Kayak sobre una ciudad hundida

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Por la mañana pasaron por nosotros al hotel para nuestra excursión del día: Un paseo en kayak sobre las ruinas de la ciudad hundida de Kekova. Antes de la llegada de los romanos toda la zona suroeste de Turquía fue territorio del pueblo Licio, al cual perteneció dicha ciudad. Hubo un terrible terremoto hace como dos mil años, y la ciudad se hundio parcialmente en el mar, de tal forma que hoy en día se pueden ver algunas ruinas en la orilla y algunas ruinas bajo el agua. No está permitido nadar sobre las ruinas, asi que la única forma de visitarlas es en un barquito (que no se acerca a la orilla, asi que ves todo desde lejos), o en kayak.

Nosotros nunca antes habíamos kayakeado, pero la idea de hacerlo sobre las ruinas de una ciudad sumergida sonaba bastante interesante. Yo siempre había tenido ganas de andar en kayak, así que esta era una buena oportunidad. Los de la excursión me habían dicho que para este paseo no se requería de experiencia previa, pero yo estaba preocupado por la perspectiva de volcarnos. No por que nos fueramos a ahogar, sino por que en Abril todavía está muy fría el agua del mar. Para reducir este riesgo decidimos usar kayaks dobles, que según esto son más estables.

Realmente eran infundados mis temores de volcarnos en el kayak. En ningún momento sentí que corrieramos ni remotamente ese riesgo. La bahía de Kekova está casi totalmente cerrada, y no hay prácticamente olas. Y el agua tiene el color azúl turquesa mas increíble que hayamos visto jamás. Lo único malo fue que aunque no se requería experiencia previa, si es bastante necesario tener fuerza en los brazos. Sandra y yo ibamos en un kayak y Julián y César en el otro, y al final del día tanto Sandra como yo acabamos molidos de los brazos, estuvo muy pesada la remada, pero valió mucho la pena.

El punto de partida está algo lejos de Kaş, como a media hora en coche. Cuando llegamos al puerto nos explicaron el uso básico del kayak, nos dieron nuestro equipo, y salimos remando haciá una pequeña isla con algunas ruinas. Ahí estuvimos como una hora explorando las ruinas y descansando los brazos. Las ruinas eran muy chiquitas, pero me gustó mucho explorarlas. Estabamos prácticamente solos en la isla y me sentí como en el Señor de los Anillos.

Tras la islita empezamos a kayakear junto a la costa recorriendo los restos de la ciudad hundida. No queda mucho, pero si se pueden reconocer escaleras, techos y muros bajo el mar. Una vez recorrida la costa con los restos de la ciudad, volvimos a cruzar el mar para dirigirnos hacía el mini pueblito de Simena, que sólo puede ser accesado por agua y que tiene un castillo medieval en la cima. En ese pueblito comimos nuestro lunch, en un restaurante junto al mar. Cuando estabamos comiendo sonó el llamado a oración en la Mezquita y le pregunté al guía que es lo que estaba diciendo el muezzin, pero me dijo que estaba en árabe y que él no sabía hablarlo. Me llamó la atención en toda Turquía la "poca religiosidad" de la gente, yo pensaba que los musulmanes eran más devotos, pero descubrimos que en Turquía práctican un Islam "light".

Después de comer subimos a ver el castillo medieval, pero no entramos por que se nos hizo caro. En la parte de atrás del castillo encontramos una necrópolis Licia, con muchas tumbas de piedra. Los licios construían sus tumbas en forma de casita con techo de dos aguas, o más acertadamente como la forma invertida de la quilla de un barco (gracias a Irma Coria por la observación). Estas tumbas están por todos lados en esta zona de Turquía, en el pueblo de Kaş vimos varias a media calle, y aquí en Simena hay uno dentro del mar, a pocos metros de la orilla.

Como a las 3 de la tarde empezamos a remar de vuelta a nuestro punto de partida. En la ruta de regreso el guía nos llevó por una zona con muchas piedras, y tuvimos más de un choque con el kayak, estuvo divertido. Por la tarde regresamos a Kaş, y tras bañarnos y descansar un poco salimos a recorrer el pueblo. Kaş está muy bonito, para mi tiene el estilo de un pueblo colonial en México, con muchas callejuelas con restaurantes y tienditas. Me recordó a San Miguel de Allende. Sandra y yo fuimos a cenar "fish and chips", que resultó ser un pescado completo con papas al lado. No era lo que esperabamos pero no había forma de discutir que nos dieron lo que pedimos.

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Photos

Vean el color del agua!
Foto submarina en que se ve un muro en ruinas