Advertisement
Published: January 20th 2014
Edit Blog Post
Amanecimos en Chillán en el Hostal Canadá, desayunamos y nos pusimos en marcha. La jornada empezaba tranquila, la zona más calurosa empezaba a quedar atrás, el día anterior habíamos entrado en la región Bio Bio, la octava y la Patagonia cada vez quedaba más cerca.
La bicicleta seguía dando problemas, la rueda trasera tenía sólo 24 radios cuando la llanta era de 36. Esto, sumado al peso que cargaba sobre la rueda trasera hacía que se rompieran radios fácilmente con cualquier pequeño bache o golpe. Esto además provocaba una reacción en cadena y se rompían más radios cada vez con más facilidad, de forma que cada noche más o menos había que realizar la laboriosa tarea de reparar los radios rotos, o incluso a veces durante el camino. Suerte que teníamos de repuesto!
Al poco de empezar a pedalear nos paramos a revisar cómo iba la rueda trasera. En ese momento nos alcanzó un tipo en bicicleta con barba de un palmo, sin camiseta y unas Ray Ban que parecía que llevaba tiempo pedaleando. Se paró y empezamos a hablar. Era Estadounidense, de Alaska, y estaba recorriendo América de punta a punta. Nos avisó de
que su compañero, que estaba a punto de aparecer, empezaron junto a otros 5 personas en Alaska y que ahora ya sólo quedaban ellos con ganas de continuar el viaje hasta Tierra de Fuego, como nosotros. Efectivamente apareció el compañero al poco rato y nos sacamos un par de fotos de recuerdo. Hace bastante ilusión encontrarte con gente que va haciendo lo mismo que tú. Nos comentaron que había una cascada que merecía la pena antes de llegar a Los Ángeles, donde pensábamos pasar la noche, y que se dirigían hacia allá.
Cada uno siguió su ritmo y decidimos incorporar la cascada a nuestra ruta. Justo antes del Salto nos volvimos a encontrar en una Hostería donde nos sirvieron un buen plato de pollo guisado con arroz , choclo y ensalada. Comimos juntos y de ahí nos dirigimos al Salto, que se encontraba a aprox. 5 kms. El salto no era tan espectacular como lo esperábamos, pero estuvo bien verlo. Alrededor de esta atracción hay una zona con más de 50 campings, así que decidimos hacer noche en esa zona y cambiar un poco el plan. Al salir del salto una rueda de Oihan pinchó y además
a mí se me estropeó la biela. Cada vez estaba más descontento con mi bicicleta, que empezaba a fallar cada vez más piezas.
En la búsqueda de un camping para pasar la noche nos encontramos a una Canadiense que venía en bicicleta desde Quebec recorriendo toda América. Nos contó que habían salido dos amigas y que en un momento dado la otra había abandonado el viaje. Finalmente acampamos en un camping llamado La Isla y ahí pasamos la noche.
Advertisement
Tot: 0.087s; Tpl: 0.01s; cc: 9; qc: 52; dbt: 0.0477s; 1; m:domysql w:travelblog (10.17.0.13); sld: 1;
; mem: 1.1mb