Miscelánea

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Hola gente!

Imagino que la mayoría ya olvidabais que este blog existía... Cierto, hace ya tiempo que no actualizo, pero ¿qué sería un blog sin este tipo de cosas? Estoy seguro que mil veces habéis leído a alguien disculparse por estar ocupado y en consecuencia no actualizar su blog. Pues bueno, yo no iba a ser menos... 😉

Mi motivo es bastante simple. Los meses de abril y mayo han sido de lo más entretenidos. Hasta 10 personas han venido a visitarnos y ha habido fines de semanas donde 5 personas convivían en una misma habitación! Por consiguiente, los huecos libres de los que disponíamos se han dedicado a trabajar y holgazanear un poco (¡escribir en el blog es un curro!). Mis más humildes disculpas esperando poneros al día con esta entrada...

Retomo la situación a finales de mayo cuando Pelón hizo acto de presencia en tierras de Ólaf el Vikingo. Como muchos sabréis, su llegada fue accidentada al pensar yo que éste llegaba una semana más tarde (...). Además Silvia no sabía nada y tuvo que improvisar un informe para la universidad francesa el cual pensaba redactare durante la semana antes de la "supuesta" llegada de Pelón. Fallo mio, sí, aunque Pelón dejó el pabellón bien alto dejándose el carné de conducir en casa, con lo que nuestros planes de viajes por la isla se frustraron. No podía fallar la "pelonada" del viaje... Por suerte, uno tiene recursos y conseguimos embaucar nuestro recién llegado vecino francés para alquilar juntos un coche y hacer una excursión. Vaya, que le colgamos el cartel de taxista (con todos los respetos a mi suegro 😉 ).

Esta vez nos dirigimos hacia el oeste donde se encuentra la península de Snæfellness. Para los que hayan leído el libro, en la punta de la península se encuentra el volcán Snæfelljökull que es ni más ni menos el volcán por donde se accede al interior de la tierra en el libro de Jules Verne, "Viaje al Centro de la Tierra". Ésta vez el tiempo no acompañó, pero nos quedamos con bonitas postales del parque nacional alrededor del volcán. Mención especial a la playa paradisíaca de arena dorada (una pena que hiciese -2 grados... :S), la construcción más alta de Islandia (una antena americana para hacer mandar propaganda anti-comunista a la URRSS durante la guerra fría) y la siesta que Pelón se marcó en la parte trasera del coche durante gran parte del viaje ("Ja! Vengo a comerme Islandia!").

Sin embargo, Pelón se portó. Faltaría menos. Intentó traernos queso de Francia aunque se lo confiscasen en el aeropuerto de Lyon, ¡una lastima! Se pegó uno de sus clásicos vicios a la Nintendo DS e intentó ligar con una noruega en una excursión. Un señor...

Con apenas una semana de descanso y con los últimos avistamientos de auroras boreales, empezaron los fines de semana express. Los vuelos desde Barcelona llegan viernes de madrugada y vuelven lunes después de comer, con lo que muxa gente aprovechó para hacer un fin de semana largo. Mis padres fueron los primeros coincidiendo con mi aniversario. Mmmm... No hay nada como un fin de semana de buena comida y restaurantes para rellenar los huecos que la deficiente comida del estudiante medio provoca. A parte de eso, inauguramos los packs "Islandia Imprescindible" o "Cómo visitar lo típico". Se trata simplemente de alquilar un coche durante un día, bañarse en el Blue Lagoon y hacer el Golden Circle (zona de Geysers, la gran cascada de Gullfoss y el parque nacional de Þinvellir donde puede observarse cómo América se separa de Europa). Si eso lo completamos con visita a la ciudad (medio día máximo), hot pots, carne de ballena y restaurante islandés, ahí se acabó el viaje. Rápido pero intenso.

Mis padres se fueron y antes que viniesen los de Silvia, nosotros seguíamos con la mosca en la nariz en relación al hurto que habíamos sufrido días atrás... Ni que decir, que cada noche, a cada ruido extraño, me despertaba. Era poco probable que el tío volviese, pero tenía la teoría de que quizás era alguien que merodeaba las calles buscando a ver qué encontraba de valor. Esa noche tropezó con nuestra puerta abierta... El siguiente se encontraría un tío cabreado con un cuchillo jamonero... Una noche, al oír la puerta metálica de nuestro jardín, pegué un bote y me asomé a la ventana. Mi sorpresa fue mayúscula al ver un hombre extraño con gorro, pelo blanco, mucha pinta de vagabundo y un carrito de la compra... Aja! Me dije... Con ese carrito podría haber cargado todas las cosas que cogió del piso... De repente, aparece un coche de policía y éste se marcha corriendo como una bala... Sospechoso... Dos noches después, otra vez la puerta y el mismo hombre vagando por la calle... Afilé el cuchillo... Un día por eso, crucé al susodicho hombre por la calle con su famoso carrito. Resultó ser el hombre que reparte los periódicos gratuitos por la noche. ¬¬. Justamente vive delante de casa... En fin, tuve que abortar todo plan de venganza...

Los padres de Silvia llegaron y cayó otro clásico "Islandia Imprescindible". Esta vez, la temperatura mejoró hasta los 10 grados y ya pudimos olvidar gorros y guantes en casa... Que te vengan a visitar los padres siempre es símbolo de comer bien, como ya mencioné, pero sobre todo de llenar nevera. Tanto que el vecino se quedó sin su sitio en ésta.

Una semana después, Didac se marcó un viaje desde Grenoble también hacia Islandia, tal y como prometió que haría 😉. Esta vez repetimos Snæfellness por segunda vez, ya que Silvia no fue la primera... Didac fue uno de los pocos que se salvó del mes de Mayo lluvioso que hemos tenido. Después de un mes de abril envidiable, Islandia hizo valer su nombre de país de mal tiempo y no acompañó a la gente que iba viniendo. Eso sí, cuando se iban, el tiempo se arreglaban, curioso... Al ya hacer mucho menos frío, nos aventuramos esta vez a cruzar carreteras polvorientas cruzando montanas disfrutando así otra vez más de la chocante soledad del país. Uno se da cuenta de lo que lo rodea cuando poca gente le envuelve.

Los que conocéis a Didac, sabéis que le gusta gustarse, así que el apartado gracioso es cuando éste se dedicó a pegar volteretas en el aire por la cara cada vez que parábamos. Venga a pegar brincos, "hazme fotos Xavi", "no mejor así", "espera hazme otra que salgo mal"... Todo un showman. :D El punto del viajito fue un acantilado que descubrimos (la primera vez con Pelón nos lo perdimos...) donde habitaban miles de pajarracos. Joder, es que los de ciudad somos lo peor. Vemos un animal y nos sentimos Felix Rodriguez de la Fuente. Eso sí, la vistas que tenía el acantilado y la acojonante altura de éste, hicieron nuestras delicias aventureras... Total, que volvemos al coche y...¿Dónde están las llaves? Resulta que con tanto brinco, se habían caído del bolsillo de Didac... Eso con todo dentro el coche y en medio de la nada. "GRACIAS DIDAC, I appreciate that!" Suerte tuvimos de encontrarlas en el primer sitio donde empezó a hacer el notas... 😉 Para acabar y contra mi voluntad, volvimos al Blue Lagoon (ya con el pase VIP) donde, para hacerlo un poco diferente, estuvimos nadando un rato como Dios nos trajo al mundo aprovechando que el agua es opaca. :o

La noche siguiente llegó el invitado de lujo Gerard con sus vacaciones de 12 días en Islandia. Si señor, que no se diga que no se va a visitar a los colegas poco tiempo... Degustamos ballena y después de una cena regada con Estrella Damm (importada por Gerard como tiene que ser) degustamos también la noche islandesa... Como ya avisaba en las primeras entradas del blog, Didac y Gerard enloquecieron con las Valkirias islandesas y el último no paro de lamentarse porque no había vuelos más baratos para Reykjavik... Sin embargo, la noche de pesca fue infructuosa, y las barcas volvieron vacías al puerto. Vacías pero bebidas, muestra de ello fue la resaca al día siguiente cuando tocó levantarse después de media hora de sueno para, Didac volver para Francia, y el resto hacia el aeropuerto doméstico donde nos esperaba un vuelo a Westman Islands en el sur de Islandia. Delicioso fue el día entero que tuvimos que pasar en el aeropuerto por culpa del mal tiempo. Y nosotros sufriendo las consecuencias de la noche anterior en la sala de espera. El viaje sin embargo, lo contaré en otra entrada...

Seguimos con las visitas cuando Isa y Álvaro empalmaron con Gerard y volvimos a ser cinco en casa. Aun no siendo lo que más apetecía, repetimos un "Islandia Imprescindible" donde Isa demostró sus dotes para conducir un coche automático. Eso después de aclararse de que NUNCA se ha de usar el pie izquierdo ya que en vez de pisar el inexistente embrague, se pega un frenazo guapo en medio la curva 😊. Por otro lado, nuestro compañero de piso neozelandés se había mudado del apartamento quedando su habitación libre, sin embargo ese fin de semana no tuvimos suerte y tuvimos que dormir los 5 juntos ya que un "muy simpático" americano ocupó la otra habitación. El único roce con él fue cuando nos dedicó un "Podéis chillar menos?" a las 3 de la mañana mientras caldeábamos nuestra salida... Bah, mucho American Pie pero los yankies son unos maricas. Nosotros por nuestra parte, caldeamos bien el ambiente y salimos a darlo todo por un Reykjavik movidito. Gerard por su parte, no pudo resistir más y con arpón en mano empezó a atacar a vikingas y después del algún que otro rifirrafe consiguió en una rubia presa su objetivo. Para más detalles, se lo pedís a él... Después volviendo a casa, le cantamos al yanki un "Americanoooooos... Os recibimos con alegría..." de Berlanga. "Tot un clàssic" para que el yanki se sintiese "com a casa"...

Finalmente, objetivo cumplido 20 días con gente en casa, combinándolo con trabajo y viajitos varios... Desde aquí un gran GRACIAS a toda la gente que ha venido (y la que aún queda por venir) obviando distancia, precios, etc. Islandia ha sido menos fría con vosotros por aquí. Y de verdad, que me da igual haber ido al Blue Lagoon 7 veces y a los geysers 6, mereció la pena :D

Para finalizar con esta extensa entrada, explicaros nuestro último pequeño accidente... A mediados de mayo decidimos mudarnos de casa. Resulta que el kiwi (neozelandés) dejó el apartamento para mudarse a uno más grande y céntrico. Sin embargo, 2 días después de pagar 3 meses por adelantado lo echaron de su curro, con lo que pilló un rebote guapo y decidió irse del país ("Iceland sucks! They do not speak perfect English!" decia el tío...). Nuestra propietaria, que había ayudado al kiwi a buscar el apartamento, nos propuso de mudarnos al apartamento que él dejaba. Aunque era más caro, ella estaba dispuesta a pagar la diferencia porque así la jefa sacaba más dinero con nuestro primer apartamento alquilándoselo a turistas. De esta manera, el kiwi ya no perdía los 3 meses y nosotros ganábamos una casa mucho mejor... Hasta ahí todo bien. Pero llegó el día de la mudanza y cuando el kiwi ya se iba para el aeropuerto va y nos dice que sólo hay un "little" problema: no tiene la llave del apartamento. El propietario le prometió que vendría esa misma tarde a poner el nuevo cerrojo. Bueno, qué le íbamos a hacer... Esperamos pues y el tío no daba señales de vida a lo que le mandamos un sms preguntando cuándo pensaba pasarse ya que no podíamos irnos de casa dejando la puerta abierta (ya tuvimos suficiente con un robo, gracias...). Pasó un día, dos, tres... y el tío no respondía a sms ni llamadas. Y nosotros sin llave. Empezamos la investigación de a quién coño le estábamos alquilando el piso. Nos enteramos de que trabajaba en un bar al que llamamos para intentar localizarlo. Sorpresa la nuestra cuando nos dicen que ahí no trabaja nadie con ese nombre... PAH! Al cuarto día, mosqueadísimo, le mando un sms amenazándole que, o sabíamos algo de él, o nos pirábamos del piso y que le diesen al kiwi y a su puta fianza... Como muchas veces sucede desgraciadamente, el tío nos llamó a los cinco minutos y su explicación fue "i've been out of reykjavik, i'have had some crazy days". En fin, que estaba de fiesta y no le dio la gana de venir. Al final, llave nueva y todo arreglado, pero ya me buscará ya cuando quiera cobrar el mes de junio...

Un abrazo y recuerdos a todos!

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