Fin de fiesta en Bangkok

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Hola, holita... vamos que nos vamos, que esto se acaba...

Los últimos días de nuestro periplo por parte del sudeste asiático los pasamos en Bangkok. Ya estuvimos allí los dos primeros días del viaje y nos quedamos con las ganas de disfrutar a fondo de esta magnífica ciudad.

La verdad es que llegamos a la capital tailandesa machacados. Aterrizamos a las 22:00 del sábado, y como buenos gumiales, nos empeñamos en ir hasta nuestro guesthouse de la zona de Khao San en autobús público. Una auténtica bravuconada que casi nos deja tirados en mitad de la nada. Os cuento...

En el aeropuerto, en nuestra búsqueda del autobús exacto que debíamos pillar,(AE 2) ya nos coscamos que aquello era un auténtico desastre. Nadie conocía el citado autobús, y al final, un amabilísimo conductor con nivel -10 de inglés nos indicó que cogiésemos el número 35. Después, nos dijo por señas, deberíamos hacer transbordo y pillar otro (el número del siguiente bus era una incógnita) que nos dejaría cerca del hostel. Pues nada, no se hable más... arriba que nos montamos. Hasta que...

Hasta que, después de una hora de trayecto por la noche de Bangkok, la revisora nos hizo señas para que bajásemos. Y bajamos, claro... Y de repente, nos encontramos en una calle oscura como la boca del tunel del Puerto de los Leones, sin ningún poste de parada de autobús, a las 12 de la noche. Por allí no pasaban ni los gatos...

Al cabo de un rato pasó una señora a la que le pregunté acerca de qué autobús pillar para ir a Khao San . Se quedó pensando un rato y como no lo tenía muy claro paró a otro señor que misteriosamente había aparecido de no sé donde, y los dos empezaron a hablar en tailandés muy efusivamente, como valorando entre ellos quién tenía más razón. Yo ya había perdido toda esperanza de que aquello acabara bien, cuando de repente, se paró un coche, bajó las ventanillas y aparecieron dos chicas de unos veintipocos años y nos dicen que nos llevan a nuestro hostel. Cómorl?? Así, por las buenas... Con la soba que llevábamos en el cuerpo, nos metimos allí con las mochilas, como si nos llevaran al matadero. Yo, que suelo confiar en la gente, estaba convencido de que todo iría bien. Mi colega, Dani, lógicamente, decía que allí holía a muerto y gato encerrado que te cagas....

Al final, todo salió bien. Después de media hora en coche contándonos nuestras vidas, las chicas nos dejaron en la puerta del hostel y se fueron a un bar cercano a celebrar el cumpleaños de una de ellas. Más tarde, después de cambiarnos, fuimos con ellas a echar unos tragos y a agradecerles su magnífico gesto altruista, como bien nacidos que somos... jejeje

Acciones como esta me siguen dando la razón. La gente es buena por naturaleza. Por supuesto que aquella noche tuvimos muchísima suerte. Las chicas fueron como un ángel caído del cielo. Pero yo no creo en las casualidades. Nunca lo he creído...

Es que es así... en todos los viajes que he hecho, la gente me ha ayudado. Independiente del carácter y cultura de la población. Porque, evidentemente, no es lo mismo un ruso, que un tailandés, que un noruego... pero conmigo, todos, sin excepción, se han portado de maravilla, ayudándome en todo lo que han podido; todos!!!!

En el mercado del fin de semana de Bangkok, te puedes pasar un día entero por allí y no llegar a ver todos los puestos. Yo no hacía más que dar círculos en un bucle del que no conseguía salir. Teniendo en cuenta mi fobia a los centros comerciales y a la masificación humana, aquello me estaba empezando a superar. Y venga tenderetes con vaqueros, y venga peña, y venga ropa, y venga menaje del hogar...

Como había leído en los foros antes de salir, yo estaba expectante por ver los Levi´s por un euro y pillarme cinco pares. Cada uno de un color: azul, negro, naranja, amarillo y verde. Estos tres últimos para estar a la moda actual de vaqueros con colores chillones estilo snob pringao-julai-triste, que se lleva últimamente (hay que tener poco honor para ponerte algo así...). Pero... mi gozo en un pozo. (no por los pantalones de colorines, claro...) La peña flipa en colores!! No hagáis caso a los foreros compulsivos. Por menos de 25 € no te compras unos vaqueros “de marca” en todo Bangkok. Ni mercadillos, ni MBK, ni leches... Los que dicen que se compran una maleta y la llenan de ropa para llevársela a España... pues bien. Pero se dejan unos cuartos de lo lindo... Y en mi caso, como en el de todos vosotros, my friends, tengo ropa para tres vidas, así que no compré casi nada. Alguna chorrada de recuerdo y poco más....



También visitamos esos días en Bangkok el Gran Palacio, el Barrio Chino, el Mercado Cocturno... Volvimos al Centro Comercial Pantiip a cambiar una batería de la cámara que me había comprado, porque no me convencía, no cargaba bien.(tuve que pelear de lo lindo para que me la cambiaran, pero... con un maño toparon...), nos pasamos por el MBK.... En fin... Podríamos haber hecho alguna escapada más, tipo mercado flotante, o a algún parque natural, pero no había ni tiempo ni ganas.

De hecho, acabamos el último día a altas horas de la noche por Khao San, dándonos un masaje de pies y espalda. Salíamos como nuevos a las 2:00 h. directos al guesthouse. A las 6:00 sonaría el despertador para ir al aeropuerto.

La vuelta, como suele suceder, un coñazo total. A pesar de que había muchos huecos libres en el avión y nos pudimos estirar a nuestras anchas, se hizo pesada. Ni con el vino perrero que me dieron para comer pude dormir en condiciones. El bajón que me da siempre que acabo un viaje me impide descansar en condiciones...

A las 2:30 h, por los exteriores de la Estación Delicias, mi querida ciudad parecía lo que es, una auténtica ciudad fantasma! Del bullicio de Bangkok 24h antes, a la nada más absoluta en la ciudad del Ebro. Silencio, vacío... así me sentía yo al llegar de nuevo a Zaragoza.



Y... punto final. That´s all, folks!!! Como diría Calamaro... " y esta fiesta se acaboóóóóóó"

Poco a poco voy digiriendo todo lo que ha dado de sí este viaje. Me van viniendo a la cabeza recuerdos, anécdotas, paisajes... y sobre todo, gente. Como siempre digo, las personas son las que hacen diferente un viaje. Compañeros de excursión, compañeros de tren, compañeros de fiesta, compañeros de hostel... todas estas personas hacen que tu viaje sea diferente al de los demás.

No puedo cerrar este blog sin hacer mención especial a mi colega Dani, que me ha acompañado todos estos días disfrutando de los triunfos (y algún pequeño fracaso también, cómo no...) que hemos tenido durante estas tres semanas y pico. No es fácil aguantarse las 24 horas del día con la mochila al hombro, sudorosos, malolientes, cansados... sin ningún reproche, sin ninguna mala cara... Grande Dani!!! Un auténtico placer!!!

Y a todos vosotros, que me habéis seguido el rastro todos estos días, os agradezco en el alma vuestro interés!! Ya sabéis que os quiero!!

Recordad, amiguitos, VIAJAD, VIAJAD TODO LO QUE PODÁIS!! Aunque tengas tu mochila como el humedal de Doñana, que convierte tu ropa recién lavada en un amasijo de harapos con olor a pan de rana... aunque sepas que en tu habitación hay unos cuántos mosquitos que te van a inflar de lo lindo durante la noche... aunque estés harto de comer todos los días “thai food” con sabor a picante y nada más (sí, lo vuelvo a repetir, no me gusta la "thai food", y no soy tan cool como vosotros, qué le vamos a hacer...)... porque viajando os enriqueceréis como de ninguna otra forma es posible. Y eso lo compensa todo!!!



Abrazos, besos y carantoñas!

Luis

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