09/01 - Puente del Inca (Argentina) - Santuario de Difunta Correa (Chile)

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Tras la noche en Puente del Inca nos pusimos en marcha tras alguna pequeña reparación (se me había roto un radio el día anterior). Conocimos a Beto, su hijo y un amigo, unos Argentinos de la provincia de Buenos Aires que nos dieron charleta matutina. Se nota una gran diferencia de forma de ser entre los Porteños y el resto de Argentinos. Los Porteños se parecen a los de Bilbao pero con más labia. Lo que sí tienen todos en común es que ven los problemas desde un punto de vista global y metafísico y enseguida te ves inmerso en una conversación sobre la economía mundial, los Estados Unidos, las guerras o cualquier otro tema trascendente para el mundo...



Por otro lado, Argentina ahora mismo vive un momento de inestabilidad monetaria en la que conviven el cambio oficial del dolar peso (1 dolar = 6 pesos aprox) con el cambio extraoficial pero que es el que utiliza todo el mundo. A este dolar, que tiene un valor de aprox de 10 pesos en el mercado negro, se le llama blue. Podríamos decir que es el primer país del mundo en el que el dólar estadounidense ha cambiado de su color verde original al azul patriótico argentino.



Seguimos subiendo con el viento en contra hasta Orcones, donde se puede disfrutar de una bonita vista del Aconcagua, la montaña más alta fuera del Himalaya y dar un pequeño paseo en el comienzo del valle por 20 pesos argentinos.



A partir de ahí, subida contínua y bastante dura hasta Cuevas (3200msnm) donde ya hace fresco y de ahí se cruza un túnel hasta Chile. Al ir el bicicleta nos llevaron el coche hasta el otro lado. Trámites y control de aduanas y a dejarse caer!!! Eso sí es una bajada impresionante. La más espectacular es la cuesta de los caracoles, que es una cuesta llena de curvas en la que todos los vehículos van como caracoles. Están de obras, así que cierran el paso a la bajada y a la subida alternativamente, con lo cual, a nosotros nos facilitó mucho la bajada sin miedo a que viniera algún vehículo de frente.



Ese mismo día decidimos quedarnos en la montaña a pasar la noche, en una zona de acampada llamada el Santuario de Difunta Correa, donde un amable Fernando Quiroga nos atendió en su caseta-puesto de alquiler de esquí-tienda de alimentación. Fernando tiene conversación y estuvimos charlando con él durante la cena y el tiempo de montar las tiendas de campaña.

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