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Published: January 15th 2014
Salir de Santiago nos llevó su tiempo. Lo primero, porque aprovechamos la mañana en la ciudad para hacer compras que en otro lugar es más difícil. Lo segundo, porque al montar las alforjas y bolsas en la bicicleta nos dimos cuenta de que había pinchazo. Montar todas las bolsas en la bicicleta es una tarea que lleva su tiempo. Por último, recorrer los kilómetros de suburbios desde el centro hasta salir de la ciudad y ponerse en carretera.
El suburbio sur de Chile es poco atractivo. Barriadas enteras de casas humildes, con campos y calles llenas de basura inundan los suburbios hasta que se toma la autopista N° 5 dirección al sur.
En un puente de la carretera, a la sombra, paramos a tomar un descanso y comer algo. Al poco rato paró una camioneta llena de sandías y Oihan se animó a comprar una. La verdad es que nos supo a gloria esas rodajas de sandía. El resto de la sandía nos acompañó durante unos cuantos kilómetros más. Inicialmente pesaba unos 4 kilos.
El trayecto hasta Ranchagua a partir de la salida de la ciudad fue tranquilo. La zona está llena
de viñedos y otros frutales. Chile está dividido administrativamente en 13 regiones, que son franjas horizontales que van desde la frontera con Perú hasta la Antártida, más una última que es la región XIII y corresponde a la región metropolitana de Santiago. Durante el trayecto pasamos de la región V de Chile (Valparaíso) hasta la VI (O'Higgins).
A la tarde llegamos a Rancagua, tierra de fruticultores y de mineros. Junto a esta ciudad se encuentra la mina Teniente, la mina subterránea de cobre más grande del mundo. Hasta esta ciudad se acercan numerosas personas que vienen a trabajar en la mina y muchas de ellas se alojan en Residenciales. Una Residencial es básicamente una pensión, y algunas de ellas sirven cena y desayuno. Nosotros nos alojamos en la agradable residencial Astorga, regentada por Fernando, donde nos sirvieron una buena cena para mineros que a nosotros nos venía igual de bien. Estuvimos un rato de charleta con ellos. Te das cuenta de que los chilenos tienen la autoestima algo baja ya que tienen bastantes prejuicios sobre sí mismos, sin responder muchas veces a ninguna razón concreta.
Tras la cena, dimos una pequeña vuelta por el
centro de Rancagua y nos fuimos a acostar a la Residencial para descansar un poco.
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