La noche en que llegue a Trujillo, a una hora tarde en un bus desde el sur, camine las calles del pueblo un rato, buscando hospedaje; eventualmente encontré el Hostal McCallum, que resultó ser un sitio excelente, sencillo, ubicado en una calle tranquila. Fue una noche tranquila también, sin vientos ni lluvias violentos, no hubo tormenta, y eso es lo raro, porque esa noche subió el oleaje del mar y comió una buena parte del malecón frente a la playa, evento que fue ampliamente divulgado en las noticias a través del Perú. Fue el mismo día en que en Bogotá, extrañamente, hubo una granizada de más de 60 centímetros de hielo; en las fotos, pareció más bien Canadá que el trópico de Colombia--mi suegro Rodrigo dijo que en sus 84 años de vida nunca había visto
... read more