron de este lugar, un auténtico campo de exterminio atroz. Visualmente no impacta tanto como otros campos de concentración nazi, pero es realmente interesante su visita. Todo lo que te cuentan aquí yo ya lo había leído en el libro de Vicente Romero, “Pol Pot, el último verdugo” (altamente recomendable, my friends!), pero me vino genial para refrescar y comprobar lo que leí días atrás.
La cárcel de Tuol Sleng también te deja el cuerpo y el alma torcida. Las condiciones en las que estaban los prisioneros y las torturas ejecutadas por los mandamases jemeres en esta escuela reconvertida a cárcel dan pavor. Lo más flagrante es comprobar que algunos de los dirigentes de aquellas matanzas, todavía andan sueltos, vivitos y coleando. De hecho, toda esta fauna del Angkor estuvieron pavoneándose por la ONU diez años después de la caída del régimen de Pol Pot representando, defendiendo y solicitando ayuda para el país camboyano. Desolador….


Tras estas dos interesantes visitas, nos fuimos a comer-cenar y después rematamos la tarde en el hostel reservando un vuelo interno y terminado de planificar nuestro viaje. No teníamos intención ni si quiera de tomarnos una caña, pero al final bajamos a comer un bocadillo y… se lió la noche. Vaya si se lió!!!


Resulta que estábamos sentados comiendo en una especie de recinto lleno de bares con terraza, y había por allí varios occidentales de avanzada edad pavoneándose con jovenzuelas camboyanas. Y en esto que va Dani y me dice: mira Luis, ese abuelete es español fijo!! Me vuelvo y … efectivamente, el tío tenía toda la pintaza: achaparrado, tripudete, con mofletes colorados… spaniard total!!!!


Con que, al rato, el tipo en cuestión, se levanta, y vemos que lleva puesta una camisa con la solapa de Bimbo. Tremendo! ¿Quién no recuerda el logo de Bimbo en los envoltorios del pastelito Pantera Rosa? Pues eso… Nuestras conjeturas despejadas. Le hacemos señas para que venga y nos empieza a hablar… y yo al medio minuto le dije, -oye, tú eres de la tierra, fijo! ¿De dónde eres? Respuesta,-Yo?, de Zaragoza!!! Toma Jeroma, satanás ladrón!!! Jajajajajaja El tío, Pablo para más señas, es de Magallón, jubilado, tiene un piso en las Delicias, y se pasa la mayor parte del año en Phnom Penh. Él sólo! Anda que no estuvimos ahí preguntándole cosas, que cómo vive aquí, que cómo se dejó seducir por una camboyana veinteañera, que cómo es que todo el mundo por aquí le reconoce (Pabolo, le llaman los lugareños)...
Total… resultado de la jugada: las 3 y pico de la madrugada y todavía estábamos echando tragos con nuestro paisano!!! Yeahh!!!!! Increíble, este mundo es un pañuelo!!


Ahora mismo estoy escribiendo desde el aeropuerto de Phnom Penh. Volamos de nuevo a Tailandia, rumbo a las islas del sur. Nos queda semana y pico y nos apetece un poco de relax, snorkeling, birras y todas esas cosas que generan tanto estrés.jajajaja Bien!!! Es lo que tiene los viajes de broma como estos, de veintitantos días, que haces un poco de todo.


Algún día llegará, (cada vez se acerca más la fecha, lo presiento) en que haga un viaje de verdad, sin límite de tiempo, con la tranquilidad de saber que no tienes que volver tal día para volver a currar al día siguiente, con la total libertad de hacer lo que quieras e ir a donde quieras el tiempo que te dé la gana. Hasta entonces, hay que disfrutar de estos mini-viajes. Y de hecho, lo estoy haciendo, pero bien!!!!


Abrazos y besos a todos!!!

Advertisement



Tot: 0.155s; Tpl: 0.014s; cc: 11; qc: 49; dbt: 0.0612s; 1; m:domysql w:travelblog (10.17.0.13); sld: 1; ; mem: 1.2mb