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Published: June 25th 2011
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"Welcome to my paradise!
Where the sky's so blue and the sun so bright
Welcome to my paradise!
Where you can be free and the party is never ending!"
Así canta el estribillo de la canción del grupo Coconut Treez que se ha convertido en el himno de Gili Trawangan. Y no es para menos.
Esta pequeña isla indonesa es la típica con la que sueles soñar cuando estás dándole durante demasiadas horas a las teclas en el trabajo. Playa de arena blanca y fina. El color del agua pasa de forma escalonada de ser transpartente, por todas las tonalidades turquesas posibles hasta convertirse en azul marino. Un fondo marino que a seis metros de distancia la playa ofrece un escenario perfecto para hacer snorkel durante horas sin darte cuenta de que el tiempo pasa. Palmeras a lo largo de toda la playa en cuyas sombras puedes dormir una maravillosa siesta. Temperatura perfecta, tanto del agua como del aire. Una ligera brisa que llega incluso a hacer cosquillas. Pequeños barcos de pescadores de colores anclados cerca de la playa. Restaurantes y bares a lo largo de la playa puestos con encanto chill-out y "puffs" enormes perfectos para tomar un
zumo de fruta fresca o un cocktail. Gente joven de buen ver en la playa y bares con ambiente variado por la noche.
Dicen que las tres islas Gili (Gili Trawangan, Gili Meno y Gili Air, al Noroeste de Lombok) enganchan...y puede que algo de razón tengan. Nuestro planning inicial era quedarnos dos o tres días en Gili Trawangan...y finalmente se convirtieron en diez! Si es que Gili T es mucho Gili...
Pequeño como es el mundo y cosas del azar, conocimos a Alfredo, un español amigo de un amigo mío (viky) de Madrid que hace tres años llegó a Gili de vacaciones y se quedó prendido. Tanto que diseñó y construyó su propia casa de ensueño en el centro de la isla, sitio en el que finalmente pasamos la mayoría de nuestra estancia en Gili T.
Con Alfredo tuvimos la suerte de conocer un Gili T más allá de la playa paradisíaca y los clásicos turistas. Nos convertimos en dos más de su grupo de amigos que pasaron a contar con nosotras para todos los planes:
¿Una excursión en catamarán para ir a hacer snorkel a otra isla y comer marisco en un magnífico restaurante? Ahí
estaban las españolas. ¿Que había que cambiarse del catamarán a un velero de madera precioso para tomar un gin-tonic y ver el atardecer sobre Gili T? No nos podíamos oponer. ¿Una cena en casa de amigos y una peli en su propia sala de cine? Si había que ir, había que ir. ¿Una de compras en la locura de Mataram (Lombok), cogiendo barcos locales y haciendo frente a amenazas de taxistas cuyos servicios no queríamos aceptar? Nunca decimos que no a una aventura. ¿Observar los atardeceres desde 'berugas' privadas? Aceptamos. ¿Una lujosa cena en el mejor restaurante de la isla? No podríamos decir que no a un sabroso beef berbeloin ni a unos maravillosos ravioli de langosta. ¿Desayunos de ensueños ya preparados nada más levantarse? Dónde hay que firmar?! ¿Que se ha organizado una fiesta enorme con bbq, baile y piscina? Nosotras ayudamos a montarla y de paso participamos en ella!
En Gili T quedamos cautivadas por bucear entre bancos de peces minúsculos, observar a las tortugas comer coral y nadar tranquilamente hacia la superficie y volver al fondo del mar, ver peces de millones de colores, tamaños y formas, mirar como morenas negras y morenas con puntos blancos
asomaban sus cabezas, encontrar langostas escondidas en pequeñas cuevas y estrellas de mar y babosas fosforitas entre los corales. Vimos peces globo deshinflados y rayas camufladas en la arena. El buceo es uno de los grandes atractivos de esta isla.
Con nuestras bicis recorrimos la isla entera pudiendo ver la "segunda realidad" de Gili T. Su 'backstage', donde viven más de 800 personas locales además de bastantes expatriados, deja de ser tan bonito. Chabolas y casas en estado precario. Existen graves problemas de basura que ni se recicla ni se quema, ni se entierra. En una isla en la que no hay policía, el trapicheo de drogas y los robos incrementan por semanas. Este 'dinero fácil' desmotiva a los adolescentes a estudiar y trabajar. Por otro lado, las nuevas construcicones de hoteles, guesthouses y restaurantes son llamativas. Los cimientos de un hotel de más de 200 habitaciones están ya puestos (por el momento, la gran mayoría son pequeños hotelitos, bungalows y casas de una única planta), lo cual amenaza claramente al encanto de esta isla.
Por otro lado, no podíamos fallarle a nuestra tradición de alquilar una moto y perdernos por carreteras de montaña y/o costa. Como en
Gili T., la única forma de moverse es andando, en bici o en carros de caballos, tuvimos que coger un barquito local e ir hasta Lombok. Con nuestra moto rosa recorrimos la costa y nos adentramos en la isla. Encontramos una espectacular cascada que nacía de un muro de hiedra y tuvimos vistas sobre un valle de arrozales con el mar de fondo.
Nuestra parada en Gili T. ha sido uno de los highlights del viaje. Si vais a las Gili, cuidado, que enganchan!!
Xox Ani & Viky
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